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En nuestra cotidianidad brillan por su ausencia las noticias sobre los proyectos y propuestas que llevan a cabo niños, niñas, adolescentes y jóvenes (NNAJ), especialmente, aquellas relacionadas con la construcción de paz y su participación activa en el espacio cívico. En cambio, son más comunes las noticias de las violencias que atentan contra el goce y disfrute de sus derechos fundamentales.
Solo para citar algunas noticias. En una entrevista realizada por un reconocido medio radial nacional con el alcalde Federico Gutiérrez, a propósito de un posible atentado criminal contra su vida, se hizo mención de los resultados obtenidos en una operación policial que adelantaron entre Interpol - Colombia y México – donde se logró la libertad de seis mujeres jóvenes colombianas secuestradas por una red delincuencial de explotación sexual infantil y juvenil. Una acertada conclusión del mandatario de los medellinenses fue la deuda que tiene el Estado para garantizar una debida atención psicosocial y un acompañamiento efectivo para la búsqueda de oportunidades laborales, tanto para estas jóvenes, como para sus familias, así como para garantizar su seguridad, pues aún continuaban bajo las amenazas y asedio constantes por parte de esta red delincuencial.
Y qué decir de aquellas noticias sobre reclutamiento forzado y violaciones realizadas por los actores de la guerra dirigidas contra NNAJ. Son acciones violentas que van en contravía de los principios definidos por el Derecho Internacional Humanitario y, por supuesto, una violación directa conta los derechos fundamentales consagrados en la Declaración Universal de los DDHH y nuestra Constitución Nacional. Como también, se conocieron las denuncias de los Relatores Especiales de Naciones Unidas sobre la débil respuesta del Estado para garantizar el derecho a la protesta social y, por lo tanto, recomendaron al gobierno nacional tomar medidas efectivas sobre la situación de los defensores de derechos humanos, en particular, de los liderazgos juveniles.
Ese tipo de noticias, como lo argumenta Bauman (2009), contribuyen a sustentar las creencias y la forma como se relaciona el mundo adulto con NNAJ. Esas creencias particularmente, en nuestro país, tienden a tutelar y definir las relaciones sociales, políticas y culturales de arriba hacia abajo. Dicho de otra manera, es el mundo adulto quien establece las políticas públicas, programas y proyectos que dan respuestas a las necesidades, intereses, motivaciones y deseos que expresa este segmento de la población. En concreto, en el imaginario colectivo de determinados sectores sociales y de algunas entidades gubernamentales perciben a NNAJ como sujetos políticos pasivos, en particular, preocupa que sus propuestas, no sólo, están siendo relegadas a un segundo plano, también son poco valoradas.
Pero no todo es negativo. Existen propuestas que adelantan organizaciones de la sociedad civil como Foro Nacional por Colombia y sus capítulos – región central y suroccidente -, Fundación PLAN y Corporación Otra Escuela que gracias al apoyo de la cooperación internacional de agencias como la Agencia Sueca de Cooperación Internacional para el Desarrollo (ASDI), Unión Europea y Pan para el Mundo están financiando proyectos y procesos para el fortalecimiento de la participación de NNAJ en temas sensibles y fundamentales de vital importancia para la definición de sus proyectos de vida.
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Al respecto vale la pena destacar proyectos como “Empoderarte por la Paz” donde niñas, niños, adolescentes y jóvenes (NNAJ) de los municipios de Suárez y Buenos Aires, ubicados en el norte del Cauca, mediante la formación, la formulación de agendas y la elaboración de material pedagógico y metodológico para la incidencia política, desarrollan sus liderazgos transformadores de género para movilizar a sus comunidades entorno a la igualdad de género, la protección de sus derechos y la construcción de paz, al igual que las Organizaciones de la sociedad civil (OSC) han contribuido a la construcción de paz desde sus propias agendas, con énfasis en la prevención de las violencias basadas en género y de la vulneración de derechos de NNAJ, así como al fortalecimiento del espacio habilitante liderando procesos de control social y de diálogo social y político a nivel local y regional.
