La investigación fue publicada en Economic History Research.
Foto: Getty Images/fStop - Malte Mueller
En el colegio tenía un compañero que se llamaba Santiago, pero a quien todos reconocíamos como “chiqui”. Estábamos en décimo grado y “chiqui” tenía una estatura evidentemente más baja que el resto de sus compañeros hombres. Él casi nunca se molestaba porque lo llamáramos así, pero su cara enrojecía de rabia cuando alguno de los más altos pasaba junto a él y le tocaba la cabeza con palmaditas suaves, una sonrisa burlona y un claro sentimiento de condescendencia. Nadie, sin embargo, parecía tomarlo muy en serio en esos arrancones. (Lea