Un canguro pintado hace 17 mil años: así es la pintura más antigua de Australia
Una pintura de un canguro de dos metros encontrada en la región occidental de Kimberley, en Australia, es el dibujo en piedra más antiguo identificada en este país.
Usando la datación por radiocarbono de 27 nidos de avispas alfareras (Eumeninae) recogidas por encima y debajo de 16 pinturas similares, un equipo de la Universidad de Melbourne (Australia) sitúa la pintura en una antigüedad entre 17.500 y 17.100 años. “Esto la convierte en la pintura in situ más antigua de Australia”, señala el investigador principal Damien Finch, pionero en el uso de esta nueva técnica de datación. (Lea Distanciamiento social: los animales también se protegen de las enfermedades)
El canguro está pintado en el techo inclinado de un refugio rocoso en una finca del clan Unghango, situada en el área protegida indígena Balanggarra.
Las pinturas en roca representan algunos de los primeros intentos de comunicación humana de los que se tiene constancia. El arte rupestre de los aborígenes australianos suele representar animales naturales, pero asignar una fecha a algunas de estas obras suele ser un reto, ya que la materia orgánica usada como pigmento –crucial para la datación por radiocarbono– es difícil de encontrar.
Finch y sus compañeros de investigación colaboraron con propietarios aborígenes de la región de Kimberley para analizar las piezas. En este trabajo encontraron que algunas pinturas conservaban trazas de antiguos nidos de avispas, que sí pueden ser datados por radiocarbono.
Pinturas del final del Último Máximo Glacial
Gracias a la datación de estos nidos, los autores establecieron que las pinturas realizadas con este pigmento tienen entre 17.000 y 13.000 años de antigüedad. La mayoría de estas imágenes eran representaciones de animales: una serpiente, una figura parecida a un lagarto y tres macrópodos (una familia de marsupiales que incluye canguros, ualabís y quokkas).
Por esto, los investigadores han confirmado que este estilo de pintura estuvo presente durante al menos 4.000 años en el final del Último Máximo Glacial.
Según explica el autor principal, este hallazgo es “significativo” ya que gracias a estas estimaciones, “podemos comprender algo de cómo era el mundo en el que vivían estos antiguos artistas”.
“Nunca sabremos qué le rondaba la cabeza a esta persona cuando dibujó esta pieza hace 600 generaciones, pero sí sabemos que el periodo naturalista se extendió hasta la Última Edad de Hielo, por lo que el ambiente era más seco y frío que el actual”, apunta Finch.
Posible vínculo con pinturas aún más antiguas
Por su parte, Sven Ouzman, de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Australia Occidental, apunta que esta pintura rupestre puede aportar más conocimiento sobre la historia cultural indígena: “Esta imagen de canguro es visualmente similar a otras pinturas encontradas en el sudeste asiático y datadas hace 40.000 años, por lo que puede haber un vínculo cultural y, por lo tanto, pinturas aún más antiguas en Australia”.
La presidenta de la Corporación Aborigen de Balanggarra, Cissy Gore-Birch, incide en que este tipo de colaboraciones son importantes para “integrar el conocimiento tradicional con la ciencia occidental”, así como para preservar la historia y la identidad cultural australiana.
Los autores concluyen que las próximas investigaciones deben ayudar a dar más detalles cronológicos de esta actividad creativa de los antiguos australianos.
Usando la datación por radiocarbono de 27 nidos de avispas alfareras (Eumeninae) recogidas por encima y debajo de 16 pinturas similares, un equipo de la Universidad de Melbourne (Australia) sitúa la pintura en una antigüedad entre 17.500 y 17.100 años. “Esto la convierte en la pintura in situ más antigua de Australia”, señala el investigador principal Damien Finch, pionero en el uso de esta nueva técnica de datación. (Lea Distanciamiento social: los animales también se protegen de las enfermedades)
El canguro está pintado en el techo inclinado de un refugio rocoso en una finca del clan Unghango, situada en el área protegida indígena Balanggarra.
Las pinturas en roca representan algunos de los primeros intentos de comunicación humana de los que se tiene constancia. El arte rupestre de los aborígenes australianos suele representar animales naturales, pero asignar una fecha a algunas de estas obras suele ser un reto, ya que la materia orgánica usada como pigmento –crucial para la datación por radiocarbono– es difícil de encontrar.
Finch y sus compañeros de investigación colaboraron con propietarios aborígenes de la región de Kimberley para analizar las piezas. En este trabajo encontraron que algunas pinturas conservaban trazas de antiguos nidos de avispas, que sí pueden ser datados por radiocarbono.
Pinturas del final del Último Máximo Glacial
Gracias a la datación de estos nidos, los autores establecieron que las pinturas realizadas con este pigmento tienen entre 17.000 y 13.000 años de antigüedad. La mayoría de estas imágenes eran representaciones de animales: una serpiente, una figura parecida a un lagarto y tres macrópodos (una familia de marsupiales que incluye canguros, ualabís y quokkas).
Por esto, los investigadores han confirmado que este estilo de pintura estuvo presente durante al menos 4.000 años en el final del Último Máximo Glacial.
Según explica el autor principal, este hallazgo es “significativo” ya que gracias a estas estimaciones, “podemos comprender algo de cómo era el mundo en el que vivían estos antiguos artistas”.
“Nunca sabremos qué le rondaba la cabeza a esta persona cuando dibujó esta pieza hace 600 generaciones, pero sí sabemos que el periodo naturalista se extendió hasta la Última Edad de Hielo, por lo que el ambiente era más seco y frío que el actual”, apunta Finch.
Posible vínculo con pinturas aún más antiguas
Por su parte, Sven Ouzman, de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Australia Occidental, apunta que esta pintura rupestre puede aportar más conocimiento sobre la historia cultural indígena: “Esta imagen de canguro es visualmente similar a otras pinturas encontradas en el sudeste asiático y datadas hace 40.000 años, por lo que puede haber un vínculo cultural y, por lo tanto, pinturas aún más antiguas en Australia”.
La presidenta de la Corporación Aborigen de Balanggarra, Cissy Gore-Birch, incide en que este tipo de colaboraciones son importantes para “integrar el conocimiento tradicional con la ciencia occidental”, así como para preservar la historia y la identidad cultural australiana.
Los autores concluyen que las próximas investigaciones deben ayudar a dar más detalles cronológicos de esta actividad creativa de los antiguos australianos.