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El lanzamiento del telescopio espacial James Webb (JWST), que según los astrónomos dará pie a una nueva era de descubrimientos, fue retrasado del 18 al 22 de diciembre, luego de un “incidente” en la plataforma de salida en Guayana Francesa, informó la NASA el lunes.
Los técnicos se preparaban para adherir el Webb al “launch vehicle adapter”, que es usado para insertar el telescopio de 10.000 millones de dólares en la parte superior de un cohete Ariane 5.
“Un súbito desprendimiento inesperado de una argolla de sujeción, que fija al Webb al launch vehicle adapter, causó una vibración a través del observatorio”, explicó la agencia espacial estadounidense, y subrayó que el incidente ocurrió cuando las operaciones se realizaban “bajo la responsabilidad general de Arianespace”.
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Arianespace es una empresa francesa contratada para el lanzamiento del telescopio. Una investigación de la NASA busca determinar cómo sucedió y realiza pruebas para “determinar con certeza que el incidente no dañó ningún componente”.
El telescopio orbitará alrededor del Sol, a 1,5 millones de kilómetros de la Tierra, muy lejos de los límites de su hermano mayor Hubble, que opera a 600 km de altitud desde 1990.
Los investigadores quieren usar el telescopio Webb, el más grande y más poderoso jamás construido, para ver hacia atrás en el tiempo más de 13.500 millones de años y mirar las primeras estrellas y galaxias formadas, unos cien millones de años después del Big Bang.
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Presentado como el sucesor del Hubble, el JWST fue construido en Estados Unidos bajo la dirección de la NASA e incorpora instrumentos de las agencias espaciales de Europa (ESA) y Canadá (CSA).
Una de sus principales características es su habilidad para detectar el infrarrojo, ya que cuando la luz de los primeros objetos llega a nuestros telescopios, se ha desplazado hacia el extremo rojo del espectro electromagnético como resultado de la expansión del universo.