Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
Brasil inició las obras para construir el que será el primer laboratorio de bioseguridad de primer nivel de América Latina, (del tipo BSL-4), donde se estudiarán y almacenarán de manera segura los patógenos como virus, bacterias y parásitos, más peligrosos de la región. El laboratorio, que recibe el nombre “Orión”,será el más avanzado de América Latina y uno de los más importantes del mundo, según mencionó el gobierno brasileño.
(Lea: Mpox: OIM pide ayuda para atender a migrantes en riesgo de contraer la enfermedad)
Orión estará ubicado en el campus del Centro Nacional de Investigaciones en Energía y Materiales (CNPEM), en Campinas, en el estado de São Paulo, donde también se desarrolla el Proyecto Sirius, un acelerador de partículas de 68 mil metros cuadrados que cuenta con la mayor infraestructura de investigación jamás construida en Brasil.
Los científicos podrán utilizar tres líneas de rayos X derivadas del acelerador de partículas que está en el mismo centro para revelar las estructuras de los patógenos y la dinámica de cómo infectan células, tejidos y pequeños organismos. Encontrar la manera de conectar ambos proyectos es el próximo reto.
En este mismo lugar también habrá laboratorios de bioseguridad de nivel inferior, incluidas instalaciones BSL-2 y BSL-3. Los laboratorios BSL-4 serán los más seguros de todos y estarán aisladas del resto, pues allí los investigadores trabajarán con patógenos que se pueden transmitir por el aire, que son mortales y para los que no existen vacunas ni tratamientos.
(Lea: ¿Qué es la lengua azul, la enfermedad que está afectando al ganado en Europa?)
Según el CNPEM, toda esta infraestructura debería beneficiar, por ejemplo, al desarrollo de métodos de diagnóstico, vacunas, tratamientos y estrategias epidemiológicas, fortaleciendo así el sistema de salud brasileño y fomentando la soberanía nacional para enfrentar las crisis sanitarias.
Otro de los desafíos que tiene el funcionamiento de este laboratorio es capacitar a los miembros del personal para trabajar en un tipo de instalación nuevo para la región. Según señaló Gregory Koblentz, especialista en biodefensa de la Universidad George Mason, a la revista Nature, la instalación también debe desarrollar un marco regulatorio para garantizar que los experimentos riesgosos tengan la supervisión de un panel directivo, así como instalar medidas de seguridad para evitar el acceso no autorizado de personas u organizaciones que puedan liberar patógenos intencionalmente.
El costo de la construcción y posterior mantenimiento es otra de las inquietudes. El gobierno brasileño ha invertido cerca de 1.000 millones de reales (unos 180 millones de dólares) en la construcción del laboratorio. En 2022, Thomas Ksiazek, jefe de operaciones de alta contención en el Laboratorio Nacional de Galveston, una instalación BSL-4 en Texas, dijo a Nature que su laboratorio requería casi 12 millones de dólares al año para mantenimiento y operaciones, de los cuales 2 millones se gastaron en seguridad las 24 horas.
El gobierno del país sudamericano sostiene que el costo para construir Orión es menor que el que se ha invertido en otros países y que están buscando fondos de otros ministerios y fuentes para “construir un sistema resiliente” que permita su operación en el largo plazo.
“Todos los países necesitarán prepararse para nuevas pandemias y Orión se encuentra en el eje de preparación para otras emergencias sanitarias”, afirmó la ministra de Salud, Nísia Trindade, a Agencia Brasil.