Una de las colecciones paleontológicas más importantes del país está en riesgo de cerrar
El Museo de Historia Natural de la Tatacoa, creado por Andrés y Rubén Vanegas, alberga más de 1.700 piezas fósiles que son claves para entender cómo era la vida en Colombia hace más de 10 millones de años. Las malas condiciones de la vía que llevan hasta el Museo los tiene al borde de tener que cerrar el espacio.
A comienzos de este año fue noticia la nominación que el país hizo ante la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), de dos sitios de importancia científica para que fueran reconocidos como patrimonio de la humanidad.
El primero de ellos, son cuatro localidades del municipio de Floresta, en Boyacá, mientras que el segundo es La Venta, un yacimiento de fósiles en el Desierto de la Tatacoa, en Huila. Estos lugares fueron seleccionados por la delegación colombiana dado su valor científico, sobre todo en las áreas de la geología y la paleontología.
Sobre este último lugar decía hace algunos años Carlos Jaramillo, el paleontólogo colombiano más importante de la actualidad, que en la cuenca de La Venta, de unos 40 kilómetros por 25 kilómetros, debía haber aproximadamente unos 30.000 fósiles, de los cuales se han recolectado poco más de 1.000.
Los fósiles que allí se encuentran son claves para entender cómo eran estos terrenos hace entre 13,8 y 10 millones de años, en un periodo conocido como el Mioceno medio. Es tan importante, que en 1959, el paleontólogo estadounidense Donald Savage, escribió un artículo para la revista Pacific Discovery que tituló “Colombia is the Key” (Colombia es la clave). La clave a la que se refería Savage era precisamente La Venta, ya que esta representaba “una de las últimas sociedades de mamíferos que dominaron la vieja fauna de Surámerica”.
Desde hace poco más de 10 años, Andrés y Rubén Vanegas, dos hermanos de La Victoria, una vereda de Villavieja (Huila), un municipio cubierto en su mayoría por el Desierto de la Tatacoa, vienen desarrollando actividades que permitan proteger y conservar el invaluable patrimonio histórico, natural y paleontológico que se encuentra en estas tierras. (Vea la galería: Científicos a la reconquista del desierto de la Tatacoa)
Como recuerdan, primero surgió el grupo de vigías del patrimonio paleontológico. Fue en 2009, cuando un grupo de jóvenes de esta vereda, entre ellos Andrés, hallaron restos fósiles. Años más tarde, convertido en un paleontólogo empírico, Andrés decidió fundar junto a su hermano Rubén y otros amigos el Museo de Historia Natural de la Tatacoa. Lo hizo con la ayuda de paleontólogos como Jaramillo, quien trabaja en el Instituto Smithsonian de Panamá, una de las entidades más reconocidas en el mundo y que apoya el trabajo que los hermanos Vanegas desarrollan en el Museo.
Allí se albergan “más de 1.700 piezas fósiles de diferentes especímenes, entre los que se identifican algunos mamíferos, reptiles, peces, aves y madera petrificada que han sido encontrados en zonas aledañas al centro poblado La Victoria”, según se lee en la página del Museo. La riqueza del lugar es tal, que a inicios de enero de 2019 Andrés recibió en el patio de su casa a más de 50 de los mejores científicos del mundo en este campo, como lo registró Pablo Correa en esta crónica: El pelao que salvó 12 millones de años de historia
Sin embargo, el Museo podría ser cerrado próximamente, como reconoce Andrés. La razón, explica desde Villavieja, es que no cuentan con los recursos económicos necesarios para mantener el lugar. “El museo sobrevive, en más del 80 %, por los recursos que generan los ingresos por visitas guiadas, sean turistas o estudiantes”, dice Vanegas.
El problema, es que en los últimos meses varias personas le han manifestado su intención de ir, pero no lo logran, ya que las vías que conducen hasta el Museo no se encuentran en condiciones óptimas. “La vía del norte del municipio de Villavieja es destapada, nunca se ha tenido en cuenta para hacerle una pavimentación y está muy deteriorada”, agrega el director del Museo.
Ante la situación de cierre, que parece inminente, Andrés le hace un llamado a los entes gubernamentales para que le hagan mantenimiento a la vía y, en el mejor de los escenarios, la pavimenten.
Varios científicos colombianos y de otras partes del mundo que actualmente se encuentran adelantando investigaciones en el Laboratorio de Investigación Paleontológica Valerie Anders, que está ubicado en el Museo, resaltaron la importancia del lugar. Cabe recordar, que este laboratorio fue creado gracias a la donación que los hermanos Vanegas recibieron de William y Valeria Anders. William Anders, más conocido como el capitán Anders, fue el astronauta de la misión Apolo 8 que tomó la primera fotografía de la Tierra desde la Luna, conocida como “Salida de la Tierra”.
Andrés Alfonso, un paleontólogo que adelanta su doctorado en la Universidad de Cambridge y ha centrado su estudio en los fósiles de serpientes, señaló que en el Museo “tienen una gran cantidad de fósiles que son muy importantes para entender la evolución de las serpientes y por qué son tan diversas en el territorio colombiano y en Suramérica. La preservación es excepcional. Las iniciativas que tienen, vigías de proteger el patrimonio, de divulgar la ciencia, de sacarlos a la comunidad para que ellos entiendan y comprendan la importancia de los fósiles, es espectacular”.
