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Una investigación publicada en la revista Nature presenta los resultados de una observación innovadora en el estudio de exoplanetas, los planetas que orbitan estrellas lejanas.
Se trata del planeta WASP-39 b, que tiene un tamaño 1.3 veces mayor al de Jupiter, y que gira alrededor de una estrella que se encuentra a 700 años luz de la Tierra. El autor principal del estudio, Néstor Espinoza, que trabaja analizando estos planetas con imágenes del telescopio James Webb, explicó en sus redes sociales que la idea surgió en varios investigadores tras años de usar una técnica convencional.
Al analizar la superficie de exoplanetas con las imágenes que les proporcionaba el telescopio, hacían un promedio, por ejemplo, de la temperatura que se presenta en todo el exoplaneta. “Hace un tiempo a varios se nos ocurrió una manera de estudiar porciones más pequeñas del planeta, una técnica que nos permite ver la atmósfera del “atardecer” y del “amanecer” del planeta” explicó Espinoza en X (antes Twitter).
El exoplaneta que analizaron para el estudio es uno que tiene un lado constantemente expuesto a la luz de la estrella que orbita. Por decirlo de otra manera, una parte del planeta está siempre de día, y la otra parte de noche.
Los investigadores encontraron dos rasgos particulares en la temperatura de este planeta. La primera, que la temperatura en el lado matutino es de unos 600 °C, mientras que la del lado nocturno es de alrededor de 800 °C, lo que indica que este planeta es más cálido en su lado oscuro. En esto, influiría la dirección de los vientos que se registran en su atmósfera. La segunda es que en la parte que recibe luz constante presenta una mayor nubosidad que la parte que no está expuesta a la estrella.
WASP-39 b se ha convertido en una especie de planeta de referencia en el estudio de la atmósfera de exoplanetas con Webb. Tiene una atmósfera inflada y esponjosa, por lo que la señal que proviene de la luz de las estrellas filtrada a través de la atmósfera del planeta es bastante fuerte”, apuntó Espinoza para la página web de la NASA.
Esta investigación abre la puerta a una nueva forma de analizar la superficie de exoplanetas. Para el uso de esta técnica, aseguran los científicos, es clave la precisión de la información que puede brindarles el James Webb, que tiene un mayor alcance que la que utilizaban con el telescopio Hubble.
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