Este 2024 cumplimos una década y queremos contarles cómo llegamos acá.
En 2014, nació en Bogotá Elementa DDDHH, un proyecto que se creó desde una mirada feminista y técnica para aportar a la causa de los derechos humanos. La construcción de una organización de cero, ha sido un camino lleno de transformaciones y aprendizajes sobre cómo construir institucionalidad dentro del ecosistema de la sociedad civil latinoamericana y afianzar, desde la investigación, la incidencia y la comunicación estratégica, una forma dinámica y fresca de trabajar derechos humanos en Colombia y México.
La ruta de consolidación de la organización en Colombia se dio a la par de las negociaciones de Acuerdo de Paz, un hecho histórico que marcó la pauta para definir nuestras áreas de acción. Navegando distintos proyectos políticos en el gobierno, Elementa se ha convertido en un referente en tejer puentes entre el movimiento de política de drogas y derechos humanos. Nuestro trabajo ha logrado colocar en el debate nacional e internacional cómo el sistema de prohibición de drogas transversaliza varios de los problemas públicos que atraviesan Colombia y la importancia de dialogar con las políticas de verdad, justicia y reparación en la etapa de pos acuerdo.
La experiencia en México nos abrió puertas para aventurarnos a consolidar el enfoque binacional de la organización. En 2018 instalamos nuestra sede en Ciudad de México donde hemos posicionado nuestro trabajo para conectar las consecuencias de la prohibición con la comisión de graves violaciones a derechos humanos, específicamente frente al fenómeno sistemático de desaparición de personas. Esto nos ha dado una oportunidad de conectar con movimientos de víctimas y tener un continuo proceso de aprendizaje sobre los significados de acompañar causas bajo los cimientos de mucho dolor, pero también de esperanza.
En el proceso constante de fortalecer nuestras metodologías de investigación y concentrar nuestra incidencia en soluciones políticamente viables y socialmente responsables, nos dimos cuenta de la relevancia que tiene darle un giro creativo al derecho a través de nuevas formas de narrar las problemáticas que atraviesan los países donde trabajamos. Esto nos ha dirigido a estrategias sumamente enriquecedoras de construir narrativas por fuera de los lugares comunes y de elevar el debate frente a lo que las organizaciones de la sociedad civil buscamos posicionar en el debate público, específicamente en materia de política de drogas, donde el estigma y la discriminación han construido durante décadas el imaginario colectivo.
Construir institución también nos ha permitido materializar liderazgos feministas en espacios masculinizados y contar con direcciones que construyen en colectivo. Poder equilibrar entre aportar a la causa y contar con un espacio seguro de trabajo ha sido una de los logros más significativos de Elementa, sostener un espacio así es nuestra mayor apuesta. Esto no sería posible sin todas las personas que han pasado por Elementa, la multiplicidad de disciplinas, contextos y experiencias han enriquecido cada una de las etapas de la organización al tiempo, que de forma orgánica ha creado un semillero de personas defensoras de derechos con sensibilidad y capacidad técnica.
De esta década de trabajo, quienes tenemos la fortuna de dirigir Elementa tenemos mucho que agradecer. A quienes han confiado en proyecto para que sea sostenible, a las personas que hacen parte del equipo que entregan su cariño, su constancia y su compromiso por las causas que defendemos. A las organizaciones aliadas con quienes hemos construido redes sinceras y provechosas de trabajo y lo más importante, a todas aquellas poblaciones y personas que nos han dado la confianza de poder trabajar por la garantía de sus derechos. Seguimos.