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El Telescopio Hubble lleva más de tres décadas explorando el universo, analizando su expansión, la formación de los planetas del Sistema Solar, así como la existencia de exoplanetas. Este miércoles la Nasa reveló uno de sus recientes descubrimientos. Se trata de la detección de la estrella Earendel, que podría tratarse de la estrella más lejana de la que hasta ahora se tiene conocimiento, a 12.900 millones de años luz de la Tierra.
“Normalmente, a estas distancias, las galaxias enteras se ven manchas pequeñas, donde se mezcla la luz de millones de estrellas”, afirmó el astrónomo Brian Welch, uno de los autores del descubrimiento, publicado hoy en la revista Nature, en un comunicado de la Nasa. Welch añadió que “la galaxia que alberga esta estrella ha sido ampliada y distorsionada por lentes gravitacionales en una larga media luna que llamamos el Arco del Amanecer”. (Lea: Los documentos desconocidos de la Nasa sobre el nombre del Telescopio James Webb)
La estrella ya no está, pero el Telescopio halló parte de su luz. Earendel existió casi mil millones de años después del Big Bang, es decir, cuando menos del 10% del Universo se había formado: un 7% para ser exactos. La estrella habría tenido una “masa superior a 50 veces la masa del Sol”, según afirmaron los autores del descubrimiento. Su nombre significa “estrella de la mañana” en inglés antiguo y podría estar relacionado con el poema El viaje de Earendel, la estrella vespertina, escrito por J.R.R. Tolkien en 1914.
El astrofísico colombiano Juan Diego Soler explica para El Espectador que “las estrellas en general son objetos tenues comparados con los grupos de estrellas, como la Via Láctea o Andromeda, pero la luz de Earendel ha sido distorsionada y magnificada por la materia en el camino de su brillo hasta la Tierra”.
Para Soler, el descubrimiento del Hubble “es una observación tremendamente emocionante por la dificultad que implica entender el complicado patrón de arcos producido por un lente gravitacional y determinar que efectivamente es una estrella que existe apenas 900 millones de años después del Big Bang. Nunca habíamos visto una estrella como esta, pero no es una sorpresa que exista en esa época, que es justo cuando comenzaron a formarse la primera estrellas”. Y sobre su masa, añade que “por su luminosidad suponemos que tiene unas 50 veces la masa del Sol, pero no sabemos si esta formada de hidrógeno con poquísimas trazas de otros elementos como predicen las teorías de formación de estrellas. La tarea de determinar la composición de este y otros objetos que originaron el ciclo de materia que terminó en la formación del sol y de nuestro planeta es una tarea que queda abierta para el telescopio espacial James Webb”.
Según mencionó en su cuenta de Twitter Andrea Guzmán, estudiante de doctorado en astrofísica, el descubrimiento “abre una ventana para estudiar la formación estelar en una etapa muy temprana”. Y añadió que la composición de la estrella genera interés para los astrónomos porque “se formó antes de que el Universo se llenara con los elementos pesados producidos por sucesivas generaciones de estrellas masivas”. Eärendel sería parte de la primera generación de estrellas que conformaron el Universo. (Lea: El uso del celular no aumenta el riesgo de desarrollar tumores cerebrales)
Y porqué es tan espectacular esto?! Porque nos abre una ventana para estudiar la formación estelar en una etapa muy muy temprana. Para ese entonces esta estrella tal vez ni tendría los mismos elementos químicos que nos rodean! Es como dijo una de los investigadores principales:2/ pic.twitter.com/DAsC7KNFRQ
— Andrea Guzmán Mesa 🇨🇴🇨🇭🇪🇺 (@Astroandrea) March 30, 2022
Hasta ahora, el último descubrimiento de Hubble de una estrella lejana fue en 2018, cuando detectó la estrella Ícaro a 9.000 años luz de la Tierra. Y uno de los últimos reportes que se tenían del Telescopio eran nuevas imágenes de Júpiter, en las que se observó que el planeta está despejando sus nubes blancas de mayor altitud, además de que pudo observarse la Luna Europa que, se cree, podría contener potenciales ingredientes para albergar vida. (Le puede interesar: Detectives ambientales: científicos y jóvenes chocoanos tras el ADN del golfo de Tribugá)