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El Comité de Médicos por la Medicina Responsable (PCRM, por sus siglas en inglés), una organización sin ánimo de lucro estadounidense que trabaja por los derechos de los animales, denunció que 15 de 23 monos a los que se les implantó uno de los chips cerebrales de la empresa Neuralink, de Elon Musk, murieron luego de padecer un “sufrimiento extremo”.
Según Jeremy Beckham, director de defensa de la investigación de PCRM: “Casi todos los monos a los que se les colocaron implantes en la cabeza sufrieron efectos de salud bastante debilitantes. Estaban, francamente, mutilando y matando a los animales”. (Puede leer: Primera universidad indígena en la Amazonía colombiana: la lucha de María Herrera)
¿Qué es Neuralink y qué tienen que ver los monos?
Neuralink es una empresa fundada hace seis años por Elon Musk, el hombre más rico del planeta. Lo que busca Musk con esta compañía es desarrollar un chip que se pueda implantar en el cerebro y que ayude a las personas en distintos sentidos. Desde recuperarse de lesiones en el cerebro o en la médula espinal, pasando por la cura de enfermedades mentales como la depresión, hasta conectar a los humanos al internet. (Puede interesarle: Mujeres de ciencia: estas son algunas de las “duras” de Colombia)
Desde entonces, Neuralink junto a la Universidad de California empezaron a probar los chips cerebrales en 23 monos. Si bien en el pasado Musk señaló que esperaba iniciar las pruebas en humanos hacia 2021, los experimentos aún no arrojan los resultados para iniciar esa etapa. Aún así, el año pasado la compañía publicó el video de un mono que contaba con uno de los chips jugando ping-pong contra una computadora mientras este daba las órdenes con su mente. (Ver video desde el minuto 2:17)
Para determinar la cantidad de animales que murieron, PCRM le solicitó a la universidad los registros públicos de los experimentos. Según la organización, tuvieron que analizar más de 700 páginas para concluir que 15 de los 23 monos que hicieron parte de los ensayos murieron.
“Estos implantes altamente invasivos y su hardware asociado, que se insertan en el cerebro después de perforar agujeros en los cráneos de los animales, han producido infecciones recurrentes en los animales, comprometiendo significativamente su salud, así como la integridad de la investigación”, señaló la ONG. (Le puede interesar: Revelan nuevos detalles de uno de los animales más extraños que existió)
Por esta razón, el jueves 10 de febrero, PCRM presentó un documento ante el Departamento de Agricultura de Estados Unidos, acusando a Neuralink y a la Universidad de California de violar nueve leyes de Bienestar Animal.
Un portavoz de la universidad señaló que la institución cumplió con todas las leyes y regulaciones del caso. Advirtió que ya no trabajan con Neuralink. Mientras tanto, la compañía no ha respondido a las acusaciones.