Cese al fuego con disidencias de las Farc: ¿cómo impacta en disputas territoriales?

El acuerdo entre el Gobierno y las “Farc Ep aún en armas” -que se firmaría en próximos días- deja varios interrogantes frente a los conflictos que esa disidencia tiene con otros grupos armados y cómo afectaría a los territorios donde se mueven sus estructuras.

20 de enero de 2023 - 11:30 a. m.
La facción de “Iván Mordisco” no aceptó ni firmó el Acuerdo de Paz con las Farc en 2016.
La facción de “Iván Mordisco” no aceptó ni firmó el Acuerdo de Paz con las Farc en 2016.
Foto: AFP - LUIS ACOSTA
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En los próximos días el Gobierno firmaría un cese al fuego bilateral con las “Farc-Ep aún en armas”, el grupo disidente más grande de la antigua guerrilla, comandado por Iván Mordisco. El documento, revelado por Colombia+20, contiene algunas de las conductas prohibidas para las partes. Por ejemplo, el grupo no podrá hacer presencia armada en las poblaciones, mientras que la Fuerza Pública debe enfrentar a cualquier “grupo armado que incursione con intenciones hostiles” en el área donde hace presencia esa guerrilla.

Contexto: Este es el acuerdo de cese al fuego entre Gobierno y “Farc Ep”, de Iván Mordisco

Durante los últimos seis años, esta facción disidente que no firmó el Acuerdo Final ha sostenido fuertes disputas con grupos como el Eln, las Agc y la disidencia de la Segunda Marquetalia. Una situación que abre varios interrogantes sobre cómo impactará ese acuerdo de cese al fuego en los conflictos del suroccidente y el oriente del país, principales zonas de operación del grupo.

“Lo que está ocurriendo en esas zonas son enfrentamientos entre los dos grupos armados ilegales. Eso pasa en Arauca, pero también en Chocó con las Agc y el Eln, o en Cauca entre el Eln, que se une con la Segunda Marquetalia, para golpear al Comando de Occidente. También en Nariño entre el frente 30 contra Segunda Marquetalia y Eln. Es decir, los conflictos que hay en los territorios son, en su mayoría, entre los mismos grupos que se disputan el control de un territorio”, explica Leonardo González, del Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz). En su concepto, el gran “pero” de este acuerdo es que solo contempla la suspensión de hostilidades entre ese grupo armado y la Fuerza Pública, pero no entre las estructuras.

Yessid Robles, miembro de la Red de Defensores de Derechos Humanos de Arauca, dice que para los pobladores, ni las negociaciones de paz con el Eln, ni este proceso de cese al fuego han significado disminuciones en las violencias o la esperanza de que ocurra a largo plazo: “El problema con las disidencias es que ellos desbordan todo lo que señalan los manuales de la guerra, no hay pautas de nada”.

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Para no ir tan lejos, hace una semana un violento enfrentamiento se dio en Arauca entre las disidencias de las Farc y el Eln, pese a que ambos grupos están en conversaciones de paz con el gobierno Petro y a que la facción de las Farc sí había aceptado el cese al fuego anunciado el 31 de diciembre. El choque terminó con 10 combatientes muertos y varias comunidades confinadas.

“El enemigo número uno de la disidencia de Mordisco es el Eln a través de (las estructuras) Domingo Laín y el Frente de Guerra Oriental. Su disputa no es solo por la permanencia en el territorio, sino por las rutas que necesitan para el transporte de narcotráfico. Aquí lo que sube y baja es la cocaína, y necesitan moverla. Precisan de esas rutas para mover todo eso, transportar armas al mercado negro, mercurio rojo, coltán”, cuenta Robles, quien también pertenece a la Fundación para la Observación e Investigación en Derechos Humanos y el Desarrollo (Foidhd).

Por su parte, Uriel Peña, exsecretario de Gobierno departamental de Arauca, afirma que para que ese acuerdo tenga éxito “debe haber pedagogía, diálogos con la comunidad y las autoridades locales. Reglas claras para ver cómo se avanza en este proceso y si ese cese se cumple”.

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El suroccidente, una de las zonas de mayor dominio

Una de las zonas del país donde las disidencias de Iván Mordisco tienen más consolidada su presencia es Cauca. Lo que comenzó como una disputa con el Eln por el norte del departamento, liderada por las estructuras disidentes Dagoberto Ramos y Jaime Martínez, le sirvió a Mordisco para expandir su control incluso a otros departamentos. La expansión de las “Farc Ep” en el suroccidente del país llevó a la conformación del Comando Coordinador de Occidente (CCO), con influencia en Nariño, Putumayo y zonas vecinas.

