Ratones que juegan videojuegos muestran una parte del cerebro clave para la memoria
Un grupo de ratones que juegan videojuegos de realidad virtual le dio pistas a los neurocientíficos sobre una parte del cerebro que, hasta el momento, no se había asociado a los recuerdos y que podría tener un papel clave sobre la retención de información. Los resultados de la investigación fueron publicados en la revista Cell.
Ni en las películas más bizarras se hubiese podido imaginar que un grupo de ratones que juegan videojuegos de realidad virtual le podría dar algunas pistas a los neurocientíficos sobre la memoria. Específicamente, sobre una parte del cerebro que, hasta el momento, no se había asociado a los recuerdos y que podría tener un papel clave sobre la retención de información. (Lea: Logran el primer mapa del cerebro de un insecto y de sus conexiones neuronales)
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Ni en las películas más bizarras se hubiese podido imaginar que un grupo de ratones que juegan videojuegos de realidad virtual le podría dar algunas pistas a los neurocientíficos sobre la memoria. Específicamente, sobre una parte del cerebro que, hasta el momento, no se había asociado a los recuerdos y que podría tener un papel clave sobre la retención de información. (Lea: Logran el primer mapa del cerebro de un insecto y de sus conexiones neuronales)
Los investigadores de la Universidad Rockefeller (Estados Unidos), detallan el proceso en la revista Cell. Lo primero que aclaran es que aún queda un camino largo para investigar sobre este tema, sin embargo, añaden, este experimento arrojó hallazgos interesantes para entender los procesos y ubicaciones clave involucrados en la creación de memoria.
Uno de ellos es que, por medio de estos videojuegos de realidad virtual usados por los ratones, consiguieron localizar el mapa de conexiones cerebrales en donde, probablemente, se generaría el “filtro” que selecciona cuáles son esas experiencias diarias que se almacenan en nuestra memoria durante un período de tiempo mucho más largo. (En este video puede ver parte del comportamiento de los ratones)
Las conexiones cerebrales o neuronales, explica en su blog la pediatra y neuropediatra, María José Mas, se da por un proceso conocido como la sinapsis, que, básicamente, “es la unión entre una neurona y otra célula (neurona o no). Un lugar muy activo en el que continuamente suceden cosas”.
Para llegar a este hallazgo, los investigadores desarrollaron un corredor de realidad virtual, el cual fue proyectado frente a ratones mientras corrían sobre una bola giratoria de espuma, que fue usada para controlar la dirección de sus movimientos.
Cada uno de los caminos conducían a una especie de recompensa. El primero era agua azucarada ilimitada que podrían tomar de un pico; en el otro había una cantidad limitada de esta bebida; y, en el último, recibían un “golpe” de aire en la cara.
En cada una de las carreras, cuentan los investigadores en el documento, “por medio de señales sensoriales en forma de estímulos visuales, auditivos y aromáticos se adelantaban a cada resultado, enseñando gradualmente a los ratones qué esperar en la culminación de cada viaje”. (Puede leer: Implantaron neuronas humanas en ratas para estudiar mejor algunas enfermedades)
Luego de que los ratones aprendieron cuál era la señal que anticipaba cada resultado, los investigadores pusieron a prueba su capacidad para recordar esas pistas externas durante el transcurso de varias semanas. En esos días, los científicos experimentaron la estimulación de inhibición del hipocampo y el tálamo anterior.
Aquí, advierten el documento, es donde empieza lo curioso de este experimento, pues el hipocampo se ha asociado tradicionalmente con la retención de la memoria; mientras que el tálamo no. “La limitación de las capacidades del hipocampo mediante la inhibición quimiogenética mostró que los ratones tenían problemas para recordar las causas y los efectos del laberinto de realidad virtual, incluso a corto plazo”, dicen.
En cuanto al tálamo, añadieron, cuando fue inhibido mostró limitaciones en las capacidades de memoria a largo plazo. Pero, en la estimulación de esta parte del cerebro mejoró esta hazaña. Los investigadores descubrieron que la estimulación del tálamo ayudó a los ratones a recordar lo que debería haber sido una experiencia menos memorable. (Lea también: Un cambio en un gen hizo la diferencia entre el cerebro humano moderno y el neandertal)
Andrew Toader, estudiante graduado de Rockefeller, uno de los codirectores del estudio, por medio de un comunicado, contó que “tan pronto como los ratones comienzan a aprender una tarea, el tálamo realiza este proceso de selección y elige qué recuerdos se estabilizarán en la corteza a largo plazo”. La próxima tarea, añadió el investigaron, es buscar “determinar si factores como la adrenalina o la dopamina ayudan al tálamo a determinar la retención de la memoria”.
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