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Los océanos no siempre fueron azules, alguna vez fueron verdes

Un grupo de científicos explica por qué los océanos, que hoy vemos de color azul, eran verdes hace millones de años.

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19 de abril de 2025 - 02:38 p. m.
La foto fue tomada por el equipo de investigación en la isla de Iwo, en el archipiélago de Satsunan, Kyushu, en 2023. Midieron el espectro de transmisión subacuático, la concentración de óxido de hierro y las especies de cianobacterias presentes. (Crédito: Taro Matsuo/ Universidad de Nagoya)
La foto fue tomada por el equipo de investigación en la isla de Iwo, en el archipiélago de Satsunan, Kyushu, en 2023. Midieron el espectro de transmisión subacuático, la concentración de óxido de hierro y las especies de cianobacterias presentes. (Crédito: Taro Matsuo/ Universidad de Nagoya)
Foto: Taro Matsuo/ Universidad de Nagoya
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No es tan usual que un artículo científico publicado en revistas como Nature comiencen con una metáfora. “Carl Sagan describió la Tierra, tal como la imaginó la Voyager 1 a una distancia de 6 mil millones de kilómetros, como un «punto azul pálido» (...) El color azul pálido, como metáfora, simboliza la cuna de la vida”. Los científicos, sin embargo, se hacen una pregunta algo particular: ¿solo el tono azul de un planeta sirve como indicador de su potencial para albergar vida?

Hoy, la Tierra sigue siendo ese “punto azul pálido”, con casi tres cuartas partes de su superficie cubiertas por océanos. Sin embargo, un estudio realizado por un equipo de investigadores japoneses ha demostrado que, en tiempos antiguos, los océanos de la Tierra no siempre fueron azules, sino que una vez fueron verdes.

En Nature, los científicos explican que la superficie de la Tierra no solo ha sido modelada por los procesos geológicos a lo largo de 4.500 millones de años, sino que también ha sido influenciada por la vida misma desde su aparición. Las cianobacterias, unos organismos fotosintéticos muy primitivos, jugaron un papel clave en la modificación de nuestra atmósfera.

A través de un proceso llamado fotólisis del agua, generaron oxígeno molecular utilizando la energía solar, lo que llevó al evento conocido por los científicos como el gran evento de oxidación (GOE) hace unos 2.400 millones de años.

En otras palabras, al descomponer el agua con la energía del Sol, estos organismos comenzaron a liberar oxígeno en la atmósfera de la Tierra, un gas que antes no existía en cantidades importantes. Este oxígeno comenzó a acumularse, transformando de manera radical la composición del aire y marcando un punto de inflexión en la historia de nuestro planeta.

¿Qué tiene que ver esto con el color de los océanos? Los investigadores creen que antes de que hubiera mucho oxígeno, el océano estaba lleno de hierro disuelto, que es como una forma de hierro que no reaccionaba con el oxígeno. Cuando las cianobacterias empezaron a liberar oxígeno, este oxígeno reaccionó con el hierro del océano y lo transformó en hierro oxidado (que es como el óxido que aparece en un clavo cuando se moja).

Este hierro oxidado tiene un color rojo, por lo que eso habría cambiado el color del océano a rojo. Sin embargo, mientras las cianobacterias aún no producían suficiente oxígeno, el agua del océano no tenía tanto oxígeno para oxidar todo el hierro. En ese tiempo, el océano podría haber tenido entonces un color verde debido a que el hierro disuelto no se oxidaba completamente.

El argumento del nuevo estudio parte de observaciones que se realizaron de las aguas que rodean la isla volcánica japonesa de Iwo Jima. Allí, el mar presenta un tono verdoso, lo cual está relacionado con una forma de hierro oxidado llamada Fe(III). Este color verde está asociado con la proliferación de algas verde azuladas, que no son algas verdaderas, sino bacterias primitivas. Los investigadores creen que esto puede ser una réplica de lo que ocurría en los océanos de la Tierra primitiva, cuando la fotosíntesis estaba en sus primeras etapas.

Taro Matsuo, profesor de la Universidad de Nagoya y autor principal de la investigación, señaló en un artículo del centro académico que la búsqueda de océanos verdes podría ser un indicio clave de vida primitiva en planetas distantes. Cree que se abre una ventana hacia la posibilidad de que otros mundos lejanos, en su pasado remoto, hayan tenido océanos teñidos de un “punto verde pálido”.

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