Plástico biodegradable no se descompondría tan rápido como se pensaba
Un grupo de investigadores sugirió que un tipo de plástico biodegradable popular, conocido como ácido poliláctico, no se descompone tan rápido como se esperaba. Tras varios análisis, encontraron que mientras las fibras de algodón comenzaban a descomponerse al mes de caer en el océano, este material bioplástico se demoraba más de 400 días.
Una de las estrategias que se ha empleado para disminuir el impacto de la contaminación por plásticos es emplear productos biodegradables. En este caso plástico biodegradable o bioplástico, el cual consisten en conseguir polímeros naturales a partir de residuos agrícolas, almidón, entre otros productos. (Lea: Desechos plásticos harían que millones de personas estén en riesgo de inundaciones)
Sin embargo, una reciente investigación dirigida por expertos de la Institución Scripps de Oceanografía en San Diego, California, encontró que un tipo bioplástico no se descompone en el ambiente tan rápido como se esperaba.
Los investigadores se centraron en un tipo de bioplástico popular conocido como ácido poliláctico, el cual es conocido por ser biodegradable bajo ciertas condiciones, como temperaturas superiores a 60 °Celsius o en el agua.
Además de este material, los investigadores recopilaron muestras de fibra de otros plásticos a base de aceite y bio y fibras naturales, como el algodón. Luego, las dejaron durante un tiempo en aguas costeras y en el lecho marino. (Puede leer: El reciclaje podría estar liberando grandes cantidades de microplásticos)
Tras varios meses, analizaron bajo un microscopio cómo se habían descompuesto estas fibras. Encontraron que mientras las fibras de algodón comenzaban a descomponerse al mes de caer en el océano, este material bioplástico se demoraba más de 400 días.
Los investigadores señalan que “las microfibras de ácido poliláctico son potencialmente tóxicas para los organismos marinos, incluidas las medusas. Las medusas estudiadas cambiaron la frecuencia de su pulso cuando se expusieron a altas concentraciones de estas fibras plásticas, lo que potencialmente redujo su capacidad para cazar, evitar a los depredadores y mantener la orientación en el agua”.
Otra de las preocupaciones de los investigadores es el tiempo que estas fibras de ácido poliláctico perdurarán en el ambiente marino. “Cuanto más tiempo permanezcan estas fibras en el medio ambiente, más probable es que sean devoradas por organismos marinos”, se lee en el documento publicado en la revista Plos One. (Lea también: Un tercio de la población mundial podría vivir en un clima peligrosamente cálido)
Los investigadores también encontraron evidencia que mostró que se está presentando bioacumulación de microplásticos en múltiples especies y tipos de microplásticos. Por eso, reiteraron, la importancia de reducir el uso de materiales plásticos.
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Una de las estrategias que se ha empleado para disminuir el impacto de la contaminación por plásticos es emplear productos biodegradables. En este caso plástico biodegradable o bioplástico, el cual consisten en conseguir polímeros naturales a partir de residuos agrícolas, almidón, entre otros productos. (Lea: Desechos plásticos harían que millones de personas estén en riesgo de inundaciones)
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Los investigadores se centraron en un tipo de bioplástico popular conocido como ácido poliláctico, el cual es conocido por ser biodegradable bajo ciertas condiciones, como temperaturas superiores a 60 °Celsius o en el agua.
Además de este material, los investigadores recopilaron muestras de fibra de otros plásticos a base de aceite y bio y fibras naturales, como el algodón. Luego, las dejaron durante un tiempo en aguas costeras y en el lecho marino. (Puede leer: El reciclaje podría estar liberando grandes cantidades de microplásticos)
Tras varios meses, analizaron bajo un microscopio cómo se habían descompuesto estas fibras. Encontraron que mientras las fibras de algodón comenzaban a descomponerse al mes de caer en el océano, este material bioplástico se demoraba más de 400 días.
Los investigadores señalan que “las microfibras de ácido poliláctico son potencialmente tóxicas para los organismos marinos, incluidas las medusas. Las medusas estudiadas cambiaron la frecuencia de su pulso cuando se expusieron a altas concentraciones de estas fibras plásticas, lo que potencialmente redujo su capacidad para cazar, evitar a los depredadores y mantener la orientación en el agua”.
Otra de las preocupaciones de los investigadores es el tiempo que estas fibras de ácido poliláctico perdurarán en el ambiente marino. “Cuanto más tiempo permanezcan estas fibras en el medio ambiente, más probable es que sean devoradas por organismos marinos”, se lee en el documento publicado en la revista Plos One. (Lea también: Un tercio de la población mundial podría vivir en un clima peligrosamente cálido)
Los investigadores también encontraron evidencia que mostró que se está presentando bioacumulación de microplásticos en múltiples especies y tipos de microplásticos. Por eso, reiteraron, la importancia de reducir el uso de materiales plásticos.
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