El desminado humanitario en Colombia es una buena inversión

Organizaciones especializadas han estimado que producir un artefacto explosivo improvisado, como los que se usan en Colombia, cuesta en promedio tres dólares. Esta cifra puede variar, pero nos permite compararla con los más de mil dólares que cuesta encontrarlo y destruirlo, según cálculos de la Campaña Internacional para la Prohibición de las Minas Antipersonal.

Aisladas, estas cifras pueden llevarnos a concluir que el desminado humanitario representa un gasto elevado, pero nuevos datos nos confirman que en realidad es una de las mejores inversiones que se pueden hacer en los territorios afectados por la presencia de artefactos explosivos. No sólo desde el punto vista humano, sino también económico.

Una investigación de la Facultad de Economía de la Universidad del Rosario reveló los efectos positivos del desminado. Para ello se utilizaron técnicas econométricas modernas que compararon los cambios en la actividad económica en áreas desminadas en Colombia antes y después de las operaciones.

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Mediante el análisis de la variación de la luminosidad nocturna, medida a partir de imágenes satelitales, los investigadores encontraron que, entre 2013 y 2019, el desminado humanitario incrementó la luminosidad de las zonas intervenidas en más de 12%. Este aumento se traduce, de acuerdo con los modelos econométricos, en un aumento del Producto Interno Bruto (PIB) municipal del 0.8% anual en las zonas beneficiadas, a partir del primer año después que una zona es declarada libre de minas.

El incremento de la actividad económica es mucho mayor cuando las operaciones de desminado se realizan cerca de vías de acceso que conectan a las regiones afectadas con otros mercados, incrementando las oportunidades de intercambio comercial, de acuerdo con la investigación.

Este análisis también arroja que el incremento de la actividad económica es seguido por un aumento del 3 % en la densidad poblacional de las zonas intervenidas. Este aumento poblacional puede indicar un retorno seguro de la población a áreas anteriormente despobladas por el peligro que representa una mina antipersonal.

Si bien el desminado humanitario constituye una inversión cuantiosa en el corto plazo, se trata de una labor que genera beneficios socioeconómicos mucho mayores y con visión de largo plazo. La investigación calcula que, solamente teniendo en cuenta su impacto sobre la actividad económica, cada dólar invertido en desminado humanitario genera siete dólares de retorno económico.

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Estos impactos positivos se explican por la mejora en la movilidad, el uso productivo de la tierra, el acceso a servicios y a mercados, y la mejora en el clima de inversión que genera el tener un territorio libre de minas antipersonal. Además de salvar vidas, el desminado humanitario genera unos impactos positivos enormes para la población.

Estos resultados nos demuestran que el desminado debe continuar siendo una prioridad del gobierno colombiano y de la cooperación internacional. La remoción total de los artefactos explosivos es una condición para que la Paz Total llegue a todos los territorios. Este año, desde UNMAS reiteramos que la acción contra minas no puede esperar, por eso seguimos trabajando hacia el propósito de una Colombia libre de minas antipersonal.

*El autor es Representante del Servicio de Acción Contra Minas de las Naciones Unidas (UNMAS) en Colombia.

Estudio completo: Prem, Mounu, Miguel Purroy y Juan F. Vargas (2022). “Landmines: The Local Effects of Demining”