Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
La psicología ha estudiado desde hace varios años la relación que podría tener el orden de nacimiento de un grupo de hermanos en sus características adultas. Hasta el momento, algunos estudios habían indicado la posibilidad de un mejor desarrollo de rasgos del intelecto.
Sin embargo, hasta el momento no se han confirmado esas asociaciones ni se han hecho estudios los suficientemente amplios como para considerarlo una relación fuerte. Recientemente, un grupo de investigadores canadienses publicaron en la revista Psychological and Cognitive Sciences uno de los estudios más amplios para estudiar la relación entre el orden de nacimiento y algunos rasgos de la personalidad.
Para este análisis, tuvieron en cuenta una primera muestra de 700.000 participantes que se sometieron a un test de personalidad, a la vez que respondieron preguntas relacionadas con el tamaño de su familia: si son hijos únicos, si tienen uno o más hermanos y en qué orden nacieron.
Los resultados indican una posible relación entre ser el hermano del medio o el más joven, con rasgos como la honestidad, la amabilidad y la capacidad de cooperación, en comparación con los hijos únicos o los primeros en nacer.
También, en una comparación entre los hijos únicos y los hermanos de familias más numerosas, los investigadores encontraros que estos últimos podrían tener una mayor capacidad de cooperación.
Además, realizaron un segundo análisis con una muestra más pequeña, de 70.000 participantes, respondiendo un test de personalidad y preguntas similares sobre el tamaño de la familia. Allí se obtuvieron resultados similares.
Pero, los científicos reconocen algunas limitaciones en su investigación. Por ejemplo, que la muestra corresponde principalmente a habitantes de países habla inglesa, por lo que no se tiene en cuenta a una amplia porción de la población mundial.
Por otra parte, los científicos aseguran que es necesario realizar investigaciones que pongan a prueba esta hipótesis teniendo en cuenta otras variables. Por ejemplo, en este estudio se mantuvieron los resultados cuando se hacían controles por el sexo o la edad de los participantes. Sin embargo, cuando se tenía en cuenta la religión actual con la religión de crianza, las diferencias en los rasgos de personalidad se reducían considerablemente. Esto abre la posibilidad a que haya otras variables que expliquen la relación.
👩🔬📄 ¿Quieres conocer las últimas noticias sobre ciencia? Te invitamos a verlas en El Espectador. 🧪🧬