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El apareamiento de la araña Philoponella prominens es una actividad de alto riesgo para los machos, que han desarrollado una curiosa técnica para evitar ser canibalizados por la hembra tras el sexo: catapultarse fuera de su alcance. (Puede leer: La semilla de una nueva relación estadística entre el DANE y los indígenas)
Ahora investigadores de la Universidad de Hubei, en Wuhan (China), han descrito por primera vez el mecanismo exacto que permite huir a los machos de esta especie de araña. Para separarse rápidamente de su pareja sexual, utilizan una articulación de sus patas delanteras y salen disparados a velocidades que superan los 88 centímetros por segundo. Los detalles se publican en la revista Current Biology.
“Descubrimos que el apareamiento siempre terminaba con el macho catapultándose, en un proceso tan rápido que las cámaras normales no podían registrar con claridad”, explica Shichang Zang, uno de los autores.
Evitar el canibalismo sexual
La razón por la que los machos se impulsan fuera del alcance de la hembra es simple: evitar ser devorados tras el encuentro sexual.
Según descubrieron los investigadores, los pocos machos que no se catapultaban después del acto eran capturados y engullidos por la hembra, un destino que también sufrían los ejemplares a los que se impidió el salto durante los experimentos. (Le puede interesar: Arranca de nuevo el Gran Colisionador de Hadrones del CERN tras tres años en pausa)
El equipo de Zhang realizaron su descubrimiento al estudiar la selección sexual en esta especie de araña, que vive en grupos comunales de hasta 300 individuos en un complejo de telas compuesto de muchas otras individuales.
De 155 apareamientos exitosos, 152 terminaron con la catapulta del macho. Todos los machos que dieron el salto sobrevivieron a sus encuentros sexuales. En cambio, los tres machos que no saltaron murieron. Los otros 30 ejemplares a los que los investigadores impidieron catapultarse también fueron devorados por la hembra.
Según los autores, estos resultados demuestran claramente que este comportamiento ha sido desarrollado para evitar el canibalismo sexual. (Le puede interesar: Los perros se estresan en los refugios. Sus pelos lo revelan)
“Observamos que los machos que no podían realizar la catapulta eran canibalizados por la hembra”, dice Zhang, “y esto sugiere que este comportamiento evolucionó para luchar contra el canibalismo sexual de las hembras bajo una fuerte presión de depredación de estas”.
Grandes velocidades
Los investigadores registraron el proceso mediante cámaras de alta resolución, constatando velocidades medias de unos 65 cm/s, mientras que la mayoría de los saltos oscilaban entre unos 30 cm/s y casi 90 cm/s.
Los ejemplares aceleraron a unos 200 m/s2 en cada salto, y al elevarse en el aire, los machos giraban de media unas 175 veces por segundo. (También puede leer: Casi 40 tentáculos: esta es la medusa coronada más grande que se ha descubierto)
Según los autores, los machos de Philoponella prominens consiguen estas velocidades plegando la articulación tibia-metatarso contra la hembra. Al soltarse, la presión hidráulica permite una rápida expansión. Esta articulación carece de músculos extensores.
“Las hembras pueden utilizar este comportamiento para juzgar la calidad de un macho durante el apareamiento”, explica Zhang, que resume: “Si un macho no podía realizar la catapulta, entonces lo mataban, y si podía realizarla varias veces, entonces aceptaban su esperma”.