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Por siglos, se ha asegurado que parte del éxito biológico que hemos tenido los humanos se debe, entre otras muchas cosas, a una habilidad que creíamos exclusiva de nuestra especie: la evolución cultural acumulativa o, dicho en palabras más sencillas, los comportamientos aprendidos socialmente. Dos estudios publicados recientemente, han puesto a tambalear esta creencia. (Puede leer: Así apareció una importante colección de conchas del siglo XVIII que se creía perdida)
Las investigaciones, publicadas el mismo día en las revistas académicas de Nature, revelan que los abejorros y los chimpancés también aprenden alguna habilidad viendo a sus pares hacerlo. Dicho de una forma más técnica por los autores del segundo estudio, “demostramos que los chimpancés utilizan el aprendizaje social para adquirir una habilidad que no consiguen innovar de forma independiente”.
El profesor Lars Chittka, uno de los autores del estudio con abejorros, tiene una forma más sencilla de explicarlo: “Imagina que dejas a algunos niños en una isla desierta. Con un poco de suerte podrán sobrevivir, pero nunca aprenderán a leer o escribir porque esto requiere aprender de generaciones previas. Este tipo de adquisición acumulativa del conocimiento se creía que era única de la especie humana, hasta ahora”. (Le puede interesar: Esta fosa común de víctimas de la peste podría ser la más grande hallada en Europa)
Y es que el equipo de Chittka, conformado principalmente por investigadores de la Universidad Queen Mary de Londres, demostró que los abejorros pueden aprender de “abejas demostradoras entrenadas a abrir una nueva caja rompecabezas de dos pasos para obtener recompensas alimenticias, aunque no puedan hacerlo de forma independiente”.
El segundo equipo, del estudio de los chimpancés, estuvo integrado por científicos de distintas universidades de Alemania, Bélgica, Países Bajos y Reino Unido. Estos investigadores, a su vez, demostraron que los chimpancés utilizan el aprendizaje social para adquirir una habilidad que no consiguen “innovar de forma independiente”. En este caso, los primates aprendieron a manejar una caja de rompecabezas. (También puede leer: Tripulación de la Estación Espacial regresa a la Tierra tras misión de seis meses)
La importancia de estos hallazgos, escribieron los investigadores del estudio con los insectos, es que, hasta el momento, este tipo de habilidad no había sido demostrado en invertebrados. Además, apuntaron que su descubrimiento “sugiere que el aprendizaje social podría permitir la adquisición de comportamientos demasiado complejos para ‘re-innovar’ mediante el aprendizaje individual”.
Mientras tanto, señalaron los científicos del estudio con chimpancés, “presentamos pruebas de la hipótesis de que el aprendizaje social en chimpancés es necesario y suficiente para adquirir una habilidad nueva y compleja tras la innovación inicial”.
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