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El 30 de diciembre, será recordado, seguramente, como un día extraño para quienes viven en la aldea Mukuku, en el condado de Makueni, en Kenia. Hacia las 3 p.m. (hora local), cayó el cielo un fragmento de metal de unos 2,5 metros de diámetro.
El pedazo de metal, cuyo peso ronda los 500 kilogramos, no generó ningún herido y en este momento se encuentra en poder de la Agencia Espacial de Kenia que, como informó en un comunicado, ya aseguró el área y recuperó todos los escombros.
“Las evaluaciones preliminares indican que el objeto caído es un anillo de separación de un vehículo de lanzamiento”, dijo la agencia en un comunicado en el que aplaudió la manera de actuar de los aldeanos que optaron por llamar pronto a las autoridades.
Following the discovery of a metallic fragment of a space object in Mukuku Village, Makueni County, the Kenya Space Agency has issued the following statement. Read more for details on the incident, preliminary findings, and next steps. pic.twitter.com/n8gsvoKku4
— Kenya Space Agency (@SpaceAgencyKE) January 1, 2025
Aunque las pesquisas para tratar de averiguar con precisión el origen de la pieza continúan, lo sucedido ha despertado, nuevamente, una discusión sobre la basura espacial, pues no es la primera vez que este tipo de fragmentos caen, inesperadamente, sobre ciertos lugares en el planeta.
Por ejemplo, en 2021 los restos del cohete chino Long March 5B habían caído sobre el mar Arábigo, desatando crítica de Estados Unidos hacia el país asiático por permitir el regreso descontrolado de un artefacto tan grande.
De hecho, la basura espacial es hoy un tema que genera tanta inquietud, que en 2023 un equipo internacional de científicos había pedido un tratado vinculante que garantice que la futura expansión de la industria espacial mundial no dañe irreparablemente la órbita terrestre.
Se prevé que el número de satélites en órbita aumente de los 9.000 actuales a más de 60.000 en 2030, y las estimaciones sugieren que ya hay más de 100 mil millones de fragmentos de viejos satélites sin rastrear dando vueltas por el planeta, advertían los científicos en un artículo publicado en la revista Science.
En ese artículo también pedían medidas para que hubiese responsabilidad de productores y usuarios sobre los satélites y los desechos, desde el momento de su lanzamiento. Según los autores, los costos comerciales también deberían tenerse en cuenta a la hora de buscar formas de incentivar la responsabilidad.
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