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El 25 de agosto del 2021, Jorge Santofimio Yepes, un exguerrillero oriundo del Cartagena del Chairá (Caquetá), recibió a Colombia+20 en la sede de la Cooperativa Multiactiva Comunitaria del Común (Comuccon), un ejemplo de reincorporación y restauración ambiental en Puerto Guzmán (Putumayo). En el salón donde realizaban las reuniones, Jorge dispuso un comedor y sirvió pescado, ensalada, jugo de piña y plátano para todos sus invitados. En ese mismo salón, este jueves 24 de febrero de 2022, fue asesinado.
Según Pastor Alape, exFarc y delegado del Partido Comunes al Consejo Nacional de Reincorporación (CNR), “La comunidad fue atacada mientras estaba reunida la junta directiva de la Cooperativa”. En ese instante, cuenta Alape, dispararon contra Santofimio, presidente de Comuccon y dejaron a cuatro compañeros heridos.
Jorge tenía 38 años, era el menor de tres hermanos hombres y fue criado por sus abuelos en Huila. Desde los 7 años le manejaba las cuentas a la tienda que mantenía económicamente a su familia. Después, se fue a vivir con sus padres a Putumayo. A los 15 años decidió enlistarse en la guerrilla de las Farc, donde también estaba su hermano menor, Rafael.
En la guerrilla recibió el apodo “Jorgillo” y, hasta hoy, así le decían todos los que lo conocían. A su otro hermano, Daniel Eduardo, lo mató el Ejercito, según contó Jorge en esa visita que este diario realizó en agosto.
Después de su paso por el Frente 32 de las Farc, entregó las armas en 2016. Luego, vivió en el Espacio Territorial de Capacitación y Reconciliación de La Carmelita, y meses después, fundó junto con otros reincorporados Comuccon. Además, era uno de los delegados de Arando a La Paz, un grupo de excombatientes que le apuestan a la paz desde la conservación del medio ambiente.
El asesinato de Santofimio y el ataque a la Cooperativa significa un golpe más hacia el proceso de reincorporación. Jorge era el alma de la Cooperativa. Tenía dos pirarucus (peces enormes nativos de la Amazonia) que buscaba cada mañana a ver si salían a saludar. Además, impulsaba la restauración del ambiente y proyectos de piscicultura, avistamiento de aves, apicultura y otro de viverismo.
Su hermano Rafael, también exguerrillero y reincorporado, maneja, junto con otros 35 hombres y mujeres firmantes de paz y civiles, el vivero Musu Kaisai, Vanguardia de la Restauración -un proyecto también de la Cooperativa-. Según nos informaron fuentes cercanas, luego del ataque en el que mataron a su hermano, Rafael se encuentra a salvo.
Jorge era padre de cuatro hijos, dos de ellos, Hector David y Diego Andrés, vivían junto a él y su madre en la Cooperativa. Ahí también residían más de 40 excombatientes junto con sus familias. Todavía no hay información acerca del estado de salud de sus hijos.
Además: Exguerrilleros del Putumayo: produciendo tilapia y esquivando balas
“Ningún grupo armado se tomará el poder, pero lo que sí hará es que en 20 o 30 años deje un estelo de víctimas a lo largo y ancho del país. Va a profundizar el odio y el rencor, yo lo que estoy diciendo y todos nosotros es que hay que reconciliarnos (...) Siempre hemos creído en la paz, yo nunca volveré a las armas, para qué si aquí lo tengo todo”, dijo Jorge a Colombia+20 ese 25 de agosto.
En Puerto Guzmán, la Defensoría del Pueblo había advertido la situación de riesgo para los firmantes de paz, quienes están expuestos mayoritariamente a represalias y presiones de reincidencia por parte de actores armados que hacen presencia en la zona, como el Frente Carolina Ramírez del Bloque Suroriental, y Comandos Bolivarianos de la Frontera de la Segunda Marquetalia
Con Jorge Santofimio serían seis firmantes del acuerdo asesinados en 2022 y 305 desde la firma del acuerdo de paz, según Indepaz.
Para conocer más sobre el legado de Jorge en el Putumayo lo invitamos a leer:
*La esperanza que crece en los viveros de Putumayo.
*“Antes era un escéptico, ahora estoy convencido del Acuerdo de Paz”.