Se resolvió misterio sobre desconocido origen de dos hachas de la Edad de Bronce
En junio de 2024, el Museo Nacional de Irlanda había recibido dos cabezas de hacha de la Edad de Bronce por parte de un remitente desconocido. Esto, según la entidad, complicaba cualquier tipo de investigación que se quisiera hacer sobre su origen y contexto.
Investigadores del Museo Nacional de Irlanda resolvieron el misterio que rodeaba a dos hachas de 4.000 años de antigüedad. Hace meses, un remitente desconocido las envío envueltas en espuma dentro de una caja de avena. Según un comunicado emitido por la entidad el mes pasado, este anonimato complicaba directamente el estudio sobre el artefacto, pues conocer el lugar de su descubrimiento era crucial para comprender su contexto y origen.
De hecho, el museo hizo un llamado para que quien hubiera encontrado las hachas brindara más información, ya que, según se lee en el comunicado, contribuye “a la comprensión del objeto y su procedencia, y por lo tanto al valor del descubrimiento. Los patrones de distribución de los sitios arqueológicos permiten a los arqueólogos comprender los asentamientos antiguos”.
Cuando la noticia se expandió a través de los medios de comunicación, Thomas Dunne, cuya familia ha sido propietaria de una porción de tierra en el condado de Westmeath, se enteró de que el museo estaba buscando información sobre las hachas.
Según le contó Dunne al Irish Times, fue él quien encontró las hachas “por casualidad” mientras cortaba pasto para el ganado que tiene en su granja. Cuando un trozo de metal se desprendió de la máquina que utilizaba para hacerlo, Dunne y otros colegas comenzaron a buscarlo con un detector de metales, pero, al mismo tiempo, dieron con los dos objetos antiguos: estaban enterrados en uno de los costados del campo. “En esta zona habría habido viejas fortalezas”, explicó Dunne.
Sin embargo, es importante mencionar que, en Irlanda, es ilegal buscar objetos arqueológicos con detectores de metales. En caso de que se compruebe su uso, las sanciones pueden variar entre tres meses de prisión, hasta una multa de 63.483 euros, o sea $285.673.500 (más de doscientos ochenta millones) de pesos colombianos.
Aunque hasta ahora se cree que Dunne no enfrentará ninguna de las penalidades, el Museo recordó que el uso no regulado de este tipo de dispositivos “causa graves daños al patrimonio arqueológico de Irlanda”.
Actualmente, esa institución está participando en un estudio a nivel internacional para comprender mejor el origen de los metales utilizados para fabricar artefactos caseros en la Edad de Bronce. Aquí, las hachas encontradas jugarán un rol importante para comprender, por ejemplo, el tipo de técnicas que utilizaban las personas que las fabricaron. De hecho, investigadores del Museo ya han visitado el lugar donde Dunne las encontró para recopilar más detalles de sus pobladores de hace 4 mil años.
En Irlanda, los hallazgos arqueológicos sin propietario pasan a ser propiedad del Estado, con el propósito de conservarlo para la investigación y la preservación para las generaciones futuras.
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Investigadores del Museo Nacional de Irlanda resolvieron el misterio que rodeaba a dos hachas de 4.000 años de antigüedad. Hace meses, un remitente desconocido las envío envueltas en espuma dentro de una caja de avena. Según un comunicado emitido por la entidad el mes pasado, este anonimato complicaba directamente el estudio sobre el artefacto, pues conocer el lugar de su descubrimiento era crucial para comprender su contexto y origen.
De hecho, el museo hizo un llamado para que quien hubiera encontrado las hachas brindara más información, ya que, según se lee en el comunicado, contribuye “a la comprensión del objeto y su procedencia, y por lo tanto al valor del descubrimiento. Los patrones de distribución de los sitios arqueológicos permiten a los arqueólogos comprender los asentamientos antiguos”.
Cuando la noticia se expandió a través de los medios de comunicación, Thomas Dunne, cuya familia ha sido propietaria de una porción de tierra en el condado de Westmeath, se enteró de que el museo estaba buscando información sobre las hachas.
Según le contó Dunne al Irish Times, fue él quien encontró las hachas “por casualidad” mientras cortaba pasto para el ganado que tiene en su granja. Cuando un trozo de metal se desprendió de la máquina que utilizaba para hacerlo, Dunne y otros colegas comenzaron a buscarlo con un detector de metales, pero, al mismo tiempo, dieron con los dos objetos antiguos: estaban enterrados en uno de los costados del campo. “En esta zona habría habido viejas fortalezas”, explicó Dunne.
Sin embargo, es importante mencionar que, en Irlanda, es ilegal buscar objetos arqueológicos con detectores de metales. En caso de que se compruebe su uso, las sanciones pueden variar entre tres meses de prisión, hasta una multa de 63.483 euros, o sea $285.673.500 (más de doscientos ochenta millones) de pesos colombianos.
Aunque hasta ahora se cree que Dunne no enfrentará ninguna de las penalidades, el Museo recordó que el uso no regulado de este tipo de dispositivos “causa graves daños al patrimonio arqueológico de Irlanda”.
Actualmente, esa institución está participando en un estudio a nivel internacional para comprender mejor el origen de los metales utilizados para fabricar artefactos caseros en la Edad de Bronce. Aquí, las hachas encontradas jugarán un rol importante para comprender, por ejemplo, el tipo de técnicas que utilizaban las personas que las fabricaron. De hecho, investigadores del Museo ya han visitado el lugar donde Dunne las encontró para recopilar más detalles de sus pobladores de hace 4 mil años.
En Irlanda, los hallazgos arqueológicos sin propietario pasan a ser propiedad del Estado, con el propósito de conservarlo para la investigación y la preservación para las generaciones futuras.
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