Una investigación sugiere que la Luna se está encogiendo. ¿Por qué?
Un estudio publicado en la revista Planetary Science Journal muestra que la circunferencia de la Luna se ha encogido.
Recientemente, científicos que estudiaban las dinámicas tectónicas y la sismicidad de la región polar sur de Luna encontraron que el satélite terrestre, ubicado a más de 384 mil kilómetros de la Tierra, se está encogiendo de manera muy lenta, lo que estaría causando terremotos, así como fallas lunares.
Estos hallazgos, que fueron publicados en la revista Planetary Science Journal, muestran que la circunferencia de la Luna se ha encogido más de 492 metros al enfriarse gradualmente su núcleo en los últimos cientos de millones de años. La contracción se debe al enfriamiento del interior aún caliente de la Luna y a las fuerzas de marea ejercidas por la Tierra, lo que provoca una contracción global.
Estos análisis hacen parte de las investigaciones de la NASA, la agencia espacial estadounidense, para consolidar la estrategia del Programa Artemis que busca llevar a la primera mujer y hombre a la región lunar del polo sur en septiembre de 2025.
Lo invitamos a leer: NASA anuncia que el primer módulo privado intentará llegar a la Luna este febrero.
“Nuestro modelado sugiere que ciertos terremotos lunares poco profundos son capaces de producir fuertes sacudidas del suelo en la región polar sur. Son posibles a partir de eventos de deslizamiento en fallas existentes o la formación de nuevas fallas de empuje”, indicó a la NASA Tom Watters, de la Smithsonian Institution de Washington, autor principal del estudio. “La distribución global de las fallas de empuje recientes, su potencial para estar activas y para formar nuevas fallas de empuje a partir de la contracción global en curso deben tenerse en cuenta a la hora de planificar la ubicación y la estabilidad de los puestos de avanzada permanentes en la Luna.”
Para realizar estos análisis, los científicos analizaron imágenes de la Cámara del Orbitador de Reconocimiento Lunar (LRO) de la NASA, la cual ha detectado miles de fallas de empuje relativamente pequeñas y jóvenes distribuidas por la corteza lunar (es decir, accidentes geográficos parecidos a pequeños escalones).
De acuerdo con los investigadores de la NASA, el Smithsonian, la Universidad Estatal de Arizona y la Universidad de Maryland el terreno en el que se tiene planeado realizar el alunizaje del programa ha cambiado en los últimos años. Pero, ¿a qué se debe?
Para entender este proceso, los científicos indican que hay que pensar en Luna como si fuera una uva. Así, el encogimiento lunar ocurre como cuando esta fruta se convierte en una pasa, es decir, que se arruga al encogerse, al enfriarse su núcleo, lo que produce que se genere fallas y cambios en su superficie.
La formación de estas fallas está causada por este encogimiento constante que trae consigo actividad sísmica, de la cual se tienen datos de referencia gracias a la Red Sísmica Pasiva Apolo, la cual monitoreo durante la década de los setenta la sismología lunar a través de instrumentos instalados por los astronautas del programa Apolo. Estos datos fueron comparados con las imágenes satelitales del LRO para comprender la magnitud de los movimientos sísmicos.
De acuerdo con los datos, los terremotos lunares superficiales se producen a unos 160 kilómetros de profundidad en la corteza lunar y son lo suficientemente fuertes como para dañar equipos y estructuras construidas por el hombre. Estos suelen durar únicamente unos segundos o minutos como máximo. De esta manera, este hallazgo significa que esta actividad sísmica podría devastar cualquier futuro asentamiento hipotético en la Luna.
“Para comprender mejor el riesgo sísmico que plantean las futuras actividades humanas en la Luna, necesitamos nuevos datos sísmicos, no sólo en el Polo Sur, sino en todo el mundo”, declaró Renee Weber, coautora del artículo en el Centro Marshall de Vuelos Espaciales de la NASA, en Huntsville (Alabama). “Misiones como la próxima Farside Seismic Suite ampliarán las mediciones realizadas durante el Apolo y se sumarán a nuestro conocimiento de la sismicidad global”.
Por el momento, el equipo de investigadores continuará monitoreando la actividad sísmica de la Luna, con el objetivo de analizar zonas potencialmente peligrosas para la exploración humana. Vale señalar que uno de los objetivos del Programa Artemis es lograr una presencia a largo término de los astronautas en el satélite lunar, por lo que su seguridad es clave para lograr esta meta.