Juan Manuel Torres, investigador de la Fundación Paz y Reconciliación (Pares), explica que “entre las estructuras que se han creado está la Adán Izquierdo, que ha hecho mucho daño en el centro del Valle, en municipios como Cerrito, Buga, Tuluá y Sevilla. También está la Franco Benavides, en parte de la sierra nariñense; el frente 30, que está por la costa Pacífica caucana; la Ismael Ruiz, que actúa por Huila y Tolima; el frente Carlos Patiño, que fue enviado al sur, en la zona del Patía, Argelia y Balboa. Ellos se fueron para allá, para el cañón del Micay, y derrotaron al Eln, con unos impactos humanitarios muy fuertes, y se expandieron hacia otros municipios como Sucre, Bolívar y Mercaderes”.

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En terreno, una de las principales expectativas con el eventual cese al fuego bilateral con las “Farc Ep aún en armas” está relacionada con la prohibición de estar armados en las poblaciones donde operan.

A inicios de esta semana se viralizaron unos videos de los festivales de Balboa, Cauca, en los que se observa a integrantes de la estructura Carlos Patiño patrullando de camuflado y con fusiles las calles del municipio.

“No es solo el reclutamiento de cientos de menores de edad y la captura de rentas extorsivas y economías ilegales, sino el estar armados en medio de la población. Es algo que no se veía y es muy delicado e infringe todas las normas del DIH. Aparecen en los pueblos con la excusa de que como hay un cese al fuego y por ahí no hay Ejército, ellos van a ayudar a fortalecer los temas de seguridad”, dijo una fuente en Cauca.

En Nariño, departamento que ha sido duramente golpeado por el confinamiento a raíz del conflicto entre estos grupos, también se espera que el cese al fuego traiga alivios. El investigador de Pares Francisco Daza explica que en la actualidad la Segunda Marquetalia, en alianza con el Eln, ha logrado el control de la mayoría del territorio y frenado la expansión del las disidencias de Mordisco, pero se siguen presentando disputas en puntos estratégicos y las salidas al mar. “En Putumayo la estructura de Mordisco es el frente Carolina Ramírez, que tiene fuerte presencia en el sur del departamento y está en un proceso de expansión territorial que no se sabe cómo continúe con el cese al fuego”.

Para el experto, una de las principales dudas en adelante será el rol del Ejército en combatir a los grupos que no se alineen al acuerdo. Este, de lejos, será uno de los retos que enfrentará el país en los próximos meses.

Frenar reclutamiento y otras violencias, entre las expectativas

Los impactos humanitarios por la presencia de las “Farc Ep aún en armas”, lideradas por Iván Mordisco, son alarmantes. En Cauca, departamento principalmente controlado por ese grupo, desde noviembre de 2016 hasta la fecha han sido asesinados 271 líderes sociales y 62 excombatientes de las Farc, y se han registrado al menos 2.051 hechos de violencia (casi el 10 % del total nacional), que tienen como principal responsable a estas estructuras, según el Mecanismo Unificado de Monitoreo del Sistema Integral para la Paz.

A esto se suma, por ejemplo, el reclutamiento de 275 niños y niñas indígenas por grupos armados ilegales, solo en 2021, según el Consejo Regional Indígena del Cauca (Cric). El investigador Juan Manuel Torres, de la Fundación Paz y Reconciliación, señala que “la expansión de los grupos y las disputas territoriales han dejado unos impactos humanitarios muy fuertes en la región. Hay muchos desafíos para que dejen de enfrentarse y generar afectaciones, pero esa es la gran expectativa”.

¿Qué se viene para la Orinoquía?

Durante sus primeros años, una de las zonas fuertes de concentración y expansión de la disidencia de Gentil Duarte e Iván Mordisco fue la región de la Orinoquía.

Andrés Cajiao, investigador del área de conflicto y violencia organizada de la Fundación Ideas para la Paz (FIP), asegura que la disidencia de Mordisco es el actor con mayor influencia territorial en la zona, aunque con distintos niveles de consolidación. “Es un actor con fuerte consolidación en el sur del Meta, Guaviare y parte del Vichada. En Arauca se ha fortalecido su presencia, pero mantiene una fuerte disputa territorial con el Eln”.

Sobre los impactos del cese al fuego, Cajiao asegura que en la mayoría de la Orinoquía “es posible que no tenga mayor incidencia, debido a que desde hace varios años es un actor hegemónico y los niveles de violencia contra las comunidades no han sido tan fuertes como en las zonas de disputa. Puede que tenga una mayor incidencia en Arauca, solo en caso que el Eln también entre a ese cese. Ese va a ser el principal obstáculo del cumplimiento del cese al fuego por parte de esta disidencia”.

Por Cindy A. Morales Castillo

Periodista con posgrado en Estudios Internacionales. Actualmente es la editora de Colombia+20 de El Espectador y docente de Narrativas Digitales de la Universidad Javeriana.@cinmoralejacmorales@elespectador.com

Por Julián Ríos Monroy

Periodista y fotógrafo. Es subeditor de Colombia+20 y profesor de cátedra en la Universidad del Rosario.@julianrios_mjrios@elespectador.com

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