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Científicos de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA), detectaron una poderosa erupción solar durante el pasado 28 de marzo. Los expertos la clasificaron como una llamarada tipo X1.1., que, en palabras de la NASA, es una de las más potentes de su tipo. De manera más específica, La categoría “X” hace referencia a las erupciones más fuertes, mientras que el número da más información sobre su intensidad, indicó la agencia espacial estadounidense en un comunicado.
La particularidad de la reciente explosión es que, según el portal científico Spaceweather, esta causó un “apagón de radio de onda corta” en el Océano Pacífico, cuyas implicaciones fueron interferencias en las emisoras de radio internacionales comprendidas entre los 2300 y los 29900 kHz.
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También estuvo acompañada de una gran eyección de masa coronal que preocupó a los científicos, pues creyeron que el plasma expulsado pudiera alcanzar la Tierra durante días posteriores. Esto, en sus palabras, habría causado una tormenta geomagnética que afectara la señal de satélites y comunicaciones radiales. Sin embargo, la NOAA declaró en un comunicado emitido el 29 de marzo que esto no sucedería, pues la eyección estaba “muy lejos de la órbita de la Tierra”.
Como lo explica esa agencia, las eyecciones de masa coronal son grandes expulsiones de plasma y campo magnético que vienen del Sol. “Pueden expulsar miles de millones de toneladas de material coronal y conllevan un campo magnético incrustado (congelado en flujo) que es más fuerte que la intensidad del campo magnético interplanetario del viento solar de fondo”, indicó.
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Por ahora, la erupción del 28 de marzo estuvo antecedida por otra muy fuerte, registrada el 25 de marzo, que de hecho sí desencadenó una tormenta geomagnética en nuestro planeta. Científicos de la NASA se pronunciaron en su momento y dijeron que esto se debía al aumento en la actividad solar que se ha registrado en los últimos años.
Este momento tiene que ver con los ciclos solares. Aunque la actividad de la estrella nunca para, sí oscila. Cada 11 años, aproximadamente, el campo magnético del Sol se invierte completamente, haciendo que el polo norte sea el sur y viceversa.
Justo antes de que esto suceda, la actividad del Sol aumenta y los científicos la identifican porque se presentan erupciones solares o las eyecciones de masa coronal, aparecen manchas oscuras en el Sol y expulsa burbujas de plasma.
Cuando se empiezan a detectar algunos de estos signos, los científicos afirman que se puede aproximar un máximo solar, que es un período de aumento de la actividad del Sol, que ocurre entre cada nueve y 14 años. El ciclo solar 25, en el que estamos actualmente, se declaró en septiembre de 2020.
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