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Una reciente investigación geológica indica que cuando Corea del Norte detonó su más reciente arma nuclear, en septiembre, el monte Mantap, que está en su sitio de pruebas nucleares, cambió. Los flancos del pico se movieron hacia afuera unos tres metros, y la punta de la montaña se hundió medio metro.
La reconstrucción detallada del evento y sus secuelas estuvo a cargo de geólogos de la Universidad Tecnológica de Nanyang, Singapur; la Universidad de California, Estados Unidos, el Centro de Investigación Alemana para las Geociencias y la Academia de Ciencias de China.
Según su investigación, publicada en la revista Science, la explosión ocurrió bajo el monte Mantap, en el sitio nuclear Punnge-ri, al norte del país. Con la detonación se produjo un terremoto de magnitud 6.3, y con esa información sumada a mediciones de radar antes y después de la superficie del suelo de TerraSAR-X de Alemania, y con los satélites de imágenes de radar ALOS-2 de Japón, demostraron que fue la explosión nuclear la que movió el monte Mantap.
La mayoría de los análisis de explosiones nucleares se han basado en datos sísmicos de estaciones de observación en la región. Pero esto representaba un reto para los geólogos, ¿cómo medir el desplazamiento de la montaña, sin acceso al sitio por ser espacio nuclear? Encontraron la respuesta en el SAR, un satélite que crea imágenes de alta resolución.
Descubrieron que las laderas de la montaña se habían desplazado horizontalmente hasta 3,5 metros, con el desplazamiento más alto en los flancos oeste y sur, donde el terreno era más empinado. Según Nature, al hacer uso de más datos sísmicos, recrearon la secuencia de eventos para simular lo que había sucedido dentro de la montaña. Su análisis mostró que la explosión fue seguida por el colapso parcial de la roca directamente sobre la cavidad de la explosión, aproximadamente un segundo después.
“Un segundo evento sísmico más pequeño ocho minutos y medio después, que muchos interpretaron como el colapso de algunos de los túneles del sitio de prueba, probablemente hizo poco para mover la montaña en sí”, dice Teng Wang, un investigador de geodesia y teledetección en la Universidad Tecnológica de Nanyang en Singapur, a Nature.
Sin embargo, durante la semana siguiente, la roca dañada sobre la cavidad se asentó lentamente sobre sí misma, según los modelos del equipo, lo que provocó que la cumbre de la montaña se hundiera en medio metro.
Los investigadores dicen que este trabajo es el estudio más detallado hasta la fecha de una prueba nuclear usando una técnica llamada radar de apertura sintética (SAR, por sus siglas en inglés), que se usa comúnmente para hacer mapas 3D del terreno.
Wang cuenta en Nature que su miedo principal era una fuga de radiación. Pero a pesar de la gran sacudida de la montaña, el análisis no muestra cráter visible en su cumbre, dice Wang. Esto podría aliviar los temores de que la montaña podría haber sufrido un colapso interno que la dejaría susceptible a la fuga de radiación. Esto sería especialmente peligroso si tenemos en cuenta que el sitio de prueba cerca de Punggye-ri ha albergado las seis pruebas nucleares de Corea del Norte que comenzaron en 2006.
La más reciente prueba fue realizada el 3 de septiembre de 2017 (y es ésta a la que los científicos señalan de ser la responsable del desplazamiento de la montaña). El gobierno de Corea del Norte dijo que había detonado una bomba de hidrógeno (termonuclear) que podría ser cargada en una ojiva balística. Incluso circuló la foto del primer mandatario de ese país, Kim Jong Un, inspeccionando un misil.
Los investigadores estiman que la bomba que detonaron era de 190 kilotoneladas de TNT (13 veces más potente que la bomba lanzada en Hiroshima, Japón). Ese cálculo es ligeramente más alto que las estimaciones realizadas poco después del estallido.
Según la revista Nature, el estado del sitio de prueba ha dado de qué hablar en los medios de comunicación asiáticos después de que Kim Jong-un se comprometiera a cerrar el sitio a fines de mayo, una posible señal de su voluntad de negociar el abandono de las armas nucleares de su país.
Dos estudios sísmicos de investigadores chinos, publicados en marzo 3 y abril 4, también han sugerido que el colapso parcial de la montaña podría dejarlo en riesgo de fugas de radiación, lo que posiblemente haga que el sitio sea una zona vedada para cualquier actividad humana.