Nobel de Química para quienes descubrieron las partículas que revolucionaron la TV
El francés Moungi G. Bawendi, el estadounidensen Louis E. Brus y el ruso Alexei I. Ekimov fueron los galardonados por descubrir y desarrollar estos puntos esenciales para el uso de los computadores o de los televisores.
Este miércoles 4 de octubre fue entregado el Premio Nobel de Química. Los galardonados fueron el francés Moungi G. Bawendi, el estadounidense Louis E. Brus y el ruso Alexei I. Ekimov por el descubrimiento y desarrollo de unas partículas que hoy son fundamentales para muchos de nosotros: los llamados puntos cuánticos. Sus propiedades únicas permiten que veamos los partidos de la selección de Colombia en las pantallas de televisión, que leamos este artículo en un computador o que caminemos de noche bajo la luz de las lámparas LED.
Como explicó el comité del Nobel, “estos puntos cuánticos ahora iluminan monitores de computadora y pantallas de televisión basadas en tecnología QLED. También añaden matices a la luz de algunas lámparas LED, y los bioquímicos y médicos las utilizan para mapear el tejido biológico”. Por el momento, por ejemplo, es un área emergente en el diagnóstico del cáncer. (Lea Premio Nobel de Medicina para los pioneros de la vacuna de ARNm contra el covid-19)
En otras palabras, los ganadores del Nobel de Química lograron producir partículas tan pequeñas que sus propiedades están determinadas por fenómenos cuánticos. Se trata de partículas sumamente importantes en la nanotecnología.
En el caso de la televisión, estos puntos cuánticos han permitido mejorar la calidad de imagen y la eficiencia de energía, pues muestran colores muchísimo más precisos de lo que lo hacían los televisores del siglo pasado. Compañías como Samsung, Sony y Philips la suelen implementar en sus productos.
“Los puntos cuánticos tienen muchas propiedades fascinantes e inusuales”, sintetizó Johan Åqvist, presidente del Comité del Nobel de Química. “Durante mucho tiempo, nadie pensó que alguna vez se podrían producir partículas tan pequeñas. Pero los ganadores de este año lo lograron”.
Brus fue el primer científico del mundo en demostrar efectos cuánticos dependientes del tamaño en partículas que flotan libremente en un fluido. Pertenece a la Universidad de Columbia (Estados Unidos) y nació en 1943 en Cleveland.
Ekimov, que se crio en la Unión Soviética y trabaja actualmente para Nanocrystals Technology Inc, en Nueva York., hizo un hallazgo algo clave a principios de la década de 1980: “Kogró crear efectos cuánticos dependientes del tamaño en vidrio coloreado. El color procedía de nanopartículas de cloruro de cobre y Ekimov demostró que el tamaño de las partículas afectaba al color del vidrio mediante efectos cuánticos”, explicó el comité del Nobel.
Por su parte, Bawendi, que nació en 1961 en París y está afiliado al Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), en Estados Unidos, revolucionó la producción química de estos puntos cuánticos, “dando como resultado partículas casi perfectas. Esta alta calidad era necesaria para que pudieran utilizarse en aplicaciones”.
“Los puntos cuánticos aportan el mayor beneficio a la humanidad. Los investigadores creen que en el futuro podrían contribuir a la electrónica flexible, sensores diminutos, células solares más delgadas y comunicación cuántica cifrada”, aseguró en un comunicado la Real Academia.
En esta oportunidad, la entrega del Premio Nobel ha estado rodeada de confusión, pues, por equivocación, llegó a algunos medios suecos un comunicado en el que se anunciaba cuál era el área en la que otorgarían el galardón. Sin embargo, Bawendi no se percató de lo sucedido y dijo que había estado “profundamente dormido”. Aseguró que sintió “muy sorprendido, somnoliento, consternado... y muy honrado”.
Ayer, 3 de octubre, concedieron el Premio Nobel de Física a Pierre Agostini, Ferenc Krausz y Anne L’Huillier, física francesa y afiliada a Universidad de Lund, en Suecia, por haberle dado a la humanidad herramientas para explorar el mundo de los electrones.
El lunes entregaron el Premio Nobel de Medicina a Katalin Karikó y Drew Weissman, dos científicos cuyas investigaciones fueron cruciales para el desarrollo de las vacunas de ARN mensajero para el covid-19, que salvaron millones de vidas. Se les entregó el galardón por “por sus descubrimientos sobre modificaciones de bases de nucleósidos que permitieron el desarrollo de vacunas de ARNm eficaces contra el covid-19″.
