Mujer egipcia fue momificada con la cabeza de un bebé atrapada en su pelvis
El hallazgo de gemelos en una momia femenina egipcia, descubierto durante una investigación en 2019, plantea interrogantes sobre su muerte. Un equipo de investigadoras realizó un análisis exhaustivo, revelando dos fetos: uno entre las piernas y otro en la cavidad torácica. El estudio sugiere que la presentación podálica del feto pudo haber causado complicaciones obstétricas, desencadenando un estancamiento en el parto, mientras que el segundo feto evidencia un raro evento, la decapitación fetal traumática.
Durante una investigación realizada en 2019 sobre la forma de la pelvis en grupos de población y sus efectos en un parto exitoso, un grupo de investigadores liderado por la antropóloga Francine Margolis, de la Universidad George Washington de Estados Unidos, se topó con una sorpresa.
Uno los individuos estudiados por Margolis era una momia femenina egipcia de aproximadamente 14 a 17 años que tenía entre sus piernas un feto envuelto y colocado allí durante su momificación. En 1908, la madre y el niño fueron excavados y se les realizó una primera autopsia para su análisis. Las notas de campo de aquellos años indican que ambos habrían muerto por complicaciones obstétricas.
Margolis realizó una tomografía computarizada de la momia en 2019 para conocer las medidas de su pelvis y determinar si la desproporción de esta pudo haber jugado un papel en las complicaciones del parto y su posterior muerte. Al examinar las imágenes se identificaron en la madre elementos de lo que se creía que era el feto. Sin embargo, hubo repeticiones de esos elementos. Después de varios análisis, los investigadores llegaron a la conclusión de que había un segundo feto en la cavidad torácica de la momia.
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Es decir, la mujer estaba embarazada de gemelos. El feto momificado a las piernas de la momia es de sexo indeterminado. Con base en las mediciones de los huesos peroné, huesos parietales y ambos huesos frontales, entre otros, los investigadores estimaron que cuando murió, tenía de 34 a 40 semanas prenatales. El feto que la mujer todavía tenía en su cavidad torácica, sin embargo, es más complejo. Las científicas descubrieron pelo y una porción del hueso frontal (cabeza) justo en la entrada de la pelvis.
Un estudio adicional mediante radiografía reveló huesos largos, costillas, arcos neurales, cráneos y metacarpianos de ese segundo feto, que no había sido descubierto hasta ahora. La medición de algunos de sus huesos hace creer a los científicos que la edad de muerte fue de aproximadamente 36 a 40 semanas prenatales, lo que coincide con la edad del feto conocido. Pero, ¿qué fue lo que produjo el fatal desenlace del parto? Para las científicas, el descubrimiento de la cabeza fetal en la entrada de la pelvis “demuestra de manera concluyente que se produjo un estancamiento del parto”.
Las investigadoras creen que la presentación podálica del feto probablemente provocó ese estancamiento.
Para entenderlo, hay que saber que en el contexto de un parto, la posición del bebé al nacer es clave. Normalmente, cuando el bebé está en la posición cefálica (con la cabeza hacia abajo), su cabeza, que es la parte más grande, entra primero en la pelvis materna, lo que facilita el paso por el canal del parto, que es más estrecho en esa área. Sin embargo, cuando el bebé está en presentación podálica (con los glúteos o las piernas hacia abajo), su cabeza puede no estar bien encajada en la pelvis materna, lo que dificulta el paso a través de esta estrechez. En este caso, la circunferencia de la cabeza del bebé, al no estar doblada hacia el pecho, como ocurre en una presentación cefálica, puede ser más grande debido a la diferente posición, lo que provoca un estancamiento durante el parto.
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Este cambio en la posición de la cabeza fetal puede dificultar significativamente el proceso de parto normal y requerir intervenciones médicas para garantizar un parto seguro tanto para la madre como para el bebé.
La desproporción de la pelvis (el origen de la investigación) no se identificó como un factor contribuyente en el desenlace del parto, aunque las investigadoras creen que se necesita más investigación para determinar si las medidas pélvicas eran estadísticamente más pequeñas que las de otras mujeres de la época. También se desconoce cuándo el cuerpo del feto conocido se desprendió de su cabeza. Esto podría haber ocurrido durante el intento de parto y el parto. Este hecho, denominado decapitación fetal traumática.
La expresión “decapitación fetal traumática” describe un evento extremadamente raro y trágico en el contexto del parto, que se produce hoy en día en 0,14 por cada 10.000 nacidos vivos Se refiere a la separación del cuerpo del feto de su cabeza durante el proceso de parto, una situación que puede haber ocurrido durante los intentos de parto o durante el parto en sí mismo. Esta condición es excepcionalmente poco común en la actualidad. Sin embargo, otra opción respecto a la momia es que el cuerpo podría haber sido extraído de la cabeza durante la momificación.
