Los renos del Ártico pueden dormir mientras siguen masticando comida
Un reciente estudio publicado en Current Biology ha detallado cómo estos animales logran mantener un ciclo de sueño a pesar de las fluctuantes condiciones lumínicas. La investigación destaca la conexión entre la rumia, el proceso de masticación, y la regulación del sueño en los renos, ofreciendo nuevas perspectivas sobre su adaptación a este riguroso entorno ártico.
En el Ártico hay momentos del año en el que hay oscuridad o luz constante, estaciones en donde el día y la noche no existen como la conocemos en el resto del mundo. Si la percepción de luz es fundamental para coordinar los ciclos de sueño, como sabe la ciencia, ¿cómo hacen para dormir los animales que viven allí? Al parecer, y en el caso de los renos, rumiar (masticar) podría ayudar. (Puede ver: La NASA ya tiene fecha para su regreso a la Luna, será el 23 de febrero)
Un nuevo estudio publicado en la revista Current Biology apunta a eso. “Especulamos que en la naturaleza la rumia podría asumir una parte importante de la cobertura del sueño”, dijo, citada por The Guardian, la profesora Gabriela Wagner, coautora de la investigación. La rumia implica la regurgitación de alimentos para una segunda masticación. Curiosamente, este estudio revela que la actividad de rumiar está intrínsecamente ligada a la regulación del sueño en estos animales, especialmente durante las estaciones del año en las que la luz solar es constante en el Ártico.
Los investigadores realizaron mediciones de electroencefalografía (EEG) en cuatro renos hembra adultos en invierno, verano (cuando la luz del día persiste de manera casi continua) y otoño en cuatro renos hembra adultos en invierno, verano y otoño. Estas mediciones se llevaron a cabo en las instalaciones de la Universidad Ártica de Noruega (UiT).
Puede ver: https://www.cell.com/current-biology/fulltext/S0960-9822(23)01667-6#secsectitle0025
Durante 4 días en cada estación, se realizaron grabaciones que incluyeron dos privaciones de sueño cortas, una al mediodía y otra a medianoche (ambas superiores a 2 horas de vigilia), y un registro basal de 24 horas. Estas mediciones permitieron identificar diferentes estados de vigilia, como el sueño REM, el sueño no-REM y la rumia.
Y es que la rumia es un comportamiento similar al sueño en términos de tranquilidad física. Los investigadores se preguntaron si durante este periodo los renos pueden recuperarse del cansancio acumulado. Se compararon tanto el comportamiento como las señales cerebrales durante la rumia y el sueño NREM, encontrando similitudes en la actividad cerebral entre ambas.
Esta relación sugiere que la rumia actúa como un mecanismo compensatorio, permitiendo a los renos mantener una homeostasis del sueño a pesar de las cambiantes condiciones lumínicas. A pesar de niveles más altos de actividad general durante estos meses, los renos no reducen su tiempo total de sueño.
Puede ver: Las flores silvestres están dependiendo menos de los insectos polinizadores
Es decir, a pesar de niveles más altos de actividad general durante, especialmente, los meses de verano, los renos no reducen su tiempo total de sueño. La necesidad de mantener un tiempo constante de sueño a lo largo del año podría relacionarse con la movilidad estacional de estos animales y su búsqueda incesante de alimentos en el duro paisaje del Ártico.
En el Ártico hay momentos del año en el que hay oscuridad o luz constante, estaciones en donde el día y la noche no existen como la conocemos en el resto del mundo. Si la percepción de luz es fundamental para coordinar los ciclos de sueño, como sabe la ciencia, ¿cómo hacen para dormir los animales que viven allí? Al parecer, y en el caso de los renos, rumiar (masticar) podría ayudar. (Puede ver: La NASA ya tiene fecha para su regreso a la Luna, será el 23 de febrero)
Un nuevo estudio publicado en la revista Current Biology apunta a eso. “Especulamos que en la naturaleza la rumia podría asumir una parte importante de la cobertura del sueño”, dijo, citada por The Guardian, la profesora Gabriela Wagner, coautora de la investigación. La rumia implica la regurgitación de alimentos para una segunda masticación. Curiosamente, este estudio revela que la actividad de rumiar está intrínsecamente ligada a la regulación del sueño en estos animales, especialmente durante las estaciones del año en las que la luz solar es constante en el Ártico.
Los investigadores realizaron mediciones de electroencefalografía (EEG) en cuatro renos hembra adultos en invierno, verano (cuando la luz del día persiste de manera casi continua) y otoño en cuatro renos hembra adultos en invierno, verano y otoño. Estas mediciones se llevaron a cabo en las instalaciones de la Universidad Ártica de Noruega (UiT).
Puede ver: https://www.cell.com/current-biology/fulltext/S0960-9822(23)01667-6#secsectitle0025
Durante 4 días en cada estación, se realizaron grabaciones que incluyeron dos privaciones de sueño cortas, una al mediodía y otra a medianoche (ambas superiores a 2 horas de vigilia), y un registro basal de 24 horas. Estas mediciones permitieron identificar diferentes estados de vigilia, como el sueño REM, el sueño no-REM y la rumia.
Y es que la rumia es un comportamiento similar al sueño en términos de tranquilidad física. Los investigadores se preguntaron si durante este periodo los renos pueden recuperarse del cansancio acumulado. Se compararon tanto el comportamiento como las señales cerebrales durante la rumia y el sueño NREM, encontrando similitudes en la actividad cerebral entre ambas.
Esta relación sugiere que la rumia actúa como un mecanismo compensatorio, permitiendo a los renos mantener una homeostasis del sueño a pesar de las cambiantes condiciones lumínicas. A pesar de niveles más altos de actividad general durante estos meses, los renos no reducen su tiempo total de sueño.
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Es decir, a pesar de niveles más altos de actividad general durante, especialmente, los meses de verano, los renos no reducen su tiempo total de sueño. La necesidad de mantener un tiempo constante de sueño a lo largo del año podría relacionarse con la movilidad estacional de estos animales y su búsqueda incesante de alimentos en el duro paisaje del Ártico.