¿Qué significa el movimiento de la cola de los perros?, esto dice la ciencia
Un grupo de científicos se dio a la tarea de analizar más de 100 investigaciones que se han encargado de estudiar por qué los perros mueven la cola y qué significan esos movimientos. En uno de ellos encontraron que el perro doméstico era la especie que más meneaba la cola.
Un grupo de científicos se dio a la tarea de analizar más de 100 investigaciones que se han encargado de estudiar por qué los perros mueven la cola y qué significan esos movimientos. Los resultados fueron publicados en la revista Biology Letters. (Lea: Científicos chinos clonaron con éxito un mono rhesus, que ahora tiene dos años)
Lo primero que explican los investigadores es que muchos animales mueven su cola y lo hacen por diversos motivos, como moverse, buscar equilibrio o quitar animales molestos (como las moscas) de su cuerpo. Entre los estudios que analizaron hubo uno que les llamó la atención, en este se analizaron más de 40 especies durante cuatro años. Encontraron que el perro doméstico era la especie que más meneaba la cola.
Los humanos, estiman los científicos, domesticaron a los perros entre 15.000 y 50.000 años. Taylor Hersh, coautor del artículo y doctor del Instituto Max Planck de Psicolingüística de los Países Bajos, aseguró que aunque no se pueda establecer el comienzo de la relación entre perros y humanos, lo que sí consiguieron hacer fue “observar el comportamiento actual de los perros en conjunto con el comportamiento humano para tratar de comprender cómo era ese proceso de domesticación”.
Además, en otro estudio, encontraron que los perros, al parecer, comenzaron a menear su cola como medio de comunicación con otros. Hersh contó a Science que “parece que es una especie de señal de sumisión o apaciguamiento hacia un individuo más agresivo o dominante. Esto aparece especialmente en los lobos (...) solo que los perros se han vuelto mucho más especializados para eso”. (Puede leer: Encuentran especie de tiranosaurio nunca antes vista y sería nuevo pariente del T. rex)
Los investigadores cuentan que lo que encontraron en los estudios muestran que el porte, la velocidad y las pulsaciones por minuto del movimiento de la cola marcaban la forma en la que los perros trataban de comunicarse.
Por ejemplo, contó Andrea Ravignani, de la Universidad Sapienza, a Science, “si un perro encuentra algo a lo que quiere acercarse, se mueve más hacia el lado derecho de su cuerpo, mientras que si hay algo de lo que quiere alejarse, se mueve hacia el lado izquierdo”.
Silvia Leonetti, autora principal del artículo e investigadora de la Universidad de Turín, por su parte, señaló a The Guardian que presentaban una nueva hipótesis: “los humanos, consciente o inconscientemente, elegimos a aquellos que mueven la cola durante el proceso de domesticación porque nos sentimos muy atraídos por los estímulos rítmicos”. Así como pasa con el golpe de los cascos de un caballo al caminar.
Varios de los estudios, contaron los investigadores, mostraron que las personas nos sentimos atraídas en particular por los patrones isócronos, que es un ritmo en el que todos los intervalos entre eventos son iguales. “Si no cuantificamos el ritmo del movimiento de la cola, podemos darnos cuenta de que hay un patrón que tal vez seleccionamos porque nos gusta”, añadió Leonetti. (Lea también: Esta sería la razón por la cual se extinguió el mayor primate de la historia)
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Un grupo de científicos se dio a la tarea de analizar más de 100 investigaciones que se han encargado de estudiar por qué los perros mueven la cola y qué significan esos movimientos. Los resultados fueron publicados en la revista Biology Letters. (Lea: Científicos chinos clonaron con éxito un mono rhesus, que ahora tiene dos años)
Lo primero que explican los investigadores es que muchos animales mueven su cola y lo hacen por diversos motivos, como moverse, buscar equilibrio o quitar animales molestos (como las moscas) de su cuerpo. Entre los estudios que analizaron hubo uno que les llamó la atención, en este se analizaron más de 40 especies durante cuatro años. Encontraron que el perro doméstico era la especie que más meneaba la cola.
Los humanos, estiman los científicos, domesticaron a los perros entre 15.000 y 50.000 años. Taylor Hersh, coautor del artículo y doctor del Instituto Max Planck de Psicolingüística de los Países Bajos, aseguró que aunque no se pueda establecer el comienzo de la relación entre perros y humanos, lo que sí consiguieron hacer fue “observar el comportamiento actual de los perros en conjunto con el comportamiento humano para tratar de comprender cómo era ese proceso de domesticación”.
Además, en otro estudio, encontraron que los perros, al parecer, comenzaron a menear su cola como medio de comunicación con otros. Hersh contó a Science que “parece que es una especie de señal de sumisión o apaciguamiento hacia un individuo más agresivo o dominante. Esto aparece especialmente en los lobos (...) solo que los perros se han vuelto mucho más especializados para eso”. (Puede leer: Encuentran especie de tiranosaurio nunca antes vista y sería nuevo pariente del T. rex)
Los investigadores cuentan que lo que encontraron en los estudios muestran que el porte, la velocidad y las pulsaciones por minuto del movimiento de la cola marcaban la forma en la que los perros trataban de comunicarse.
Por ejemplo, contó Andrea Ravignani, de la Universidad Sapienza, a Science, “si un perro encuentra algo a lo que quiere acercarse, se mueve más hacia el lado derecho de su cuerpo, mientras que si hay algo de lo que quiere alejarse, se mueve hacia el lado izquierdo”.
Silvia Leonetti, autora principal del artículo e investigadora de la Universidad de Turín, por su parte, señaló a The Guardian que presentaban una nueva hipótesis: “los humanos, consciente o inconscientemente, elegimos a aquellos que mueven la cola durante el proceso de domesticación porque nos sentimos muy atraídos por los estímulos rítmicos”. Así como pasa con el golpe de los cascos de un caballo al caminar.
Varios de los estudios, contaron los investigadores, mostraron que las personas nos sentimos atraídas en particular por los patrones isócronos, que es un ritmo en el que todos los intervalos entre eventos son iguales. “Si no cuantificamos el ritmo del movimiento de la cola, podemos darnos cuenta de que hay un patrón que tal vez seleccionamos porque nos gusta”, añadió Leonetti. (Lea también: Esta sería la razón por la cual se extinguió el mayor primate de la historia)
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