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Hace unos 2.500 años, los médicos egipcios atendían las mordeduras de serpientes consultando un rollo de papiro que describía los posibles tratamientos. El papiro contenía información detallada sobre varios aspectos de las mordeduras de serpiente, incluyendo descripciones de diferentes tipos de serpientes venenosas, síntomas de envenenamiento y tratamientos recomendados para contrarrestar los efectos del veneno. A pesar de que los científicos lo encontraron en la década de 1930 y hoy descansa en el Museo de Brooklyn en Nueva York, muchas de las identidades de las serpientes siguen despertando debate.
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Los herpetólogos, que estudian reptiles y anfibios, no han intentado identificar muchas de las serpientes que se describen en el papiro. Las identificaciones son inciertas porque algunas de las especies ya no viven en Egipto. De ahí lo importante de un reciente estudio publicado en Environmental Archaeology. Los investigadores utilizaron un modelo de nicho ecológico para predecir dónde podrían haber vivido estas serpientes hace miles de años, y así probar algunas de las identificaciones propuestas. El modelo de nicho ecológico considera las condiciones ambientales donde vive ahora una especie y luego incorpora datos climáticos de otros lugares para determinar otros hogares adecuados, incluso hace miles de años.
Los autores se centraron en 10 especies de serpientes que se consideran en el papiro particularmente venenosas. Describieron el hábitat de cada una y lo cruzaron con 19 variables climáticas (como las precipitaciones y la temperatura promedio). Después, añadieron datos climáticos de hace hasta 6.000 años y pidieron al modelo predecir con esa información qué serpientes estaban presentes en el Antiguo Egipto.
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Los resultados de nueve especies incluían áreas dentro del Antiguo Egipto, y cuatro (Bitis arietans , Dolichophis jugularis, Macrovipera lebetina y Daboia mauritanica) estaban dentro del Egipto moderno. También se predijo que Daboia palaestinae ocuparía una zona de hábitat adecuado dentro del Egipto moderno, pero separada del área de distribución principal de la especie. La décima especie, Causus rhombeatus, habría estado presente en reinos que eran socios habituales de los antiguos egipcios.
En opinión de sus investigadores, el estudio revela cómo usar modelos de nicho ecológico puede ayudar a comprender qué animales, en este caso serpientes, podrían haber interactuado con las poblaciones antiguas, proporcionando una visión más clara de los riesgos y desafíos que enfrentaban en su entorno.