Comisionado de paz pide a guerrillas y fuerza pública parar combates en el Cauca
La Oficina del Alto Comisionado para la Paz dice que hay riesgo inminente de combates y por eso pide a los grupos armados ilegales y a la Fuerza Pública no realizar ofensivas que pongan en riesgo a la población civil.
La Oficina del Alto Comisionado para la Paz hizo un llamado este sábado a los grupos armados ilegales y a la Fuerza Pública evitar las confrontaciones armadas en las veredas del norte del Cauca donde se pueda afectar la vida de la población civil.
En un comunicado, la oficina reporta con preocupacion “movimientos inusuales de tropa, vehículos y personal armado en diferentes puntos del departamento y señala que el mayor riesgo humanitario está en los municipios de Silvia (Nazareth, Ovejera, Aznenga, Quichaya), Caldono (Pioyá, Cresta de Gallo, Los Robles) y Jambaló (Solapa, San Antonio, Paletón y Nueva Jerusalén)”.
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La comunicación oficial señala que “las comunidades han advertido la inminencia de confrontaciones armadas que representan un riesgo grave para la población civil de la zona. Hacemos un llamado urgente a los grupos armados que operan en la región y también a la fuerza pública para que respeten el DIH y se abstengan de entrar en confrontación o realizar acciones ofensivas en veredas y caseríos donde se ponga en riesgo la vida, la integridad y los bienes materiales de la población civil”.
El pasado 3 de mayo se presentaron combates entre disidencias del Estado Mayor Central de las FARC y el ELN que afectaron a los habitantes de las veredas Los Robles, Solapa y San Antonio, en los resguardos de Pioyá y Jambaló.
Producto de esta situación, murió William Vargas, un joven kiwe thegnas (guardia indígena) que acompañaba a una comisión humanitaria que llegó hasta inmediaciones de los municipios de Caldono y Jambaló, donde las columnas (disidentes de las FARC) Jaime Martínez y Dagoberto Ramos se enfrentaron durante varias horas con la guerrilla del ELN. En medio del fuego cruzado, Vargas recibió un disparo. No pudo ser trasladado a ningún centro médico por la magnitud de los combates y murió sin se atendido.
Tras los combates del miércoles, un grupo de niños y niñas tuvieron que resguardarse en centros educativos, y sus familias en sus casas. El CRIC también denunció que la columna Dagoberto Ramos retuvo los celulares de la comunidad y la guardia indígena, lo cual incomunicó a la población por más de seis horas.
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La oficina del comisionado reportó también varias viviendas civiles que fueron destruidas, por lo que la comunidad se desplazó a la casa del Cabildo.
“Las comunidades del norte del Cauca han exigido de manera reiterada a los armados que cesen la violencia, el reclutamiento de jóvenes y la desarmonización en sus territorios. Es hora de escuchar el clamor de la población, de sus mujeres, sus mayores y sus niños, y de detener esta guerra sin sentido que sólo genera más dolor entre las familias del pueblo colombiano”, concluye la comunicación oficial del Alto Comisionado para la Paz.
Esta situación se presenta apenas una semana después de que se realizara en Caldono una minga humanitaria con la asistencia de más de 5.000 indígenas, campesinos y afros de todo el suroccidente del país que exigierion al Gobierno Petro y a los grupos armados ilegales participación en los diálogos con las guerrillas y el cese de las confrontaciones.
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El mayor Alejandro Casamachín, coordinador de Diálogos Humanitarios del Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC) le había dicho hace dos días a Colombia+20 que:.“hay un sinsabor muy grande. Creímos que los actores armados iban a acatar la solicitud de respetar la vida de las comunidades. Nos preguntamos cuál es el sentido real de paz de estos grupos”.
Esta delicada situación se presenta en momentos en lo que se adelanta el tercer ciclo de negociaciones entre el Gobierno y el ELN en Cuba y se espera la instalación de la mesa de diálogos con las disidencias del Estado Mayor Central Central de las FARC.
La Oficina del Alto Comisionado para la Paz hizo un llamado este sábado a los grupos armados ilegales y a la Fuerza Pública evitar las confrontaciones armadas en las veredas del norte del Cauca donde se pueda afectar la vida de la población civil.
En un comunicado, la oficina reporta con preocupacion “movimientos inusuales de tropa, vehículos y personal armado en diferentes puntos del departamento y señala que el mayor riesgo humanitario está en los municipios de Silvia (Nazareth, Ovejera, Aznenga, Quichaya), Caldono (Pioyá, Cresta de Gallo, Los Robles) y Jambaló (Solapa, San Antonio, Paletón y Nueva Jerusalén)”.
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La comunicación oficial señala que “las comunidades han advertido la inminencia de confrontaciones armadas que representan un riesgo grave para la población civil de la zona. Hacemos un llamado urgente a los grupos armados que operan en la región y también a la fuerza pública para que respeten el DIH y se abstengan de entrar en confrontación o realizar acciones ofensivas en veredas y caseríos donde se ponga en riesgo la vida, la integridad y los bienes materiales de la población civil”.
El pasado 3 de mayo se presentaron combates entre disidencias del Estado Mayor Central de las FARC y el ELN que afectaron a los habitantes de las veredas Los Robles, Solapa y San Antonio, en los resguardos de Pioyá y Jambaló.
Producto de esta situación, murió William Vargas, un joven kiwe thegnas (guardia indígena) que acompañaba a una comisión humanitaria que llegó hasta inmediaciones de los municipios de Caldono y Jambaló, donde las columnas (disidentes de las FARC) Jaime Martínez y Dagoberto Ramos se enfrentaron durante varias horas con la guerrilla del ELN. En medio del fuego cruzado, Vargas recibió un disparo. No pudo ser trasladado a ningún centro médico por la magnitud de los combates y murió sin se atendido.
Tras los combates del miércoles, un grupo de niños y niñas tuvieron que resguardarse en centros educativos, y sus familias en sus casas. El CRIC también denunció que la columna Dagoberto Ramos retuvo los celulares de la comunidad y la guardia indígena, lo cual incomunicó a la población por más de seis horas.
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La oficina del comisionado reportó también varias viviendas civiles que fueron destruidas, por lo que la comunidad se desplazó a la casa del Cabildo.
“Las comunidades del norte del Cauca han exigido de manera reiterada a los armados que cesen la violencia, el reclutamiento de jóvenes y la desarmonización en sus territorios. Es hora de escuchar el clamor de la población, de sus mujeres, sus mayores y sus niños, y de detener esta guerra sin sentido que sólo genera más dolor entre las familias del pueblo colombiano”, concluye la comunicación oficial del Alto Comisionado para la Paz.
Esta situación se presenta apenas una semana después de que se realizara en Caldono una minga humanitaria con la asistencia de más de 5.000 indígenas, campesinos y afros de todo el suroccidente del país que exigierion al Gobierno Petro y a los grupos armados ilegales participación en los diálogos con las guerrillas y el cese de las confrontaciones.
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Esta delicada situación se presenta en momentos en lo que se adelanta el tercer ciclo de negociaciones entre el Gobierno y el ELN en Cuba y se espera la instalación de la mesa de diálogos con las disidencias del Estado Mayor Central Central de las FARC.