Tras estudiar el genoma de 350.000 personas, hallan variantes asociadas a ser zurdo
Un nuevo estudio, en el que se analizó el genoma de 350.000 personas, explica cómo ciertas mutaciones que alteran el gen TUBB4B están relacionadas con el desarrollo de esta condición, que posee alrededor del 10 % de la población mundial.
Verónica Fuentes - Agencia Sinc
La frecuencia de la zurdera en el mundo se sitúa en torno al 10 %, aunque hay análisis cuyas cifras varían entre un 9,3 y un 18,1%. Esta tendencia a usar preferentemente la mano o el pie izquierdo se caracteriza por una mayor dominancia del hemisferio cerebral derecho.
Estudios poblacionales anteriores encontraron varias variantes genéticas comunes asociadas. Algunas de estas implican genes que codifican los microtúbulos que forman parte del citoesqueleto, el andamiaje que da forma a las células. Sin embargo, aún no está claro cómo intervienen estos genes en la lateralidad, la preferencia espontánea en el uso de los órganos del lado derecho o izquierdo.
Con el objetivo de examinar a fondo las bases genéticas de la zurdera, investigadores del Instituto Max Planck de Psicolingüística en los Países Bajos han analizado datos del genoma de más de 350.000 personas (38.043 zurdos y 313.271 diestros) del biobanco del Reino Unido en busca de variantes genéticas raras –con una frecuencia menor del 1 % en la población– relacionadas.
El trabajo, publicado en Nature Communications, sugiere que el gen TUBB4B tiene 2,7 veces más probabilidades de contener variantes raras de codificación en las personas zurdas, si bien la heredabilidad de la zurdera debida a dichas mutaciones tan poco frecuentes de codificación fue baja, inferior al 1 %.
“Hemos descubierto que las variantes genéticas raras en TUBB4B están asociadas con la zurdera. Aunque solo se encuentran en menos de 1 de cada 1.000 zurdos, el hallazgo es importante porque implica a este gen en el desarrollo de la asimetría cerebral”, explica a SINC Clyde Francks, autor principal.
“Los dos hemisferios cerebrales empiezan a desarrollarse de forma diferente en el embrión humano, pero se desconoce el mecanismo. Encontrar genes relacionados con asimetrías cerebrales o de comportamiento, como la lateralidad, puede dar algunas pistas”, añade.
Eje izquierda-derecha del cerebro
Sobre cómo las variantes raras del exoma contribuyen muy poco a la tasa de personas zurdas, Francks apunta: “Ya sospechábamos por otros trabajos que la asimetría cerebral varía sobre todo debido al azar en el embrión temprano. Aunque para nuestro propósito, la baja heredabilidad no era un problema”.
“Aunque los raros portadores de variantes TUBB4B parecen tener un aumento sustancial de la probabilidad de ser zurdos, creemos que la mayoría de los casos se producen simplemente debido a una variación aleatoria durante el desarrollo del cerebro embrionario, sin influencias genéticas o ambientales específicas”, puntualiza.
Los autores también investigaron hasta qué punto los genes que anteriormente se habían asociado con la esquizofrenia, párkinson, alzhéimer y autismo muestran asociaciones con la lateralidad. Sugieren que dos genes previamente vinculados con el autismo, DSCAM y FOXP1, también pueden estar asociados con la zurdera, aunque no se ha establecido una relación causal.
De hecho, los nuevos resultados no están listos para ser aplicados más allá de la investigación básica. “Contribuyen a un esfuerzo más amplio de la psiquiatría por comprender los mecanismos de variación cerebral y cómo pueden afectar a la predisposición a las enfermedades cerebrales”, afirma Francks.
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La frecuencia de la zurdera en el mundo se sitúa en torno al 10 %, aunque hay análisis cuyas cifras varían entre un 9,3 y un 18,1%. Esta tendencia a usar preferentemente la mano o el pie izquierdo se caracteriza por una mayor dominancia del hemisferio cerebral derecho.
Estudios poblacionales anteriores encontraron varias variantes genéticas comunes asociadas. Algunas de estas implican genes que codifican los microtúbulos que forman parte del citoesqueleto, el andamiaje que da forma a las células. Sin embargo, aún no está claro cómo intervienen estos genes en la lateralidad, la preferencia espontánea en el uso de los órganos del lado derecho o izquierdo.
Con el objetivo de examinar a fondo las bases genéticas de la zurdera, investigadores del Instituto Max Planck de Psicolingüística en los Países Bajos han analizado datos del genoma de más de 350.000 personas (38.043 zurdos y 313.271 diestros) del biobanco del Reino Unido en busca de variantes genéticas raras –con una frecuencia menor del 1 % en la población– relacionadas.
El trabajo, publicado en Nature Communications, sugiere que el gen TUBB4B tiene 2,7 veces más probabilidades de contener variantes raras de codificación en las personas zurdas, si bien la heredabilidad de la zurdera debida a dichas mutaciones tan poco frecuentes de codificación fue baja, inferior al 1 %.
“Hemos descubierto que las variantes genéticas raras en TUBB4B están asociadas con la zurdera. Aunque solo se encuentran en menos de 1 de cada 1.000 zurdos, el hallazgo es importante porque implica a este gen en el desarrollo de la asimetría cerebral”, explica a SINC Clyde Francks, autor principal.
“Los dos hemisferios cerebrales empiezan a desarrollarse de forma diferente en el embrión humano, pero se desconoce el mecanismo. Encontrar genes relacionados con asimetrías cerebrales o de comportamiento, como la lateralidad, puede dar algunas pistas”, añade.
Eje izquierda-derecha del cerebro
Sobre cómo las variantes raras del exoma contribuyen muy poco a la tasa de personas zurdas, Francks apunta: “Ya sospechábamos por otros trabajos que la asimetría cerebral varía sobre todo debido al azar en el embrión temprano. Aunque para nuestro propósito, la baja heredabilidad no era un problema”.
“Aunque los raros portadores de variantes TUBB4B parecen tener un aumento sustancial de la probabilidad de ser zurdos, creemos que la mayoría de los casos se producen simplemente debido a una variación aleatoria durante el desarrollo del cerebro embrionario, sin influencias genéticas o ambientales específicas”, puntualiza.
Los autores también investigaron hasta qué punto los genes que anteriormente se habían asociado con la esquizofrenia, párkinson, alzhéimer y autismo muestran asociaciones con la lateralidad. Sugieren que dos genes previamente vinculados con el autismo, DSCAM y FOXP1, también pueden estar asociados con la zurdera, aunque no se ha establecido una relación causal.
De hecho, los nuevos resultados no están listos para ser aplicados más allá de la investigación básica. “Contribuyen a un esfuerzo más amplio de la psiquiatría por comprender los mecanismos de variación cerebral y cómo pueden afectar a la predisposición a las enfermedades cerebrales”, afirma Francks.
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