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Jorge Freytter, abogado, profesor de la Universidad del Atlántico, sindicalista, defensor de derechos humanos fue retenido sin orden judicial ni acusación clara, días posteriores desaparecido, torturado y asesinado el 28 de agosto de 2001 en Barranquilla por miembros estructuras paramilitares del Bloque Norte y agentes del Grupo de Acción Unificada por la Libertad Personal (Gaula) de la Policía y el ejército, como puede leerse en el informe del Centro Nacional de Memoria Histórica “La tierra se quedó sin su canto”.
El dolor de la familia se convirtió en una continua búsqueda de la verdad, en denuncia, citas con diferentes instituciones hasta que en 2020 el caso fue considerado por la Fiscalía como de Lesa Humanidad. Este recorrido jurídico y aspectos de la vida familiar y activismo del abogado, quedaron plasmados en el documental “Caso Freytter” dirigido por Tonio Hecker, quien también escribió el guion, junto con el hijo del abogado que aparece como hilo conductor de la historia, grabada cerca del mar, ríos y carreteras que también recorrió el padre.
¿Por qué interesaba a determinados sectores la actividad del profesor Freytter?
Él viajo de Barranquilla a Bogotá para entregar al Ministerio de Hacienda, en cuya cabeza estaba el hoy expresidente Juan Manuel Santos, los documentos que demostraban la corrupción al interior de la Universidad, de cómo ésta desviaba recursos para los grupos paramilitares. Fueron recibidos, pero al día de hoy no aparece ningún registro. Quienes lo secuestraron querían saber nombres de quienes tenían conocimiento de los hechos.
Jorge Freytter, enfrente de su casa y delante de uno de sus hijos fue golpeado, subido a un carro para ser trasladado a una bodega, lugar en el que permaneció 24 horas y lugar donde llevaron a muchas personas, según documentos desclasificados.
El audiovisual presentado en el Festival Internacional de cine por los Derechos Humanos en Bogotá (2024), recoge momentos humanos y políticos del profesor. Invita a un amigo para que busquen junto al río Guaymaral, el árbol debajo del cual los trabajadores escribieron el pliego de peticiones presentado a la empresa de las Bananeras. En las imágenes aparecen también los rieles del ferrocarril por donde llegaron los huelguistas en aquella histórica protesta de 1928 y por donde mismo fueron llevados sus cuerpos sin vida amontonados en los vagones del tren. Cambiaron las fechas y los actores mas no los métodos militaristas y represivos para acabar con el “enemigo” a sangre y fuego.
Esto lo explicaba el profesor que agregaba cómo la riqueza de esas empresas no se quedaba en el pueblo ni en sus ranchos, explicaba a sus alumnos cómo la existencia del paramilitarismo estaba relacionada con la tenencia de la tierra, cuentan sus compañeros de entonces, mientras su hijo también de nombre Jorge, escucha las historias sobre su padre con el canto de los gallos de fondo
Freytter amplió sus estudios con lecturas sobre el marxismo y libros que llegaban de China, clandestinos en aquel entonces y que hoy podemos comprar en alguna librería o “mercado de las pulgas”, prohibición que pretendía arrinconar el sentido crítico de profesores y estudiantes. El conocimiento era y sigue siendo peligroso. Un colega de Freytter fue asesinado en plena clase.
Son muchos los amigos, amigas, familiares que relatan en el documental hechos de esos momentos en la vida colombiana, horrores que ya hemos conocido por el trabajo de la Comisión de La Verdad, denuncias, libros, trabajo de organizaciones de la sociedad civil y los medios de comunicación, no dejan de estremecer. Oscura noche, oscura.
Norma Vera, defensora de los Derechos Humanos, recordó las escalofriantes acciones de los paramilitares que embarazaban a las niñas y adolescentes de esa región Caribe “para hacerle hijos al enemigo. No se sabe cuántos son hijos de paras”. Relata además cómo una mujer vio subir a sus ocho hijos a una embarcación sobre el río Guaymaral y los asesinaron con motosierra.
Esta guerra hay que pararla, nunca conoceremos todas las infamias cometidas en este caso por el paramilitarismo, que según algunos sectores políticos y académicos, nace como respuesta a la guerrilla, pero su trasfondo no era otro que despejar el territorio, despojar a los campesinos de sus tierras, abrir rutas al mar.
“…llegué en un taxi cerca a la Higuera, la Vía 40 donde hacen barcos y veleros, ahí tenían a ese señor y me dijo a Chuqui y a mí, cuídenlo, pero como a la una de la mañana llegó el teniente Torres del Gaula de la Policía…, ¡A recoger a ese señor! que para irlo a botar. A él lo ejecutaron allí, dentro de la bodega. Pacheco le puso una bolsa y lo asfixió”. Testimonio de un paramilitar.
La investigación independiente que aparece en el documental, asegura que la familia denunció, pero entre el 28 de agosto y el 31 de octubre de 2001, quienes recogieron el material probatorio fueron los mismos asesinos.
En 2022 luego de un Acuerdo de Solución Amistosa entre la familia y el Estado, como medida de reparación, se descubrió en el Parque Universal, un monumento en memoria del profesor Jorge Freytter. Y ¿Quién dio la orden?
“Tantas veces me mataron/ tantas veces me morí/ sin embargo estoy aquí resucitando…y seguí cantando como al sol a la cigarra…” (Raymundo Pérez).