Construyendo un mejor futuro: el clamor de niñas y niños del Cauca

Foro Nacional por Colombia y Pamela Escobar
20 de septiembre de 2024 - 05:19 p. m.
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¿Cómo las organizaciones sociales y organización no gubernamentales le aportan a la construcción de paz en Colombia? ¿Por qué son importantes las declaraciones y conmemoraciones mundiales que adelanta Naciones Unidas para la construcción de paz en lo local? ¿Cómo construir caminos de paz que estén articulados a procesos de incidencia local en políticas públicas y participación ciudadana con dinámicas comunitarias y culturales de paz? ¿Cómo están participando las comunidades para la construcción de paz territorial?

Las preguntas anteriores son el eje central de la reflexión que la Fundación PLAN, por invitación de Foro Nacional por Colombia, realiza en este artículo para comprender el esfuerzo que, desde diferentes organizaciones de la sociedad civil, los gobiernos locales y organizaciones no gubernamentales, han propuesto para aportar a la construcción de paz desde lo territorial.

Bajo la consigna “Si lo soñamos, lo construimos” es el mensaje de esperanza que transmiten niñas, niños, adolescentes y jóvenes de Buenos Aires y Suárez, municipios del norte del Cauca, afectados muchos años por el conflicto armado. Esta frase que forma parte de la Memoria Sonora para la Paz —un proyecto colectivo que reunió a más de 300 artistas del Cauca— nos recuerda que construir un mejor futuro es posible si trabajamos como sociedad en unidad. En el Día Internacional de la Paz, es crucial escuchar este clamor y actuar para construir un mundo sin violencia, brindando oportunidades reales a la niñez.

El 21 de septiembre, declarado Día Internacional de la Paz por la Asamblea General de las Naciones Unidas, es una ocasión para fortalecer el compromiso global con la paz y el cese de la violencia. Sin embargo, el conflicto armado sigue marcando profundamente la vida de un sinnúmero de comunidades, afectando su presente y su futuro.

Hoy, el conflicto armado continúa dejando huellas imborrables en la niñez y la adolescencia. El desplazamiento forzado y el reclutamiento son realidades dolorosas que enfrentan a diario. En 2023, la Coalición contra la vinculación de niños, niñas y jóvenes al conflicto armado en Colombia (COALICO) reportó que 46,900 menores fueron impactados directamente por el conflicto en el país. El Cauca se destacó como el tercer departamento con más eventos de conflicto, con 40 incidentes registrados. Además, el Foro de ONG Humanitarias de Colombia señaló que en 2023 más de 290.000 personas fueron desplazadas en el país, ubicando a Colombia en el cuarto lugar mundial. Así mismo, se reportaron 1.101 reclutamientos de personas menores de 18 años en 2022 y 758 en 2023, con un promedio anual de 929 casos. Estas cifras no reflejan completamente la realidad, ya que no incluyen otras formas de uso y utilización de menores de edad por grupos armados no estatales.

Estos hechos de violencia afectan gravemente los derechos fundamentales de educación, recreación, salud y participación de niñas, niños y adolescentes, siendo las niñas las que, en particular, enfrentan mayores riesgos de violencia sexual y otros peligros debido a su responsabilidad en labores de crianza y cuidado, lo que agrava las desigualdades de género y limita sus oportunidades, además del riesgo en su salud mental, afectando su bienestar y desarrollo integral.

Hoy, más que nunca, el abordaje de las vulneraciones a los derechos de la niñez debe ser una prioridad, desde la construcción de políticas públicas en consulta con quienes trabajan en estas comunidades y con un respaldo institucional firme y continuo, siendo parte fundamental de este proceso la participación activa de niñas, niños, adolescentes y jóvenes, pues, sin lugar a dudas, su voz es esencial para construir un futuro mejor, fortaleciendo sus capacidades de liderazgo, gobernanza e incidencia, en articulación con organizaciones comunitarias hacia el fomento de un diálogo efectivo. En este camino es clave integrar elementos como las artes y la música para generar procesos de resiliencia comunitaria donde niñas, niños y adolescentes, de la mano de gestores culturales, aporten al fortalecimiento de tejido social para la construcción de la paz territorial, tal como ha sucedido con la Memoria Sonora para la Paz, apreciada en Bogotá, Medellín, Cali, el Cauca y en festivales de música reconocidos como el Petronio Álvarez, por su aporte a la reconciliación y la conexión entre los saberes y prácticas tradicionales con una apuesta hacia la paz.

En este sentido, Fundación PLAN por más de 60 años, ha demostrado que es posible posicionar a la niñez en el centro, reconociendo su capacidad de transformar los entornos, de la mano de organizaciones socias como Foro Nacional por Colombia - Capítulo Suroccidente, Corporación Otra Escuela, organizaciones juveniles, gestores culturales y otros actores, demostrando que es posible incluir a la niñez y la juventud en las agendas de planeación territorial, haciendo uso del arte y la cultura como herramientas para transformar historias de dolor en relatos de reconciliación, perdón y sanación hacia la construcción de un mundo justo que promueva los derechos de la niñez y la igualdad de la niñas.

*Esta columna contó la colaboración de Pamela Escobar, vicepresidenta programática de la Fundación PLAN.

Por Foro Nacional por Colombia

Por Pamela Escobar

 

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