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Hace cuatro años, Michel Roccati, un joven italiano, sufrió un accidente en su motocicleta que lo dejó parapléjico. Ahora, luego de una cirugía donde le implantaron 16 electrodos en la médula espinal ha vuelto a caminar. “Los primeros pasos fueron increíbles, un sueño hecho realidad”, dijo en una rueda de prensa en Lausana, Suiza. Gracias a esta intervención, Roccati y otros dos hombres a quienes les practicaron intervenciones similares, podrán caminar, nadar y montar bicicleta.
Las cirugías fueron lideradas por Grégoire Courtine, neurocientífico francés y profesor de la Escuela Politécnica Federal de Lausana (Suiza) y Jocelyne Bloch, profesora y neurocirujana en el Hospital Universitario de Vaud, de la misma ciudad. Ambos llevan trabajando en este sistema desde hace más de tres años y en el 2018 lograron demostrar el éxito gracias a una intervención similar que le practicaron a un hombre que había quedado paralizado por una lesión parcial de la médula espinal. (Puede leer: Satélites construidos por estudiantes esperan llegar al espacio esta semana)
Desde entonces, Courtine y Bloch continuaron la investigación y mejoraron su sistema, el cual se basa en electrodos controlados por inteligencia artificial. “Estos implantes pueden estimular la región de la médula espinal que activa el tronco y los músculos de las piernas. Gracias a esta nueva tecnología, tres pacientes con lesión completa de la médula espinal pudieron caminar de nuevo fuera del laboratorio”, señalaron los investigadores.
Courtine explica el funcionamiento de la tecnología y empieza advirtiendo que los algoritmos de estimulación se basan en imitar la naturaleza: “nuestros cables blandos implantados están diseñados para ponerse debajo de las vértebras, directamente sobre la médula espinal. Pueden modular las neuronas que regulan grupos de músculos específicos. Al controlar los implantes, podemos activar la médula espinal como el cerebro lo haría naturalmente para tener al paciente de pie, caminando, nadando o montando una bicicleta”. (También le puede interesar: ¿Cuál es realmente la esperanza de vida de un perro?)
Para Bloch, la diferencia con los intentos del pasado que ahora les permite alcanzar este importante logro para la recuperación de personas parapléjicas, radica en que los cables implantados son más largos y anchos y se ubican de tal manera que corresponde a las raíces de los nervios espinales. Esto, según la neurocirujana, “permite tener mayor selectividad y precisión en el control de las secuencias motoras”.
Además de dar a conocer los resultados de sus intervenciones, Courtine y Bloch también publicaron un estudio en la revista Nature explicando en detalle el proceso. “Este estudio demuestra los beneficios de nuestro enfoque, concluyen los científicos.