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Hace tres años un video de un pulpo cambiando de color mientras dormía se hizo viral en internet. Aunque en ese momento no se sabía con mucha certeza porqué, el narrador especulaba sobre aquello que podía estar soñando el animal, como lo imaginan los cuidadores del perro que, dormido, mueve su pata como si estuviera corriendo en un campo abierto. Una nueva investigación ha encontrado que estos patrones de cambio de color en los pulpos dormidos son característicos de dos estados de sueño alternativos: un estado de sueño tranquilo y un estado de sueño activo.
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El estudio fue publicado en Cell y comienza describiendo las dificultades que la ciencia se ha topado para estudiar el sueño en los invertebrados. Su cuerpo blando, caparazón rígido o la vida que llevan en el medio ambiente acuático son obstáculos que, por ejemplo, no se suele tener con los mamíferos.
A pesar de eso, se están usando algunos criterios para definir el sueño. Los Octopus vulgaris (pulpo común) cumple con todos esos criterios para definir el sueño. Por ejemplo, eligen un lugar de descanso preferido y asumen una postura típica de cabeza baja, brazos enroscados alrededor del cuerpo, cuerpo inmóvil (excepto por encogimiento esporádico y movimiento rápido y aleatorio de las ventosas), cuerpo de color pálido, ojos entrecerrados o completamente cerrados y pupilas, y tasa de ventilación reducida. Los pulpos no solo duermen, sino que su sueño tiene un comportamiento que se explica en dos etapas: tranquilo y activo.
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En el estado tranquilo, los pulpos están inmóviles, su piel es uniformemente pálida y sus ojos se cierran casi completamente. El sueño activo, que según la investigación se produce después del tranquilo, es similar al sueño REM (en los humanos, el sueño de movimientos oculares rápidos, el ritmo cardíaco aumenta y la respiración se vuelve irregular) y en él el animal produce cambios en el color y la textura de la piel así como movimientos parpadeantes de los ojos, contracciones de los brazos y espasmos musculares en el cuerpo.
Para describir esto, los investigadores capturaron cuatro pulpos salvajes en las aguas tropicales del norte de Brasil y los trasladaron a su laboratorio en la Universidad Federal de Rio Grande do Norte. Allí los observaron dormir. Los resultados sugieren que los pulpos tienen diferentes estados de sueño.