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Recientemente, la JEP ordenó la creación de un equipo impulsor de una estrategia de participación para el macro caso de secuestro (Caso 01) con el propósito de lograr un acercamiento entre las víctimas y los comparecientes a propósito de los proyectos de sanción. Esta es una oportunidad para evaluar estrategias previas y formular nuevas que busquen lograr el grado más alto posible de satisfacción de las víctimas, lo que es determinante de cara a su credibilidad y a la lectura pública sobre su efectividad. En vista de ello, consideramos que algunos de los hallazgos de nuestra investigación sobre los factores que inciden en la experiencia de las víctimas en los espacios de participación pueden dar algunos insumos para la discusión sobre este asunto.
El principio de centralidad de las víctimas impone el deber de contar con sus voces, pues a diferencia de un proceso penal ordinario, no son solamente intervinientes especiales, sino el centro de la acción de las entidades. No obstante, el enorme número de víctimas, las limitaciones de recursos humanos, financieros y de tiempo dan lugar a desafíos para la participación, que hacen que esta no siempre ocurra como las víctimas esperan. El balance entre las expectativas y las posibilidades es necesario para evitar que la participación sea un ritual vacío y que, por el contrario, tenga un efecto restaurador.
En nuestra investigación quisimos identificar oportunidades de ajustes que mejoren la experiencia de las víctimas de cara al mandato de que la participación sea restaurativa. Una constante que encontramos es que las víctimas ansían los espacios en los que pueden encontrarse con los responsables de los crímenes, pues sienten que pueden acercarse a la verdad y al reconocimiento de su dolor, y por esta vía, pueden sentirse restauradas en algún sentido.
No obstante, aspectos como la falta de preparación para participar en los espacios, la poca claridad en la selección de las víctimas participantes, las cargas económicas para participar, la falta de conectividad (geográfica y de telecomunicaciones), entre otros, inciden en la percepción de las víctimas sobre la participación ante la JEP. Si bien hay aspectos difíciles de modificar, como el umbral de verdad que esperan las víctimas frente a la información disponible, hay otros que identificamos que pueden incidir positivamente en mejorar los espacios y la experiencia restaurativa de las víctimas, y frente a los cuales la JEP tiene margen de maniobra.
Un elemento crucial tiene que ver con la transparencia y el acceso a la información. Esta se manifiesta frente a varios aspectos, como los criterios para la toma de decisiones sobre quién y cómo se participa; sobre el alcance realista de los espacios de participación; y sobre las metodologías. Esto implica no solo hacer pública dicha información, sino también hacerla clara y disponible para todos los interesados, incluso si implica procesos más largos de pedagogía. Asumir este enfoque reconoce que las víctimas son importantes dentro de la JEP y por eso merecen estar informadas de todos los procedimientos y decisiones, incluso si no sienten que se ajusta por completo a sus expectativas.
También encontramos que la preparación para participar incide de forma muy positiva en la experiencia de participación. Poder contar con preparación psicosocial, de oratoria y poder anticipar y evitar experiencias de revictimización es una buena práctica que debería fortalecerse y ampliarse. Esto involucra también a los comparecientes, pues debe haber una articulación y acuerdo sobre los objetivos del espacio de participación para que sea restaurativo. Esta práctica reconoce que las víctimas deben ser escuchadas de viva voz, pero para ello necesitan contar con condiciones previas a su participación.
La información y la preparación son solo dos de los factores que inciden en que tan satisfechas se sienten las víctimas con la participación en la JEP. Hay muchos otros que tienen que ver con la realidad institucional, el contexto, las metodologías aplicadas e incluso la esfera personal de las víctimas; sin embargo, los que presentamos pueden ser ajustados en el corto plazo. El nuevo equipo impulsor de la estrategia de participación para el macro caso de secuestro tiene la oportunidad de no seguir repitiendo los errores, sentar una buena práctica al lograr un mejor balance entre las expectativas y las posibilidades, y así mejorar la experiencia de las víctimas y la credibilidad pública de la Jurisdicción.
*Coordinadora e investigadora de Justicia Transicional de Dejusticia