Captan imagen del “mar lechoso”, el sorprendente fenómeno que hace brillar al océano
Nuestro principal conocimiento de los “mares lechosos” se remite a los relatos marineros de 235 avistamientos entre 1915 y 1993 concentrados en las principales rutas de navegación. Ahora, un grupo de científicos ratificó su existencia.
En 2021 un equipo de investigadores liderados por Steven D Miller, especialista en observaciones satelitales en la Universidad Estatal de Colorado, describió un fenómeno en el mar del que la humanidad tiene un conocimiento muy limitado. Lo que sabemos se basa en los relatos de marineros de entre 1915 y 1993. En ellos los hombres señalaban que se habían topado con un océano de un brillo blanquecino, comparando su apariencia con un campo de nieve iluminado que se extiende a todos los horizontes
Que el océano brille no es una idea muy extraña. Sabemos de la bioluminiscencia, la capacidad de un organismo para crear luz. Peces, calamares y otros organismos más pequeños pueden brillar en las noches. Pero el brillo que describían los marineros en sus diarios no era de este tipo. Para empezar, la bioluminiscencia más común produce un destello de luz transitorio y localizado, algo que no concuerda con los marineros que señalaban que el “campo de nieve” en el océano duraba varias noches.
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Además, la bioluminiscencia de los organismos que conocemos se activa como un mecanismo de defensa para asustar a los depredadores, algo que tampoco parecía explicar bien el primer fenómeno. A diferencia de esos animales, el brillo descrito por los marineros y que los científicos ahora llaman “mares lechosos” son una forma rara de bioluminiscencia marina que ocurre aproximadamente de cero a dos veces por año. Por falta de observaciones detalladas, muchas preguntas sobre la estructura, composición y procesos de su formación siguen sin respuesta hoy en día.
Un instrumento de nueva generación en los satélites ambientales de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) de Estados Unidos está ayudando, por fin, a arrojar luz sobre el fenómeno. Se trata de un radiómetro de barrido visible/infrarrojo conocido como DNB, capaz de detectar una luz mil millones de veces más tenue que la luz del sol. Ese fue el medio que utilizó el equipo de Miller para intentar redescubrir los mares lechosos. En principio, se cree que ocurren más con mayor frecuencia en aguas remotas del noroeste del Océano Índico, aunque se han informado avistamientos esporádicos en todos los océanos.
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Entre 2012 y 2021 el equipo de Miller buscó mares lechosos durante los períodos de diciembre a marzo y de julio a septiembre, correspondientes a los picos de avistamientos de marineros. La búsqueda arrojó 12 eventos detectados por DNB. El más sorprendente fue un gran mar “lechoso” ubicado en el este del Océano Índico, inmediatamente al sur de Java, Indonesia, durante 2019.
Las imágenes de las noches sin luna confirmaron que abarcaba uno 100.000 km 2, aproximadamente el mismo tamaño de Islandia, lo que lo califica como el evento más grande registrado. Indetectable durante el día, el fenómeno se vio durante dos períodos sin luna. ¿Pero qué es lo que genera los mares lechosos? Los investigadores creen que son causados por bacterias luminosas que se comunican entre sí y desencadenan una respuesta brillante al llegar a poblaciones muy grandes.
Los hallazgos de Miller, publicados en la revista Nature, sorprendieron al mundo de la ciencia, aunque esas detecciones de mares lechosos carecían de corroboración física. Hasta ahora. La experiencia de un encuentro casual con el mar lechoso de Java de 2019 por parte de la tripulación de un barco nombrado Ganesha, un yate privado de 16 m, que informó haber cruzado una franja de aguas brillantes en la noche del 2 de agosto de 2019, acaba de ser reportado en la revista científica PNAS. ¿El protagonista? El mismo Miller.
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Seis tripulantes a bordo, capitaneados por un hombre llamado Johan Lemmens, cruzaron el mar lechoso de Java a mitad de camino entre Lombok, Indonesia, y las Islas Cocos en el Océano Índico. Un registro del barco de Ganesha dice: “Al despertar a las 22:00 el mar estaba blanco. No hay luna, el mar aparentemente está lleno de ¿plancton? ¡Pero la ola de proa es negra! ¡Da la impresión de navegar sobre la nieve!”.
Ganesha entró en esas aguas resplandecientes y, a partir de ese momento, dice el estudio, todo el océano fue significativamente más brillante que el cielo nocturno, manteniendo un brillo mayormente homogéneo y constante en el horizonte. Las condiciones meteorológicas previas al encuentro fueron buenas, con brisa moderada del este, oleaje ligero y buena visibilidad. El equipo intentó fotografiar el mar lechoso con una cámara Go-Pro y una cámara de teléfono Samsung Galaxy S9+ de mayor calidad. Ambas cámaras capturaron la esencia del resplandor generalizado del océano en contraste con el cielo oscuro a lo largo del horizonte.