El proyecto “Lidero con Voz”, implementado en los municipios de Suárez, Buenos Aires y Jamundí, ha buscado el fortalecimiento de organizaciones de jóvenes y mujeres, para contribuir decididamente al desarrollo territorial, la gobernanza, la reconciliación y al cierre de brechas de género. Para lograrlo, sus acciones se han encaminado hacia el fortalecimiento interno de las organizaciones, habilitar capacidades organizativas para promover el relevo generacional, formación en diplomados en gobernanza social a personas servidoras públicas y movilizar acciones transformadoras en sus territorios donde el protagonismo de niños, niñas, adolescentes y personas jóvenes es fundamental para fortalecer los procesos de gobernanza territorial y los entornos locales habilitantes para la participación ciudadana.
Para finalizar, está el proyecto “Participación ciudadana sin restricción, condición para la paz en Colombia”, que se adelanta en las ciudades de Bogotá y Cali. Las organizaciones de jóvenes en alianza con organizaciones de la sociedad civil están incidiendo en la implementación de medidas gubernamentales para garantizar la participación ciudadana, política y la construcción de paz en Bogotá y Cali. Acciones como la formación en jóvenes como vigías digitales que ha posibilitado el manejo de datos públicos para el control social a proyectos y temas sensibles para la juventud en general. Por supuesto, la participación activa en la COP16 donde las organizaciones juveniles desempeñaron un papel preponderante en el ejercicio de concientización sobre el reconocimiento del cambio climático y la mitigación de este.
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En definitiva, estos proyectos han logrado cambios positivos en el empoderamiento y protagonismo activo de NNAJ para la formulación, incidencia y seguimiento a políticas públicas, programas y proyectos para garantizar sus derechos. Hacerlo bajo esa perspectiva ha implicado innovar metodológicamente, pedagógicamente y políticamente para aportar, entre otros aspectos, la generación de cambios en las creencias y el imaginario social que tienen las personas funcionarias públicas, instituciones educativas, espacios de participación ciudadana y, por supuesto, la sociedad civil en general.
Los impactos para los y las jóvenes han sido claves, por ejemplo, en los planes de desarrollo municipal se definieran políticas, programas y proyectos con indicadores para su seguimiento y evaluación, el posicionar las agendas de NNAJ como un instrumento para la interlocución y la incidencia, posicionar los temas de género y violencias basadas en género como temas de preocupación públicos, la participación plena de la juventud en la gestión pública para demandar y hacer control social a temas de su interés y preocupación y la generación de alianzas para la incidencia aportando al mejoramiento de las condiciones de la participación de las y los jóvenes en los territorios.
Aún hay un camino por recorrer. Corresponde a la sociedad en su conjunto, a los gobiernos locales y nacional reconocer que para construir paz en medio del conflicto y en particular desde los territorios, implica la participación activa de NNAJ sobre la base del respeto en temas sensibles como el género, LGTBIQ+, lo étnico, lo ambiental… y apuestas por generar conversaciones donde el mundo adulto de forma respetuosa valore las opiniones diversas, sus conocimientos y, más aún, sus propuestas. En últimas, se trata de un relacionamiento bajo el respeto, la horizontalidad y, en especial, dejar fluir las ideas y las propuestas de NNAJ relacionadas con la construcción de paz y la participación desde sus territorios.
*Foro Nacional por Colombia es un Organismo Civil no Gubernamental sin ánimo de lucro, creado en 1982, cuyos objetivos son contribuir al fortalecimiento de la democracia en Colombia.
Desarrolla actividades de investigación, intervención social, divulgación y deliberación pública, asesoría e incidencia en campos como el fortalecimiento de organizaciones, redes y movimientos sociales, la participación ciudadana y política, la descentralización y la gestión pública, los derechos humanos, el conflicto, la paz y las relaciones de género en la perspectiva de una democracia incluyente y efectiva. Foro es una entidad descentralizada con sede en Bogotá y con dos capítulos regionales en Bogotá (Foro Región Central) y Cali (Foro Suroccidente).