Por un pelo, sugieren que especie de tigre declarada extinta aún vive
Una investigación sugiere que un pelo encontrado en la isla de Java, Indonesia, podría corresponder a una especie extinta.
La ciencia determina el nivel de riesgo en el que se encuentra una especie por la cantidad de observaciones confirmadas de esta y, en los mejores casos, por la cantidad de estudios sobre su diversidad genética, su distribución y la conservación de su hábitat.
Cuando las poblaciones de un animal disminuyen, por ejemplo, empiezan a emitirse niveles de alerta, como que es vulnerable, está en riesgo de extinción, en peligro crítico o incuso, se considera extinto en vida salvaje, aunque existan individuos en cautiverio.
La Lista Roja de Especies en Peligro de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) es el mecanismo que se utiliza a nivel internacional para conocer el estado de una especie en el mundo. Esa lista declaró en 2003 que el tigre de Java (Panthera tigris sondaica), una especie propia de una isla con el mismo nombre en Indonesia, estaba extinto. Entre otras razones para considerarlo así, estaba la ausencia de registros oficiales del animal desde la década de 1970. Pobladores de la región, sin embargo, han hecho durante años registros informales de tigres en la zona. Ninguno ha podido confirmarse.
Ahora, un artículo publicado recientemente en la revista Oryx, de la Universidad de Cambridge, acaba de poner en duda la extinción del animal, planteando una discusión en la comunidad científica sobre la probabilidad de recuperar a esa especie.
Un pelo de tigre recolectado en 2019 en una cerca de una aldea en Java fue el origen de esta investigación. Los científicos compararon su información genética con la del pelaje de un tigre de Java recolectado en 1930, y que hacía parte de la colección biológica del Museo Zoológico de Bogor, en Indonesia.
Además, compararon esta información con la de algunas subespecies cercanas al tigre de Java, como el tigre de Balí o el tigre de Sumatra. En los resultados, encontraron que el pelo recolectado en la isla de Java tiene más cercanía genética con la información genética del individuo de tigre de Java recolectado en 1930 que con otras subespecies de este félido.
Aunque la investigación no concluye con esto que la especie esté viva, sí plantea la posibilidad de que los avistamientos informales de las comunidades de la isla correspondan a tigres de Java. Ahora, la ciencia trabajará para monitorear la región y recopilar nuevas pruebas que permitan confirmar o descartar que la especie esté viva.
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La ciencia determina el nivel de riesgo en el que se encuentra una especie por la cantidad de observaciones confirmadas de esta y, en los mejores casos, por la cantidad de estudios sobre su diversidad genética, su distribución y la conservación de su hábitat.
Cuando las poblaciones de un animal disminuyen, por ejemplo, empiezan a emitirse niveles de alerta, como que es vulnerable, está en riesgo de extinción, en peligro crítico o incuso, se considera extinto en vida salvaje, aunque existan individuos en cautiverio.
La Lista Roja de Especies en Peligro de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) es el mecanismo que se utiliza a nivel internacional para conocer el estado de una especie en el mundo. Esa lista declaró en 2003 que el tigre de Java (Panthera tigris sondaica), una especie propia de una isla con el mismo nombre en Indonesia, estaba extinto. Entre otras razones para considerarlo así, estaba la ausencia de registros oficiales del animal desde la década de 1970. Pobladores de la región, sin embargo, han hecho durante años registros informales de tigres en la zona. Ninguno ha podido confirmarse.
Ahora, un artículo publicado recientemente en la revista Oryx, de la Universidad de Cambridge, acaba de poner en duda la extinción del animal, planteando una discusión en la comunidad científica sobre la probabilidad de recuperar a esa especie.
Un pelo de tigre recolectado en 2019 en una cerca de una aldea en Java fue el origen de esta investigación. Los científicos compararon su información genética con la del pelaje de un tigre de Java recolectado en 1930, y que hacía parte de la colección biológica del Museo Zoológico de Bogor, en Indonesia.
Además, compararon esta información con la de algunas subespecies cercanas al tigre de Java, como el tigre de Balí o el tigre de Sumatra. En los resultados, encontraron que el pelo recolectado en la isla de Java tiene más cercanía genética con la información genética del individuo de tigre de Java recolectado en 1930 que con otras subespecies de este félido.
Aunque la investigación no concluye con esto que la especie esté viva, sí plantea la posibilidad de que los avistamientos informales de las comunidades de la isla correspondan a tigres de Java. Ahora, la ciencia trabajará para monitorear la región y recopilar nuevas pruebas que permitan confirmar o descartar que la especie esté viva.
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