“Estas fotos dan testimonio visual de los relatos escritos de los marineros a lo largo de los siglos”, dice Miller. La percepción del color varió ligeramente entre los testigos, atribuible, quizás, aventura el artículo, a las distintas respuestas del ojo en condiciones de poca luz. La confirmación de Ganesha elimina cualquier duda sobre la capacidad del DNB para detectar mares lechosos. Los científicos están ahora seguros de que con “una nueva confianza en nuestros vigías espaciales, una expedición dirigida a un mar lechoso entra en el reino de la posibilidad”.
En 2021 un equipo de investigadores liderados por Steven D Miller, especialista en observaciones satelitales en la Universidad Estatal de Colorado, describió un fenómeno en el mar del que la humanidad tiene un conocimiento muy limitado. Lo que sabemos se basa en los relatos de marineros de entre 1915 y 1993. En ellos los hombres señalaban que se habían topado con un océano de un brillo blanquecino, comparando su apariencia con un campo de nieve iluminado que se extiende a todos los horizontes
Que el océano brille no es una idea muy extraña. Sabemos de la bioluminiscencia, la capacidad de un organismo para crear luz. Peces, calamares y otros organismos más pequeños pueden brillar en las noches. Pero el brillo que describían los marineros en sus diarios no era de este tipo. Para empezar, la bioluminiscencia más común produce un destello de luz transitorio y localizado, algo que no concuerda con los marineros que señalaban que el “campo de nieve” en el océano duraba varias noches.
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Además, la bioluminiscencia de los organismos que conocemos se activa como un mecanismo de defensa para asustar a los depredadores, algo que tampoco parecía explicar bien el primer fenómeno. A diferencia de esos animales, el brillo descrito por los marineros y que los científicos ahora llaman “mares lechosos” son una forma rara de bioluminiscencia marina que ocurre aproximadamente de cero a dos veces por año. Por falta de observaciones detalladas, muchas preguntas sobre la estructura, composición y procesos de su formación siguen sin respuesta hoy en día.
Un instrumento de nueva generación en los satélites ambientales de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) de Estados Unidos está ayudando, por fin, a arrojar luz sobre el fenómeno. Se trata de un radiómetro de barrido visible/infrarrojo conocido como DNB, capaz de detectar una luz mil millones de veces más tenue que la luz del sol. Ese fue el medio que utilizó el equipo de Miller para intentar redescubrir los mares lechosos. En principio, se cree que ocurren más con mayor frecuencia en aguas remotas del noroeste del Océano Índico, aunque se han informado avistamientos esporádicos en todos los océanos.
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Las imágenes de las noches sin luna confirmaron que abarcaba uno 100.000 km 2, aproximadamente el mismo tamaño de Islandia, lo que lo califica como el evento más grande registrado. Indetectable durante el día, el fenómeno se vio durante dos períodos sin luna. ¿Pero qué es lo que genera los mares lechosos? Los investigadores creen que son causados por bacterias luminosas que se comunican entre sí y desencadenan una respuesta brillante al llegar a poblaciones muy grandes.
Los hallazgos de Miller, publicados en la revista Nature, sorprendieron al mundo de la ciencia, aunque esas detecciones de mares lechosos carecían de corroboración física. Hasta ahora. La experiencia de un encuentro casual con el mar lechoso de Java de 2019 por parte de la tripulación de un barco nombrado Ganesha, un yate privado de 16 m, que informó haber cruzado una franja de aguas brillantes en la noche del 2 de agosto de 2019, acaba de ser reportado en la revista científica PNAS. ¿El protagonista? El mismo Miller.
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Ganesha entró en esas aguas resplandecientes y, a partir de ese momento, dice el estudio, todo el océano fue significativamente más brillante que el cielo nocturno, manteniendo un brillo mayormente homogéneo y constante en el horizonte. Las condiciones meteorológicas previas al encuentro fueron buenas, con brisa moderada del este, oleaje ligero y buena visibilidad. El equipo intentó fotografiar el mar lechoso con una cámara Go-Pro y una cámara de teléfono Samsung Galaxy S9+ de mayor calidad. Ambas cámaras capturaron la esencia del resplandor generalizado del océano en contraste con el cielo oscuro a lo largo del horizonte.
“Estas fotos dan testimonio visual de los relatos escritos de los marineros a lo largo de los siglos”, dice Miller. La percepción del color varió ligeramente entre los testigos, atribuible, quizás, aventura el artículo, a las distintas respuestas del ojo en condiciones de poca luz. La confirmación de Ganesha elimina cualquier duda sobre la capacidad del DNB para detectar mares lechosos. Los científicos están ahora seguros de que con “una nueva confianza en nuestros vigías espaciales, una expedición dirigida a un mar lechoso entra en el reino de la posibilidad”.