Nota recomendada: Nuevos hallazgos cambian algunas de las cosas que sabíamos sobre el Homo sapiens.
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Recientemente, científicos que estudiaban las dinámicas tectónicas y la sismicidad de la región polar sur de Luna encontraron que el satélite terrestre, ubicado a más de 384 mil kilómetros de la Tierra, se está encogiendo de manera muy lenta, lo que estaría causando terremotos, así como fallas lunares.
Estos hallazgos, que fueron publicados en la revista Planetary Science Journal, muestran que la circunferencia de la Luna se ha encogido más de 492 metros al enfriarse gradualmente su núcleo en los últimos cientos de millones de años. La contracción se debe al enfriamiento del interior aún caliente de la Luna y a las fuerzas de marea ejercidas por la Tierra, lo que provoca una contracción global.
Estos análisis hacen parte de las investigaciones de la NASA, la agencia espacial estadounidense, para consolidar la estrategia del Programa Artemis que busca llevar a la primera mujer y hombre a la región lunar del polo sur en septiembre de 2025.
Lo invitamos a leer: NASA anuncia que el primer módulo privado intentará llegar a la Luna este febrero.
“Nuestro modelado sugiere que ciertos terremotos lunares poco profundos son capaces de producir fuertes sacudidas del suelo en la región polar sur. Son posibles a partir de eventos de deslizamiento en fallas existentes o la formación de nuevas fallas de empuje”, indicó a la NASA Tom Watters, de la Smithsonian Institution de Washington, autor principal del estudio. “La distribución global de las fallas de empuje recientes, su potencial para estar activas y para formar nuevas fallas de empuje a partir de la contracción global en curso deben tenerse en cuenta a la hora de planificar la ubicación y la estabilidad de los puestos de avanzada permanentes en la Luna.”
Para realizar estos análisis, los científicos analizaron imágenes de la Cámara del Orbitador de Reconocimiento Lunar (LRO) de la NASA, la cual ha detectado miles de fallas de empuje relativamente pequeñas y jóvenes distribuidas por la corteza lunar (es decir, accidentes geográficos parecidos a pequeños escalones).
De acuerdo con los investigadores de la NASA, el Smithsonian, la Universidad Estatal de Arizona y la Universidad de Maryland el terreno en el que se tiene planeado realizar el alunizaje del programa ha cambiado en los últimos años. Pero, ¿a qué se debe?
Para entender este proceso, los científicos indican que hay que pensar en Luna como si fuera una uva. Así, el encogimiento lunar ocurre como cuando esta fruta se convierte en una pasa, es decir, que se arruga al encogerse, al enfriarse su núcleo, lo que produce que se genere fallas y cambios en su superficie.
La formación de estas fallas está causada por este encogimiento constante que trae consigo actividad sísmica, de la cual se tienen datos de referencia gracias a la Red Sísmica Pasiva Apolo, la cual monitoreo durante la década de los setenta la sismología lunar a través de instrumentos instalados por los astronautas del programa Apolo. Estos datos fueron comparados con las imágenes satelitales del LRO para comprender la magnitud de los movimientos sísmicos.
De acuerdo con los datos, los terremotos lunares superficiales se producen a unos 160 kilómetros de profundidad en la corteza lunar y son lo suficientemente fuertes como para dañar equipos y estructuras construidas por el hombre. Estos suelen durar únicamente unos segundos o minutos como máximo. De esta manera, este hallazgo significa que esta actividad sísmica podría devastar cualquier futuro asentamiento hipotético en la Luna.
“Para comprender mejor el riesgo sísmico que plantean las futuras actividades humanas en la Luna, necesitamos nuevos datos sísmicos, no sólo en el Polo Sur, sino en todo el mundo”, declaró Renee Weber, coautora del artículo en el Centro Marshall de Vuelos Espaciales de la NASA, en Huntsville (Alabama). “Misiones como la próxima Farside Seismic Suite ampliarán las mediciones realizadas durante el Apolo y se sumarán a nuestro conocimiento de la sismicidad global”.
Por el momento, el equipo de investigadores continuará monitoreando la actividad sísmica de la Luna, con el objetivo de analizar zonas potencialmente peligrosas para la exploración humana. Vale señalar que uno de los objetivos del Programa Artemis es lograr una presencia a largo término de los astronautas en el satélite lunar, por lo que su seguridad es clave para lograr esta meta.
Nota recomendada: Nuevos hallazgos cambian algunas de las cosas que sabíamos sobre el Homo sapiens.
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