2022, un año para la verdad y la reconciliación

Christina Préfontaine
31 de enero de 2022 - 12:30 p. m.
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Entre muchos otros temas, 2022 pasará a la historia como el año en el que la Comisión del Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la No Repetición presentará su informe final. El Gobierno de Canadá apoya a la Comisión de la Verdad con la firme convicción de que abrir espacios de diálogo, donde las víctimas compartan lo vivido, incluyendo comunidades étnicas, mujeres y exiliados colombianos en el exterior, permitirá generar confianza y avanzar hacia la no repetición y la convivencia.

El pasado nos habla, nos hace quienes somos en el presente y cómo nos proyectamos en el futuro. Canadá también enfrenta un proceso con su pasado y su relación con sus comunidades indígenas, las Primeras Naciones, los Métis y los Inuit. Este proceso desencadenó en una Comisión de la Verdad y Reconciliación (2008-2015), encargada de conocer testimonios de sobrevivientes indígenas sobre los abusos cometidos bajo el Sistema de Escuelas Residenciales. Bajo este sistema, niños indígenas eran sacados de sus familias y comunidades, llevados a internados y obligados a abandonar su cultura. La Comisión los catalogó como un “genocidio cultural”; al menos 150 000 estudiantes pasaron por el sistema y se identificó que 3200 niños murieron entre 1867 y 2000. Se estima que este número es mayor, como lo evidencian nuevos hallazgos de fosas comunes en 2021-22 en inmediaciones de antiguas escuelas residenciales. Pese a la conclusión del mandato de la Comisión en 2015, Canadá aún hoy enfrenta su pasado.

Ni con la entrega del informe o con el fin de los mandatos de las comisiones, concluye el proceso de verdad y reconciliación. El informe debe potenciar nuevos diálogos, acciones y soluciones concretas hacia la no repetición. En Colombia, su entrega marca un alto en el camino, que se suma a ejercicios de memoria histórica del pasado, para darle a esas voces un espacio para expresarse, conocerse y reconocerse, y así, de forma amplia y plural, reconocer las verdades de lo sucedido.

Quisiera llamar la atención sobre la importancia que tendrán las recomendaciones que se desprendan del informe. Su aplicación permitirá movilizar nuevos diálogos y avanzar en la senda de reconocer el horror, sanar el dolor y garantizar la no repetición a través de caminos de acción.

La Comisión en Canadá formuló 94 llamados a la acción con el fin de reparar el legado de las escuelas residenciales y avanzar en el proceso de reconciliación, una base importante para enfrentar el pasado. De allí se han desprendido medidas recientes, como los acuerdos para compensar a sobrevivientes, reformar el sistema de bienestar infantil y declarar el 30 de septiembre como Día de Verdad y Reconciliación. En 2021, conmemoramos por primera vez este día.

Uno de los desafíos para los canadienses, y probablemente para los colombianos, es cómo conocer estas verdades y comprender cómo podemos ser parte de la implementación de estas recomendaciones. La reconciliación no proviene de un informe archivado en estantes.

La Comisión de Colombia ha producido distintos materiales para contextualizar verdades y testimonios escuchados, por ejemplo, los provocadores ensayos de la colección “Futuros en Tránsito”, la novela gráfica “Transparentes”, con voces de colombianos en el exilio o “Recuerdo de mi origen”, con relatos de escritores indígenas, entre otros.

El proceso de verdad y reconciliación es también motor de creación artística que facilita formas de expresión más personales, para contar lo inenarrable y darle salida al dolor. Así lo demuestran experiencias en Canadá, con una amplia producción artística y literaria con testimonios indígenas, o como la inspiradora obra Going Home Star, por mencionar algunos ejemplos. En Colombia existen múltiples expresiones desde las víctimas, quienes expresan su dolor y sus sueños a través de diversas expresiones culturales. Junto con la entrega del informe en junio, tendremos la oportunidad de ver “Develaciones, un canto a los cuatro vientos”, una obra con la participación de víctimas.

Como canadiense, lo sucedido con los pueblos indígenas me llena de dolor y vergüenza. Me pregunto, ¿cómo no conocí los horrores sucedidos en el pasado reciente? ¿Cómo no entendí el daño emocional y social producido en las victimas incluso hasta hoy? ¿Qué puedo hacer, individual y colectivamente, para disminuir el lastre de la historia y ser una fuerza de sanación y cambio social? Un sentimiento similar, con seguridad, al de muchas personas en Colombia. He evidenciado que en la medida que he aprendido sobre las verdades del pasado, he empezado a comprender el papel que puedo desempeñar hacia la reconciliación entre los pueblos indígenas y no indígenas de mi país.

Junto al dolor, también debemos sentir orgullo. Nuestros países, movilizados por la dignidad de la sociedad civil, muestran disposición a mirar de frente ese pasado doloroso, a reconocer a las víctimas y a seguir construyendo caminos de no repetición y reconciliación.

*Por Christina Préfontaine – Consejera Política y Cultural, Embajada de Canadá en Colombia

Por Christina Préfontaine

 

fulpo(02077)08 de febrero de 2022 - 02:17 p. m.
Jajajaj 3pleh&p! Masturbiliaque? Pio Pio Co Co y robatierras Fedegan 🔥🔥🔥🔥🔥🔥🔥
Igor(19369)01 de febrero de 2022 - 01:36 p. m.
Todos sabemos lo que va a decir ka Comisión de la Verdad, que la culpa fue del estado y de todos los colombianos y que los guerrillos son unos muchachos inocentes, que se alzaron en armas para acabar la inequidad, lo que sería tanto como decir que en Canadá los responsables de las muertes de los indígenas fueron los mismos niños indígenas.
Atenas(06773)31 de enero de 2022 - 12:59 p. m.
Decía un sacerdote con adolorido acento: “mierda y más mierda es el hombre en la carrera humana”, y equivocado no estaba. Y este apestoso artículo cuán confirma q’ seguimos en eso del indigno acuerdo, en un retrete pa defecar. Vagarosas alusiones a la reconciliación…..blablabla…y nada de la reparación de las FARC a las víctimas, de cerca de un billón de $ q’ ofrecieron han dado ¡sólo el 8%!.
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