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La comunidad del municipio de Cantagallo, en el sur de Bolívar, ha vivido días de total preocupación desde que el fin de semana pasado vio caminar por el Cerro del Oso a un escuadrón del Clan del Golfo que llegó fuertemente armado preguntando, lista en mano, por cinco líderes sociales.
Con fusiles en mano y brazaletes que los identificaban como Ejército Gaitanista de Colombia (EGC, como se autodenomina el grupo), los combatientes han estado patrullando las calles del municipio y ya han dado mensajes de la incursión paramilitar que se está planeando.
Los primeros hostigamientos del Clan hacia los pobladores de esta región se dieron desde el pasado 2 de septiembre, cuando las comunidades de dos veredas fueron informadas sobre un “nuevo programa de extorsión” y cobro de “vacunas” para aquellos campesinos propietarios de cabezas de ganado o con terrenos cultivados. Ese mismo mensaje llegó el 9 de septiembre a otra vereda, y el 13 se anunció en una más.
A esos hechos se sumó la intención de esta organización ilegal de tomarse las Juntas de Acción Comunal (JAC) y de monopolizar el negocio de la minería ilegal.
Esta denuncia fue elevada por miembros de la Corporación Regional para la Defensa de los Derechos Humanos (CREDHOS), quienes señalan que el Bloque Erlín Pino Duarte del EGC, con influencia en gran parte del Magdalena Medio, sería el responsable de intimidaciones contra este municipio, que antes del Acuerdo de Paz estaba sometido por las antiguas FARC y que ahora teme la incursión del grupo heredero del paramilitarismo.
Como es usual en el “modus operandi” del Clan del Golfo, sus acciones sobre el municipio han sido, hasta ahora, más intimidatorias, pero se conoce que 19 familias ya han salido de sus veredas por temor a mayores represalias, mientras que cinco líderes sociales también dejaron sus tierras ante las amenazas del Clan del Golfo.
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El Clan del Golfo, la organización ilegal más grande del país en este momento, comenzó diálogos con el Gobierno a principios de agosto y, aunque no se ha instalado formalmente la negociación, ya se hizo el reconocimiento de voceros, entre ellos, “Chiquito Malo”
Las intenciones del Clan del Golfo para cooptar liderazgos
Durante los últimos meses, el Magdalena Medio ha sido el escenario de dispersión de grupos armados que buscan con fuerza apoderarse de los territorios y expandir su entramado criminal. La estrategia del Clan se ha centrado en legitimarse en el sur de Bolívar, mediante la imposición de liderazgos y la cooptación de Juntas de Acción Comunal para el control territorial.
“En aras de aumentar el control poblacional y territorial, ellos atacan, amenazan, hostigan o asesinan a los líderes para que salgan de las veredas y poder poner nuevos miembros en las JAC”, aseguró un investigador de la Universidad de Cartagena, quien pidió reserva de su nombre por seguridad.
Cantagallo, punto clave para la explotación minera
La ubicación geográfica de Cantagallo es uno de los factores determinantes en la incursión del Clan de las últimas semanas. CREDHOS señala que este era uno de los “últimos bastiones” que no habían sido tomados por el EGC en el sur de Bolívar, pero en algunas veredas ya ha habido patrullajes.
El investigador resalta que la cercanía entre el municipio de Yondó y Cantagallo es estratégica, ya que son puntos clave en la explotación de petróleo y su distribución a través de la tubería que conecta con Puerto Wilches. Cantagallo está en una región que se beneficia de la explotación minera en la Serranía de San Lucas, extremo norte de la cordillera central. Esta ubicación geográfica también ha sido usada por grupos armados debido a su facilidad para moverse hacia el Bajo Cauca, el Nordeste antioqueño y el sur del Cesar.
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Desplazamiento de líderes sociales
Los riesgos sobre el posible desplazamiento de familias y líderes sociales ya había sido anunciado por la Defensoría del Pueblo, en una alerta temprana del 28 de septiembre de 2023, cuando se mencionó a Cantagallo dentro de los municipios del sur de Bolívar que estaban siendo víctimas del conflicto entre el EMC, el ELN y el Clan del Golfo.
Este diario conoció que desde el 2 de septiembre, cinco líderes sociales han salido del territorio. También se ha atendido a 20 familias que llegaron hasta el casco de Barrancabermeja en busca de ayuda.
Colombia+20 también conoció que esta problemática no solo se vive en Cantagallo, sino que también se han recibido denuncias similares de cooptación de liderazgos por parte de grupos armados en regiones como el Bajo Atrato chocoano, Urabá, Montes de María y Magdalena Medio.
La gran preocupación detrás de toda esta incursión paramilitar es que hace parte de la estrategia del Clan para expandirse por el territorio y ganar dominio en varias zonas del país. Prueba de esto es la cifra de municipios ocupados por este grupo armado, que pasó de tener presencia en 125 durante 2018, a más de 310 en lo que va del 2024.
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