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El pasado 26 de septiembre, la NASA llevó a cabo su misión DART, la primera prueba de defensa planetaria de la historia. En esta, chocaron una pequeña nave espacial contra el asteroide Dimorphos, de unos 160 metros de diámetro, que orbita alrededor de otro asteroide más grande, llamado Didymos, que tiene 780 metros de diámetro, aproximadamente.
La agencia espacial tuvo como objetivo desviar el asteroide, para analizar qué sucedería en caso de que se tuviera que defender a la Tierra de un cuerpo celeste de este tipo. El momento de la colisión se trasmitió en vivo por medio de las redes y página web de la NASA. Pero, ¿qué pasó después? ¿Cómo se vieron los efectos del choque? (También puede leer: Así podrá ver a Júpiter, Saturno y la lluvia de meteoros en el cielo en octubre)
Dos días después del impacto, los científicos Teddy Kareta y Matthew Knight utilizaron el Telescopio de Investigación Astrofísica del Sur (SOAR por sus siglas en inglés), ubicado en Cerro Pachón, Chile, para ver la columna de polvo y escombros arrojada desde la superficie del asteroide.
“Es sorprendente la claridad con la que pudimos capturar la estructura y el alcance de las secuelas en los días posteriores al impacto”, dijo Kareta. “Ahora comienza la siguiente fase de trabajo para el equipo de DART a medida que analizan sus datos y las observaciones de nuestro equipo y otros observadores de todo el mundo que compartieron el estudio de este emocionante evento”, agregó Knight. (Le puede interesar: Encuentran un “cementerio” de estrellas bajo la superficie de la Vía Láctea)
La imagen muestra cómo el rastro de polvo se extiende desde el centro hasta el borde derecho del campo de visión. Teniendo en cuenta la distancia desde el asteroide Didymos hasta la Tierra en el momento de la observación, eso equivaldría a por lo menos 10.000 kilómetros desde el punto de impacto.
“Planeamos usar SOAR para monitorear la eyección en las próximas semanas y meses”, indicó Knight. Estas observaciones permitirán también que los científicos sepan más datos como cuánto material fue expulsado por la colisión, qué tan rápido fue expulsado y la distribución del tamaño de las partículas en la nube de polvo en expansión.
¿Cuál es la relevancia de estos datos? Básicamente, la misión DART de la NASA le apunta a saber todo lo que podría suceder si se llevara a cabo otro de estos impactos controlados para desviar asteroides. De hecho, la agencia espacial explicó que, tras el impacto, “un equipo de investigación medirá cuánto cambió el impacto el movimiento del asteroide en el espacio usando telescopios en la Tierra”.
El objetivo a largo plazo de esta misión es explorar seriamente las alternativas que hay para la defensa planetaria. “Si bien ningún asteroide conocido de más de 140 metros de tamaño tiene una posibilidad significativa de estrellar la Tierra durante los próximos 100 años, solo se ha encontrado alrededor del 40 por ciento de esos asteroides hasta octubre de 2021″, explica la NASA.
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