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Tampoco se sabe cómo terminaron exactamente los restos del segundo feto en la cavidad torácica. Una posibilidad, dicen las autoras del estudio publicado en el International Journal of Osteoarchaeology, es que nadie en ese momento supiera la existencia del segundo feto, incluidos los embalsamadores. Era poco común en este período extraer órganos durante el proceso de momificación, por lo que es probable que el bebé desconocido haya sido momificado junto con los demás órganos internos.
Durante una investigación realizada en 2019 sobre la forma de la pelvis en grupos de población y sus efectos en un parto exitoso, un grupo de investigadores liderado por la antropóloga Francine Margolis, de la Universidad George Washington de Estados Unidos, se topó con una sorpresa.
Uno los individuos estudiados por Margolis era una momia femenina egipcia de aproximadamente 14 a 17 años que tenía entre sus piernas un feto envuelto y colocado allí durante su momificación. En 1908, la madre y el niño fueron excavados y se les realizó una primera autopsia para su análisis. Las notas de campo de aquellos años indican que ambos habrían muerto por complicaciones obstétricas.
Margolis realizó una tomografía computarizada de la momia en 2019 para conocer las medidas de su pelvis y determinar si la desproporción de esta pudo haber jugado un papel en las complicaciones del parto y su posterior muerte. Al examinar las imágenes se identificaron en la madre elementos de lo que se creía que era el feto. Sin embargo, hubo repeticiones de esos elementos. Después de varios análisis, los investigadores llegaron a la conclusión de que había un segundo feto en la cavidad torácica de la momia.
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Es decir, la mujer estaba embarazada de gemelos. El feto momificado a las piernas de la momia es de sexo indeterminado. Con base en las mediciones de los huesos peroné, huesos parietales y ambos huesos frontales, entre otros, los investigadores estimaron que cuando murió, tenía de 34 a 40 semanas prenatales. El feto que la mujer todavía tenía en su cavidad torácica, sin embargo, es más complejo. Las científicas descubrieron pelo y una porción del hueso frontal (cabeza) justo en la entrada de la pelvis.
Un estudio adicional mediante radiografía reveló huesos largos, costillas, arcos neurales, cráneos y metacarpianos de ese segundo feto, que no había sido descubierto hasta ahora. La medición de algunos de sus huesos hace creer a los científicos que la edad de muerte fue de aproximadamente 36 a 40 semanas prenatales, lo que coincide con la edad del feto conocido. Pero, ¿qué fue lo que produjo el fatal desenlace del parto? Para las científicas, el descubrimiento de la cabeza fetal en la entrada de la pelvis “demuestra de manera concluyente que se produjo un estancamiento del parto”.
Las investigadoras creen que la presentación podálica del feto probablemente provocó ese estancamiento.
Para entenderlo, hay que saber que en el contexto de un parto, la posición del bebé al nacer es clave. Normalmente, cuando el bebé está en la posición cefálica (con la cabeza hacia abajo), su cabeza, que es la parte más grande, entra primero en la pelvis materna, lo que facilita el paso por el canal del parto, que es más estrecho en esa área. Sin embargo, cuando el bebé está en presentación podálica (con los glúteos o las piernas hacia abajo), su cabeza puede no estar bien encajada en la pelvis materna, lo que dificulta el paso a través de esta estrechez. En este caso, la circunferencia de la cabeza del bebé, al no estar doblada hacia el pecho, como ocurre en una presentación cefálica, puede ser más grande debido a la diferente posición, lo que provoca un estancamiento durante el parto.
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La desproporción de la pelvis (el origen de la investigación) no se identificó como un factor contribuyente en el desenlace del parto, aunque las investigadoras creen que se necesita más investigación para determinar si las medidas pélvicas eran estadísticamente más pequeñas que las de otras mujeres de la época. También se desconoce cuándo el cuerpo del feto conocido se desprendió de su cabeza. Esto podría haber ocurrido durante el intento de parto y el parto. Este hecho, denominado decapitación fetal traumática.
La expresión “decapitación fetal traumática” describe un evento extremadamente raro y trágico en el contexto del parto, que se produce hoy en día en 0,14 por cada 10.000 nacidos vivos Se refiere a la separación del cuerpo del feto de su cabeza durante el proceso de parto, una situación que puede haber ocurrido durante los intentos de parto o durante el parto en sí mismo. Esta condición es excepcionalmente poco común en la actualidad. Sin embargo, otra opción respecto a la momia es que el cuerpo podría haber sido extraído de la cabeza durante la momificación.
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