Si alguna vez ha tomado agua lluvia, debería ver lo que encontraron estos científicos
El estudio se encargó de analizar los niveles de sustancias químicas tóxicas conocidas como PFAS que están presente en el agua de la lluvia. Los resultados fueron publicados en la revista Environmental Science and Technology.
¿Alguna vez se ha cruzado por su mente tomar agua de la lluvia? Puede que quizás no lo haya pensado, pero en algunos lugares del mundo, la lluvia es la única fuente de agua constante y, por lo tanto, están acostumbrados a beberla. (Lea: Ola de calor en Francia: imponen restricciones al uso del agua potable por sequías)
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¿Alguna vez se ha cruzado por su mente tomar agua de la lluvia? Puede que quizás no lo haya pensado, pero en algunos lugares del mundo, la lluvia es la única fuente de agua constante y, por lo tanto, están acostumbrados a beberla. (Lea: Ola de calor en Francia: imponen restricciones al uso del agua potable por sequías)
Pero, ¿qué tan seguro es consumirla? Para saber si esta agua es potable y conocer los niveles de sustancias químicas tóxicas conocidas como PFAS que están presente en el agua de la lluvia, un grupo de investigadores de la Universidad de Estocolmo se dio a la tarea de recopilar datos desde 2010.
Las PFAS, conocidas como las sustancias perfluoroalquiladas, se desintegran extremadamente lento y, hasta el momento, se habían detectado principalmente en envases, sobre todo de plástico. Sin embargo, estudios recientes lograron determinar que estas sustancias habían logrado llegar a otros espacios, como el agua y el aire.
Incluso, dijo a la AFP Ian Cousins, profesor de la universidad y autor principal del estudio, que “no hay ningún lugar en la Tierra donde la lluvia sea segura para beber, según las mediciones que hemos tomado”. Los resultados fueron publicados en la revista Environmental Science and Technology.
Los datos que fueron recopilados desde 2010, además, comprobaron que en ningún lado de la Tierra es seguro tomar agua de la lluvia. “Incluso en la Antártida o la meseta tibetana, los niveles en el agua de lluvia están por encima de las pautas de agua potable que propuso la EPA (Agencia de Protección Ambiental) de Estados Unidos”, añadió el profesor.
De acuerdo con el más reciente documento emitido por la EPA, en Estados Unidos, fue necesario reducir las pautas de PFAS luego de que se reuniera la prueba suficiente que demostrara que estas sustancias químicas pueden afectar la respuesta inmunitaria de los niños a las vacunas, por ejemplo. (Puede leer: Tonga arrojó el equivalente a 50 mil piscinas olímpicas de vapor de agua a la atmósfera)
En el caso de los análisis de las muestras que tomaron de agua lluvia en la Antártida o la meseta tibetana, contienen hasta “niveles de PFAS 14 veces más altos que las nuevas pautas de agua potable de Estados Unidos”, reseña el documento.
Lo grave, apuntó el profesor Cousins, es que ya hay datos que corroboran que, una vez ingeridos, los PFAS se acumulan en el cuerpo. También que son tan persistentes y omnipresentes que, lo más probable, es que ya no desaparezcan de la Tierra.
“Hemos cruzado un límite planetario, Hemos hecho que el planeta sea inhóspito para la vida humana al contaminarlo irreversiblemente ahora para que ya nada esté limpio. Y hasta el punto de que no está lo suficientemente limpio para estar seguro”, aseguró el docente.
Varios estudios realizados en los últimos años han demostrado que estas sustancias podría traer graves consecuencias en el cuerpo de las personas, como problemas de fertilidad, retrasos en el desarrollo de los niños, aumento del riesgo de obesidad o ciertos tipos de cáncer. (Le puede interesar: Contaminantes en el aire y el agua podrían influir si un bebé nacerá niña o niño)
Aunque la presencia de estas sustancias ya están en todos lados, Cousins hizo énfasis en que sus niveles en las personas en realidad han disminuido “bastante significativamente en los últimos 20 años.“Lo que ha cambiado son las pautas. Han bajado millones de veces desde principios de la década de 2000, porque hemos aprendido más sobre la toxicidad de estas sustancias”. Por eso, dijo, es una realidad con la que hay que vivir. Por el momento, finalizó, no es recomendable beber agua de la lluvia porque no es potable y cuenta con niveles de toxicidad elevados.
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