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Hace más de 20 años nació una organización que buscaba visibilizar dos fenómenos que, incluso hoy, pasan desapercibidos: las mujeres que hacen ciencia y que, además, la hacen en países en desarrollo. Así fue como en 1993 se creó la OWSD, un programa liderado por Unesco que, para 2018, tenía 7.000 miembros y estaba presente en 30 país. (Le puede interesar: Ser científica y mamá en Colombia: la desventaja que no queremos ver)
A mediados de mayo, gracias al esfuerzo liderado por cuatro científicas colombianas, la OWSD abrió por primera vez su capítulo en Colombia. El Espectador habló con Jenny Paola Danna-Buitrago, PhD en Economía de la Université de Grenoble (Francia) y miembro del Comité Ejecutivo de OWSD Colombia, para conocer sobre cómo esta iniciativa puede aportar a las científicas colombianas. (Lea también: Tatiana Toro, la colombiana nombrada directora del Instituto de Investigaciones en Ciencias Matemáticas de EE.UU.)
¿Qué beneficios implica tener un capítulo para Colombia de la OWSD?
La OWSD lo que busca es empoderar a las mujeres científicas en países en desarrollo, lo que lo hace único, porque ninguna otra organización tiene ese último foco. La idea es poder visibilizar a las científicas y ayudarles a que terminen y lideren proyectos de investigación por medio de acceso a convocatorias. Además, la OWSD ayuda a impulsar que los resultados de las investigaciones que las científicas realizan puedan tener un impacto real en esos países en desarrollo. Y, bueno, también ayuda con problemas que existen en otras áreas, no solo en la ciencia, como la brecha salarial o que, por la carga doméstica, muchas mujeres cabeza de hogar dejan su trabajo o, en este caso, sus investigaciones científicas. (Le puede interesar: Las colombianas que la están rompiendo en su campo)
¿Y qué se necesita para hacer parte del capítulo Colombia?
Es fácil. Entrar a la página de OWSD, vincularse, y enviar la hoja de vida diciendo que quiere hacer parte del capítulo Colombia. Allá (la sede de OWSD está en Italia) miran el perfil y lo aceptan.
¿Hay que cumplir algún criterio?
Sí. Que la mujer esté interesada en la investigación, ya sea desde la educación o la misma acción. Piden mínimo una maestría o un doctorado, y demostrar que se está desarrollando un proyecto de investigación o que se ha realizado alguno.
¿A qué puede acceder una científica que se una a OWSD?
A convocatorias, becas, financiación de proyectos u oportunidades de movilidad, que impliquen ir a trabaja a laboratorios en otros países. La científica podrá tener un rol activo o pasivo. Por activo me refiero a que podrá ser parte de alguno de los comités del capítulo. Ahora tenemos un Comité Ejecutivo, con las cuatro personas que lideraron la iniciativa (Luisa Fernanda Echevarría, Laura Andrea Galvis, Angela Patricia Jiménez y yo), pero estamos creando comités en distintas áreas. Las científicas están a tiempo de unirse para ser parte de alguno. Pero, bueno, si no tienen tiempo, pueden tener un rol pasivo y simplemente hacer parte de OWSD para recibir las convocatorias.
¿Ya hay científicas que hacen parte de este capítulo?
Sí, hay 75 miembros. Con este grupo fue nos postulamos a la OWSD para que abrieran el capítulo Colombia.
¿Cómo fue esa creación?
Tocaba pasarle un proyecto escrito a OWSD con los objetivos que queríamos implementar para Colombia. Uno de los requisitos, además, era que existiera una institución anfitriona y como yo soy directora de investigaciones de la Fundación Universitaria los Libertadores, firmamos un convenio con ellos.
¿Cuál es el panorama de la científica en Colombia?
Es el mismo de todos los países, porque también pasa en los desarrollados, y es que existe una brecha entre hombres y mujeres, aunque en otros países es menor. Hay una brecha salarial y en términos de formación profesional, porque hay algunas áreas, como la ingeniería o lo que llaman las ciencias “duras”, en el que las mujeres no están participando. Y, bueno, eso me lleva a otra cosa: que en Colombia no le damos tanta importancia a las ciencias sociales. Acá una científica es una ingeniera, la que está en la Nasa, o que tiene bata blanca. Lo que queremos mostrar es que muchas mujeres somos científicas desde las ciencias sociales. Yo, por ejemplo, estoy en la economía. Lo que no quiere decir que porque no esté en un laboratorio no estoy haciendo ciencia. Eso es una necesidad grande en la que queremos enfocarnos: en que haya horizontalidad en las distintas áreas del conocimiento, que todas se reconozcan.