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El viernes 8 de marzo, un extraño objeto atravesó el techo de la casa de la familia Otero, en la ciudad de Naples, Florida. El impacto fue de tal magnitud, que el material logró abrir un orificio incluso en el subsuelo. Sin saber de qué se podría tratar, los Otero se pusieron en contacto con las autoridades para que investigaran el hecho.
Poco de un mes después, a mediados de abril, la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio de los Estados Unidos, más conocida como la NASA, confirmó que el objeto que atravesó la casa de los Otero provenía de la Estación Espacial Internacional (ISS, por sus siglas en inglés).
En marzo de 2021, tres años antes del incidente en Naples, la NASA utilizó un brazo robótico en la ISS para liberar una carga que contenía viejas baterías que debían ser reemplazadas. El peso total de las baterías liberadas, conocidas como hardware, según la agencia espacial, alcanzaba los 2.600 kilos.
En los planes de la NASA, el hardware debía quemarse por completo antes de entrar a la atmósfera terrestre el 8 de marzo de este año. Sin embargo, como lo reportó la agencia espacial en abril, “un trozo de hardware sobrevivió al reingreso y chocó contra una casa en Naples (...). La NASA recolectó el objeto en cooperación con el propietario y lo analizó en el Centro Espacial Kennedy de la agencia en Florida”.
Tras los análisis, la NASA determinó que los restos estaban hechos de aleación de metal Inconel, pesaban 1,6 libras (0.7 kilos), y medía aproximadamente 10 centímetros de alto.
Recientemente, se conoció que Alejandro Otero contrató a la abogada Mica Nguyen Worthy para demandar a la NASA por el incidente. Según dio a conocer el bufete de abogados de Worthy, “los daños que se les deben a los miembros de la familia incluyen daños materiales no asegurados, daños por interrupción de la actividad comercial, daños por angustia emocional y mental y los costos de asistencia de terceros necesarios en el proceso”.
De acuerdo con la agencia AFP, las reclamaciones de la familia Otero superan los 80.000 dólares, lo que correspondería a poco más de 327 millones de pesos. Para la abogada, sin embargo, este caso, el primero en su tipo, podría servir para sentar un precedente sobre los accidentes que han generado en los últimos años la basura espacial.
“Aquí, el gobierno de Estados Unidos, a través de la NASA, tiene la oportunidad de establecer el estándar o ‘sentar un precedente’ en cuanto a cómo deben ser las operaciones espaciales responsables, seguras y sostenibles. Si la NASA adoptara la posición de que las reclamaciones de los Oteros deben pagarse en su totalidad, enviaría una fuerte señal tanto a otros gobiernos como a las industrias privadas de que esas víctimas deben ser compensadas independientemente de la culpa”, concluyó Worthy.
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