¿Por qué los colombianos son más altos que las colombianas?
Un equipo de investigadores trató de entender las razones que explican por qué los hombres, en promedio, son más altos que las mujeres en nuestro país. Condiciones laborales, salud y la Violencia son algunos de los factores que pueden ayudar a entender la diferencia.
Juan Diego Quiceno
En el colegio tenía un compañero que se llamaba Santiago, pero a quien todos reconocíamos como “chiqui”. Estábamos en décimo grado y “chiqui” tenía una estatura evidentemente más baja que el resto de sus compañeros hombres. Él casi nunca se molestaba porque lo llamáramos así, pero su cara enrojecía de rabia cuando alguno de los más altos pasaba junto a él y le tocaba la cabeza con palmaditas suaves, una sonrisa burlona y un claro sentimiento de condescendencia. Nadie, sin embargo, parecía tomarlo muy en serio en esos arrancones. (Lea Video: así se ven 5.000 galaxias que reveló el telescopio James Webb)
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En el colegio tenía un compañero que se llamaba Santiago, pero a quien todos reconocíamos como “chiqui”. Estábamos en décimo grado y “chiqui” tenía una estatura evidentemente más baja que el resto de sus compañeros hombres. Él casi nunca se molestaba porque lo llamáramos así, pero su cara enrojecía de rabia cuando alguno de los más altos pasaba junto a él y le tocaba la cabeza con palmaditas suaves, una sonrisa burlona y un claro sentimiento de condescendencia. Nadie, sin embargo, parecía tomarlo muy en serio en esos arrancones. (Lea Video: así se ven 5.000 galaxias que reveló el telescopio James Webb)
Algunos años después volví a verlo y seguía, casi, de la misma estatura, inferior a simple vista al promedio de los hombres en Colombia, que está en unos 171,9 centímetros. ¿Por qué él mide menos que eso? ¿Por qué, en general, los hombres medimos un poco más que las mujeres? ¿Son los genes? ¿Quizá la alimentación, el sexo, el sector de la ciudad en el que crecimos?
Es posible que sea un poco de todo eso. Durante décadas, la ciencia ha dedicado tiempo y millones de dólares a entender la gran diversidad de estaturas que existen en el planeta y cómo influye eso en nuestro día a día. Aunque, ciertamente, ese esfuerzo parece haberse concentrado más en los países de renta alta (o ricos). (Lea ‘No planeamos robar trabajos’: esto dijeron robots en cumbre de inteligencia artificial)
“Existen pocos estudios sobre las diferencias entre hombres y mujeres en cuanto a su talla adulta y sus determinantes. Los que existen se centran en economías avanzadas. Mi hipótesis sobre por qué ha sido así apunta a los datos. En países como el nuestro hay muchos datos sobre hombres, pero hay muy pocos sobre mujeres, que, por ejemplo, tuvieron cédula mucho después que ellos”, explica Daniel Lasso Jaramillo, economista de la Universidad de los Andes y coautor de una investigación que hace poco fue publicada en Economic History Research y que se pregunta, justamente, por qué medimos lo que medimos en Colombia.
¿Qué tiene que ver la cocina de leña con la altura?
Hablar de la altura nunca ha sido fácil. Un par de centímetros de más se ha relacionado con varias ventajas sociales. En el 2000, por ejemplo, un estudio publicado en Nature analizó a 4.419 hombres sanos de 25 a 60 años para concluir que los más altos tenían mayor probabilidad de éxito reproductivo, al resultar más atractivos para las mujeres.
“La estatura adulta refleja la vida de las personas porque, además de verse afectada por la genética, también está influenciada por las condiciones nutricionales, ambientales y socioeconómicas de la niñez y la adolescencia”, explica Lasso, que realizó la investigación junto a Adolfo Meisel-Roca, de la U. del Norte, y María Teresa Ramírez-Giraldo, del Banco de la República.
Desde hace décadas, sin embargo, es posible que hombres y mujeres compartan una alimentación similar o un mismo acceso a salud. Si eso sucede en Colombia, ¿por qué ellos siguen siendo, en general, más altos que ellas? La respuesta parece estar en algo que los científicos llaman la “ecosensibilidad”.
En términos simples, la ecosensibilidad plantea, en primer lugar, que, en tiempos económicos difíciles, los hombres resultan más afectados en términos de ganancia de centimetros, y en tiempos buenos, crecen más. Durante la segunda mitad del siglo XX, dice el estudio, ellos se beneficiaron más de las mejoras socioeconómicas y del nivel de vida que experimentó Colombia (mejoras significativas en las condiciones sanitarias, una mejor nutrición y una mayor esperanza de vida al nacer). En cambio, la altura de las mujeres se vio afectada por algunas enfermedades respiratorias debido a diferencias ambientales y socioculturales.
“Encontramos que esto se debe a la cocina con leña. Mientras los hombres no cocinaban tanto, las mujeres sí lo hacían y veían su salud afectada. Los roles de género quedan explícitos ahí”, detalla Lasso.
La ocupación laboral, de hecho, ha tenido un importante rol en la altura de los colombianos y colombianas. Para los hombres, los resultados del estudio sugieren una diferencia de altura de 0,34 cm entre trabajadores calificados y no calificados. Para las mujeres, esa diferencia entre calificadas y no calificadas, es de alrededor de 0,38 cm.
Incluso la Violencia (esa época histórica de confrontación política en las décadas de 1940 y 1950) pudo haber tenido efectos en la altura de la población colombiana. Cuando se compara la estatura de los hombres nacidos en 1950 con los nacidos en 1940, los investigadores encontraron que el más bajo de 1950 era hasta 0,75 cm más bajo que los hombres nacidos durante la década de 1940. Los efectos de esta época variaron según las regiones y fueron más graves en las zonas rurales, donde las condiciones socioeconómicas eran más adversas que en las zonas urbanas, pero para los investigadores es claro que afectó en mayor medida la altura de los hombres del campo, en comparación con la de los urbanos.
En contraste, durante la Violencia las mujeres crecieron 0,54 cm más, lo que sugiere, dice el estudio, que esta época no las afectó tanto como a los hombres. Algo diferente sucedió 20 años después, en 1970. Durante estos años, y en un escenario de crecimiento y mejoramiento de vida general, los hombres colombianos crecían 1,5 cm más, mientras que las mujeres lo hacían solo unos 0,5 cm.
“Estos resultados son consistentes con la hipótesis de la ecosensibilidad, ya que la estatura de los hombres se beneficia más de las buenas condiciones ambientales que la de las mujeres”, agrega Lasso.
“Hay algo que menciono y siempre me queda sonando, y es que uno debería repetir este mismo estudio en unos 20 años”, señala el investigador colombiano. “Es posible que vayamos a encontrar una diferencia en estatura entre hombres y mujeres similar. En un futuro, quizá, podremos ver los efectos que tuvo en la altura situaciones de salud pública como el covid-19, o las crisis económicas que se han vivido en los últimos 30 años y que han impacto la dieta de las familias”.
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