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Después de que la comunidad de Bojayá (Chocó) alertara sobre la presencia de un grupo de alrededor de 300 hombres vestidos de civil, que portaban armas largas y cortas, en la comunidad de Pogue, entre 10 y 12 líderes de este municipio recibieron llamadas amenazantes en las que, según la lideresa de víctimas y de la Organización de Comunidades Étnicas Los Palenkes, “unos se identificaron como Eln, otros pidieron recursos económicos, otros municiones y otros, como en el caso de Leyner (Palacios), le dieron dos horas para salir. O en el caso del representante del Consejo Comunitario de Pogue, José Adán Palacios, le dieron cuatro horas para salir de la comunidad”.
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Por esta razón, esta organización comunitaria, y otras víctimas de Bojayá, piden con urgencia una comisión internacional que los acompañe. “Los actores armados hoy es claro que no respetan a la sociedad civil ni las autoridades étnicas ni civiles de Colombia. En ese sentido, nosotros necesitamos esa presencia internacional en las comunidades, que nos permita evitar que estos actores usen como escudo a la población, evitar una confrontación, asesinatos selectivos y desplazamientos. Eso puede ayudar a garantizar la permanencia de las comunidades en su territorio. No estamos para que nuestra gente vaya a morirse de hambre en las capitales. Ya lo vivimos en el 96, con todo el proceso tan fuerte del Bajo Atrato y en el 2000 y 2002 con (la masacre de) Bojayá”, indicó la lideresa.
El confinamiento en la comunidad de Pogue, han dicho los líderes, continúa. Por esta razón la comunidad de Los Palenkes también rechaza las declaraciones del comandante del Ejército, general Eduardo Enrique Zapateiro, quien dijo que quienes habían llegado eran “unos bandidos muertos de hambre y pidiendo comida”. Además, indicó que no hubo confinamiento.
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Palacios Herrón califica de “desafortunada” esa declaración. “Sabemos que hace dos días el Ejército pudo entrar el pueblo, sobrevoló en helicóptero y entraron. Sabemos que esa gente (los paramilitares) se escondió, no sabemos dónde y lógicamente la comunidad no va a hablar de esos temas por el peligro que representa. Pero nos parece muy desafortunado que se ponga en duda la palabra de la comunidad. La gente que ha informado está plenamente segura de lo que vio, de lo que pasó y no tendría por qué mentir ante esa situación que fue evidente. No era un grupito de hombres buscando comida”.
Además, la lideresa indicó que antes, el 19 de diciembre habían alertado al presidente Iván Duque sobre el riesgo, incluso físico, en el que se encuentra la comunidad de Pogue.
“Esta comunidad está en alto riesgo porque se encuentra en medio de los dos ríos, Pogue y Bojayá, y, cuando se crecen, se inunda la comunidad, tiene la mitad del río sobre una peña que cada vez se va deslizando. El 19 de diciembre hablamos con el presidente Iván Duque en Cali y le expusimos la situación de Pogue, no solo con el tema de conflicto, y se comprometió a avanzar en ese sentido. Nos han puesto en contacto con la Oficina Nacional del Riesgo y nos han dicho que irá una comisión técnica a verificar ese riesgo. Una forma de proteger la vida del pueblo de Pogue es avanzar en esa reubicación. Necesitamos con mucha urgencia que para todo ese proceso pueda haber acompañamiento internacional”, recalcó.