Los pájaros dormirían de pie, ¿por qué?
El estudio señala que el tronco de las aves hace una especie de equilibrio sobre las patas, las cuales tienen tres huesos largos que forman una especie de Z antes de llegar a los dedos. Los resultados fueron publicados en Royal Society.
Un nuevo estudio, publicado en Royal Society, explica por qué las más de 10.000 especies de aves registradas en el mundo podrían dormir de pie. Lo primero que señala la investigación es que, al igual que los humanos, los pájaros son bípedos (de dos pies). (Lea: UE logra acuerdo sobre ley que busca restaurar el 20 % de los ecosistemas marinos y terrestres)
Pero, en el caso de los pájaros, su bipedismo se basa en un mecanismo muy específico, la tensegridad. Es decir, en los humanos la bipedación implica mantenerse erguidos, mientras que en las aves se basa visiblemente en la flexión de los miembros inferiores.
Aunque los humanos solo pueden mantener durante poco esta postura erguida (que implica una serie de esfuerzos), el caso de las aves, dice el estudio, es diferente. Primero, anotan los investigadores, porque en los humanos, el equilibrio depende de un esqueleto que trabaja en compresión.
“Las fuerzas se propagan verticalmente, por gravedad, de la cabeza a los pies”, añaden. En las aves su estructura es diferente. Cuentan con un tronco más horizontal, que está conformado por una cola corta y ósea, una columna casi rígida, un cuello largo y, por supuesto, la cabeza. (Puede leer: Los plásticos de los ríos tendrían patógenos y genes de resistencia a antibióticos)
Para los investigadores, el tronco hace una especie de equilibrio sobre las patas, las cuales tienen tres huesos largos que forman una especie de Z antes de llegar a los dedos. “Una estructura que es una herencia de sus ancestros dinosaurios”, señala Anick Aburachid, autor principal e investigador del laboratorio Mecadev del Museo Nacional de Historia Natural de París.
Pero, ¿por qué los pájaros dormirían de pie? Para responder esta inquietud, el equipo asegura que se basaron en la tensegridad, un concepto que básicamente hace referencia a la capacidad de una estructura para mantener su equilibrio mediante un juego de tensión y compresión.
Aburachid cuenta que debido a esa tensegridad es que el ejemplar puede “permanecer estable con un mínimo gasto energético, es decir, sin casi ningún esfuerzo muscular gracias a la tensión pasiva”. Este equilibrio lo pueden mantener incluso sobre un cable eléctrico o una rama sacudida por el viento.
Con el propósito de comprobar que sí se debía a la tensegridad el equilibrio de las aves, los investigadores diseñaron un modelo matemático del esqueleto de una ave que combina biología y robótica. Lo hicieron de la mano de expertos del Laboratorio de Ciencias Digitales de la Universidad de Nantes (LS2N).
La especie que eligieron para el experimento fue la pinzón cebra y, a partir de su postura, consiguieron entender la forma cómo se mantiene vertical. La correcta tensión en los cables permite que el animal modelado encuentre el equilibrio con las patas dobladas. (Le puede interesar: Los tiburones antiguos habrían sido los primeros en distinguir el sabor amargo)
En realidad, dice el investigador, el pájaro tiene alrededor de cuarenta músculos que le permiten permanecer de pie y, dependiendo de la especie, correr, nadar, volar, agarrar comida o defenderse. Ahora, los investigadores esperan ampliar sus estudios que los lleven a entender el comportamiento de las aves en movimiento.
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Un nuevo estudio, publicado en Royal Society, explica por qué las más de 10.000 especies de aves registradas en el mundo podrían dormir de pie. Lo primero que señala la investigación es que, al igual que los humanos, los pájaros son bípedos (de dos pies). (Lea: UE logra acuerdo sobre ley que busca restaurar el 20 % de los ecosistemas marinos y terrestres)
Pero, en el caso de los pájaros, su bipedismo se basa en un mecanismo muy específico, la tensegridad. Es decir, en los humanos la bipedación implica mantenerse erguidos, mientras que en las aves se basa visiblemente en la flexión de los miembros inferiores.
Aunque los humanos solo pueden mantener durante poco esta postura erguida (que implica una serie de esfuerzos), el caso de las aves, dice el estudio, es diferente. Primero, anotan los investigadores, porque en los humanos, el equilibrio depende de un esqueleto que trabaja en compresión.
“Las fuerzas se propagan verticalmente, por gravedad, de la cabeza a los pies”, añaden. En las aves su estructura es diferente. Cuentan con un tronco más horizontal, que está conformado por una cola corta y ósea, una columna casi rígida, un cuello largo y, por supuesto, la cabeza. (Puede leer: Los plásticos de los ríos tendrían patógenos y genes de resistencia a antibióticos)
Para los investigadores, el tronco hace una especie de equilibrio sobre las patas, las cuales tienen tres huesos largos que forman una especie de Z antes de llegar a los dedos. “Una estructura que es una herencia de sus ancestros dinosaurios”, señala Anick Aburachid, autor principal e investigador del laboratorio Mecadev del Museo Nacional de Historia Natural de París.
Pero, ¿por qué los pájaros dormirían de pie? Para responder esta inquietud, el equipo asegura que se basaron en la tensegridad, un concepto que básicamente hace referencia a la capacidad de una estructura para mantener su equilibrio mediante un juego de tensión y compresión.
Aburachid cuenta que debido a esa tensegridad es que el ejemplar puede “permanecer estable con un mínimo gasto energético, es decir, sin casi ningún esfuerzo muscular gracias a la tensión pasiva”. Este equilibrio lo pueden mantener incluso sobre un cable eléctrico o una rama sacudida por el viento.
Con el propósito de comprobar que sí se debía a la tensegridad el equilibrio de las aves, los investigadores diseñaron un modelo matemático del esqueleto de una ave que combina biología y robótica. Lo hicieron de la mano de expertos del Laboratorio de Ciencias Digitales de la Universidad de Nantes (LS2N).
La especie que eligieron para el experimento fue la pinzón cebra y, a partir de su postura, consiguieron entender la forma cómo se mantiene vertical. La correcta tensión en los cables permite que el animal modelado encuentre el equilibrio con las patas dobladas. (Le puede interesar: Los tiburones antiguos habrían sido los primeros en distinguir el sabor amargo)
En realidad, dice el investigador, el pájaro tiene alrededor de cuarenta músculos que le permiten permanecer de pie y, dependiendo de la especie, correr, nadar, volar, agarrar comida o defenderse. Ahora, los investigadores esperan ampliar sus estudios que los lleven a entender el comportamiento de las aves en movimiento.
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