Por su parte, Rodolfo Salas-Gismondi, paleontólogo de vertebrados de Perú, resaltó que en el lugar se “atesora una enorme cantidad de fósiles de cocodrilos de esta región de hace 13 millones de años. Andrés y Rubén y toda su familia ha hecho un trabajo extraordinario en juntar, colectar, catalogar toda esta colección de fósiles que es un archivo invalorable de esta región”.
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A comienzos de este año fue noticia la nominación que el país hizo ante la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), de dos sitios de importancia científica para que fueran reconocidos como patrimonio de la humanidad.
El primero de ellos, son cuatro localidades del municipio de Floresta, en Boyacá, mientras que el segundo es La Venta, un yacimiento de fósiles en el Desierto de la Tatacoa, en Huila. Estos lugares fueron seleccionados por la delegación colombiana dado su valor científico, sobre todo en las áreas de la geología y la paleontología.
Sobre este último lugar decía hace algunos años Carlos Jaramillo, el paleontólogo colombiano más importante de la actualidad, que en la cuenca de La Venta, de unos 40 kilómetros por 25 kilómetros, debía haber aproximadamente unos 30.000 fósiles, de los cuales se han recolectado poco más de 1.000.
Los fósiles que allí se encuentran son claves para entender cómo eran estos terrenos hace entre 13,8 y 10 millones de años, en un periodo conocido como el Mioceno medio. Es tan importante, que en 1959, el paleontólogo estadounidense Donald Savage, escribió un artículo para la revista Pacific Discovery que tituló “Colombia is the Key” (Colombia es la clave). La clave a la que se refería Savage era precisamente La Venta, ya que esta representaba “una de las últimas sociedades de mamíferos que dominaron la vieja fauna de Surámerica”.
Desde hace poco más de 10 años, Andrés y Rubén Vanegas, dos hermanos de La Victoria, una vereda de Villavieja (Huila), un municipio cubierto en su mayoría por el Desierto de la Tatacoa, vienen desarrollando actividades que permitan proteger y conservar el invaluable patrimonio histórico, natural y paleontológico que se encuentra en estas tierras. (Vea la galería: Científicos a la reconquista del desierto de la Tatacoa)
Como recuerdan, primero surgió el grupo de vigías del patrimonio paleontológico. Fue en 2009, cuando un grupo de jóvenes de esta vereda, entre ellos Andrés, hallaron restos fósiles. Años más tarde, convertido en un paleontólogo empírico, Andrés decidió fundar junto a su hermano Rubén y otros amigos el Museo de Historia Natural de la Tatacoa. Lo hizo con la ayuda de paleontólogos como Jaramillo, quien trabaja en el Instituto Smithsonian de Panamá, una de las entidades más reconocidas en el mundo y que apoya el trabajo que los hermanos Vanegas desarrollan en el Museo.
Allí se albergan “más de 1.700 piezas fósiles de diferentes especímenes, entre los que se identifican algunos mamíferos, reptiles, peces, aves y madera petrificada que han sido encontrados en zonas aledañas al centro poblado La Victoria”, según se lee en la página del Museo. La riqueza del lugar es tal, que a inicios de enero de 2019 Andrés recibió en el patio de su casa a más de 50 de los mejores científicos del mundo en este campo, como lo registró Pablo Correa en esta crónica: El pelao que salvó 12 millones de años de historia
Sin embargo, el Museo podría ser cerrado próximamente, como reconoce Andrés. La razón, explica desde Villavieja, es que no cuentan con los recursos económicos necesarios para mantener el lugar. “El museo sobrevive, en más del 80 %, por los recursos que generan los ingresos por visitas guiadas, sean turistas o estudiantes”, dice Vanegas.
El problema, es que en los últimos meses varias personas le han manifestado su intención de ir, pero no lo logran, ya que las vías que conducen hasta el Museo no se encuentran en condiciones óptimas. “La vía del norte del municipio de Villavieja es destapada, nunca se ha tenido en cuenta para hacerle una pavimentación y está muy deteriorada”, agrega el director del Museo.
Ante la situación de cierre, que parece inminente, Andrés le hace un llamado a los entes gubernamentales para que le hagan mantenimiento a la vía y, en el mejor de los escenarios, la pavimenten.
Varios científicos colombianos y de otras partes del mundo que actualmente se encuentran adelantando investigaciones en el Laboratorio de Investigación Paleontológica Valerie Anders, que está ubicado en el Museo, resaltaron la importancia del lugar. Cabe recordar, que este laboratorio fue creado gracias a la donación que los hermanos Vanegas recibieron de William y Valeria Anders. William Anders, más conocido como el capitán Anders, fue el astronauta de la misión Apolo 8 que tomó la primera fotografía de la Tierra desde la Luna, conocida como “Salida de la Tierra”.
Andrés Alfonso, un paleontólogo que adelanta su doctorado en la Universidad de Cambridge y ha centrado su estudio en los fósiles de serpientes, señaló que en el Museo “tienen una gran cantidad de fósiles que son muy importantes para entender la evolución de las serpientes y por qué son tan diversas en el territorio colombiano y en Suramérica. La preservación es excepcional. Las iniciativas que tienen, vigías de proteger el patrimonio, de divulgar la ciencia, de sacarlos a la comunidad para que ellos entiendan y comprendan la importancia de los fósiles, es espectacular”.
Por su parte, Rodolfo Salas-Gismondi, paleontólogo de vertebrados de Perú, resaltó que en el lugar se “atesora una enorme cantidad de fósiles de cocodrilos de esta región de hace 13 millones de años. Andrés y Rubén y toda su familia ha hecho un trabajo extraordinario en juntar, colectar, catalogar toda esta colección de fósiles que es un archivo invalorable de esta región”.
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