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Este miércoles 4 de octubre fue entregado el Premio Nobel de Química. Los galardonados fueron el francés Moungi G. Bawendi, el estadounidense Louis E. Brus y el ruso Alexei I. Ekimov por el descubrimiento y desarrollo de unas partículas que hoy son fundamentales para muchos de nosotros: los llamados puntos cuánticos. Sus propiedades únicas permiten que veamos los partidos de la selección de Colombia en las pantallas de televisión, que leamos este artículo en un computador o que caminemos de noche bajo la luz de las lámparas LED.
Como explicó el comité del Nobel, “estos puntos cuánticos ahora iluminan monitores de computadora y pantallas de televisión basadas en tecnología QLED. También añaden matices a la luz de algunas lámparas LED, y los bioquímicos y médicos las utilizan para mapear el tejido biológico”. Por el momento, por ejemplo, es un área emergente en el diagnóstico del cáncer. (Lea Premio Nobel de Medicina para los pioneros de la vacuna de ARNm contra el covid-19)
En otras palabras, los ganadores del Nobel de Química lograron producir partículas tan pequeñas que sus propiedades están determinadas por fenómenos cuánticos. Se trata de partículas sumamente importantes en la nanotecnología.
En el caso de la televisión, estos puntos cuánticos han permitido mejorar la calidad de imagen y la eficiencia de energía, pues muestran colores muchísimo más precisos de lo que lo hacían los televisores del siglo pasado. Compañías como Samsung, Sony y Philips la suelen implementar en sus productos.
“Los puntos cuánticos tienen muchas propiedades fascinantes e inusuales”, sintetizó Johan Åqvist, presidente del Comité del Nobel de Química. “Durante mucho tiempo, nadie pensó que alguna vez se podrían producir partículas tan pequeñas. Pero los ganadores de este año lo lograron”.
Brus fue el primer científico del mundo en demostrar efectos cuánticos dependientes del tamaño en partículas que flotan libremente en un fluido. Pertenece a la Universidad de Columbia (Estados Unidos) y nació en 1943 en Cleveland.
Ekimov, que se crio en la Unión Soviética y trabaja actualmente para Nanocrystals Technology Inc, en Nueva York., hizo un hallazgo algo clave a principios de la década de 1980: “Kogró crear efectos cuánticos dependientes del tamaño en vidrio coloreado. El color procedía de nanopartículas de cloruro de cobre y Ekimov demostró que el tamaño de las partículas afectaba al color del vidrio mediante efectos cuánticos”, explicó el comité del Nobel.
Por su parte, Bawendi, que nació en 1961 en París y está afiliado al Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), en Estados Unidos, revolucionó la producción química de estos puntos cuánticos, “dando como resultado partículas casi perfectas. Esta alta calidad era necesaria para que pudieran utilizarse en aplicaciones”.
“Los puntos cuánticos aportan el mayor beneficio a la humanidad. Los investigadores creen que en el futuro podrían contribuir a la electrónica flexible, sensores diminutos, células solares más delgadas y comunicación cuántica cifrada”, aseguró en un comunicado la Real Academia.
En esta oportunidad, la entrega del Premio Nobel ha estado rodeada de confusión, pues, por equivocación, llegó a algunos medios suecos un comunicado en el que se anunciaba cuál era el área en la que otorgarían el galardón. Sin embargo, Bawendi no se percató de lo sucedido y dijo que había estado “profundamente dormido”. Aseguró que sintió “muy sorprendido, somnoliento, consternado... y muy honrado”.
Ayer, 3 de octubre, concedieron el Premio Nobel de Física a Pierre Agostini, Ferenc Krausz y Anne L’Huillier, física francesa y afiliada a Universidad de Lund, en Suecia, por haberle dado a la humanidad herramientas para explorar el mundo de los electrones.
El lunes entregaron el Premio Nobel de Medicina a Katalin Karikó y Drew Weissman, dos científicos cuyas investigaciones fueron cruciales para el desarrollo de las vacunas de ARN mensajero para el covid-19, que salvaron millones de vidas. Se les entregó el galardón por “por sus descubrimientos sobre modificaciones de bases de nucleósidos que permitieron el desarrollo de vacunas de ARNm eficaces contra el covid-19″.
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