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La disidencia de las antiguas FARC autodenominada como Estado Mayor Central (EMC) suma ya tres semanas hostigando sin descanso a la población civil de Cartagena del Chairá (Caquetá). El alcalde Edilberto Molina lleva dos semanas desplazado en Florencia, la capital, por tener graves amenazas contra su vida; y a pesar de que ha habido consejos de seguridad no se sabe con exactitud en qué momento podrá retornar la calma.
El EMC es uno de los grupos armados más grandes en el país liderado, en su mayoría, por mandos medios de la extinta guerrilla que no se acogieron al Acuerdo de Paz con las FARC de 2016. Se cree que tiene cerca de 3.200 personas en armas y un número indeterminado de milicianos, distribuidos en 23 frentes que operan en 16 departamentos del país. Esta disidencia nació cuando Gentil Duarte e Iván Mordisco decidieron no firmar el Acuerdo de La Habana y seguir en la guerra, y actualmente adelanta conversaciones de paz con el Gobierno de Gustavo Petro.
La ola de violencia se inició el pasado 3 de mayo. Ese día, según le reveló a este diario un empleado de la compañía de telecomunicaciones Claro que pidió anonimato, “personas uniformadas identificadas con las filas del frente Rodrigo Cadete de las disidencias dañaron 24 de las antenas con las que el pueblo se comunica. Antes de hacerlo, llamaron al alcalde para decirle que iban a hacer eso porque la compañía no quiso pagarles una ‘cuota de administración’ para que la señal siguiera entrando a Cartagena”.
El mismo alcalde Molina confirmó esa información a Colombia+20 y especificó qué era lo que quería ese brazo armado del EMC: “A las oficinas de Claro en Florencia llegaron llamadas y mensajes en los que le pedían a la multinacional una suma cercana a los $1.200 millones para permitir que en Cartagena del Chairá siguiera operando su servicio. Entre el casco urbano y rural tenemos 60 antenas de este tipo, dañaron 24 y por cada una de ellas pedían una “especie de cuota”, que mejor es llamarla extorsión, de $20 millones. No lo hicieron y además de afectar a la empresa, desde ese día comenzaron a meterse con otros sectores”.
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Si bien, desde el 8 de mayo el Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (MinTIC) se articuló con el Ministerio de Defensa para reestablecer los servicios de telecomunicaciones en Cartagena del Chairá, pobladores del municipio temen que sea una medida que a largo plazo no les va a garantizar seguridad. “En la última semana hemos visto panfletos y alusiones de la Rodrigo Cadete en todo lado. Se están metiendo con toda la gente; desde los puesticos de empanadas, hasta con los profesionales de la salud. Imagínese si se meten con el mismísimo alcalde, qué tan vulnerables podemos quedar los demás”, comentó un líder campesino de la región.
La salida del alcalde se dio justamente tras varias llamadas y mensajes donde lo declaraban como “gran objetivo militar” de ese grupo armado. El mandatario local insiste en que seguirá denunciando porque de no hacerlo “más rienda habrá para que ellos ganen”.
“Los del frente Carolina Ramírez eran los únicos disidentes presentes en nuestro territorio hasta hace muy poco. Los señores del Rodrigo Cadete, de hecho, llegaron hace muy poco en una estrategia que tiene el EMC para controlar más territorio. Ambos grupos, como saben, son de la misma estructura y el hecho de que se hayan juntado en un mismo municipio no es casualidad; es su forma de blindarse en dado caso de que la Segunda Marquetalia intente entrar acá como ya lo hicieron en San Vicente del Caguán”, agregó Molina. La Segunda Marquetalia es la otra disidencia de las FARC, comandada por Iván Márquez, y con quienes el EMC tiene confrontaciones.
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Los reparos de MinTIC a las antenas de Claro en Cartagena del Chairá no bastaron para que cesara la violencia en el territorio. Las balas no han dejado de ser la respuesta del frente Rodrigo Cadete para quienes han querido reparar los daños que han ocasionado.
Ese fue el caso de un joven contratista de Claro asesinado por las disidencias el pasado 6 de mayo cuando antes de la llegada del Gobierno al territorio se iba a disponer a arreglar una de la veintena de antenas afectadas por el grupo armado. Su familia narró el drama que están viviendo.
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El EMC envío un comunicado sobre ese caso en el que cuestionó que el joven fuera un contratista. Esa versión molestó a la comunidad en Cartagena del Chairá, pues en un comunicado emitido por la guerrilla creen que estigmatizaron aún más a la víctima.
“A él siempre lo buscaban cuando había algún problema técnico de ese tipo. Sabía mucho de eso y jamás ponía peros para que todo funcionara bien para los demás. A nuestro pueblo la señal no llega tan bien y por gente como él es que se sostenía. Él solo estaba trabajando para que su pueblo estuviera más tranquilo y sin mediar palabra le dispararon. Estaba arreglando una antena, no estaba protestando en contra de ellos. El día del funeral corren el rumor por Cartagena que si alguien se atreve a hacer lo mismo también lo matarían. Una antena le puso precio a la vida de él, es absurdo y no lo creemos aún”, comentó uno de sus allegados.
Desde hace unos días, las intimidaciones a jóvenes de Cartagena del Chairá se volvieron una constante y en las veredas comenzaron a aumentar el flujo de vallas alusivas a las disidencias de las FARC, incitando al reclutamiento de menores de edad y con el ánimo de hostigar al alcalde Molina.
“Para ese día yo ya estaba en Florencia, pero me dijeron que en las veredas de Ánimas, Peñas Coloradas o Puerto Nápoles había panfletos y vallas con la cara de Jorge Briceño (Julio Suárez, extinto líder de las FARC también conocido en la guerra como Mono Jojoy) en la que incitan el reclutamiento. Se están acercando a los jóvenes para prometerles un futuro con plata mal habida y lejos de sus familias. Otros comunicados más van dirigidos a los concejales y varios más a mi persona; dicen que si vuelvo me van a asesinar. El miedo existe, tendré que volver al territorio pronto, pero espero que cuando sea así sea respaldado para cuidar la vida de mi gente. Yo tengo esquema de UNP, ¿pero ¿quién me ayuda a cuidar a los míos si los que mandan son esos señores?”, lamentó el mandatario.
Cartagena del Chairá es un punto estratégico para las disidencias. Tan ese así que el pasado 3 de mayo cerrca de 3.000 personas en el corregimiento de Peñas Coloradas de ese municipio le pidieron al Gobierno ser la sede para la instalación de una mesa de paz con el EMC.
“Nos están acabando la gobernanza”
Hasta el Concejo Municipal de Cartagena del Chairá han llegado las amenazas de las disidencias de las FARC. Los cabildantes de este municipio denuncian que para que no voten por los proyectos de desarrollo en los que están envueltos, les han llegado mensajes intimidatorios de las disidencias de las FARC, en los que les indican que si votan a favor de cualquier proyecto de intervención al municipio sin consultarles a ellos, “podrían pagar con sus vidas”.
Un cabildante de ese municipio que tampoco dio su nombre por temas de seguridad, le dijo a este diario que se mantienen en sus labores para proteger a la comunidad: “El alcalde está al tanto de todo esto. Él lo ha denunciado sin filtro. De hecho, es la persona que más nos pide que nos cuidemos por nuestras familias, que sigamos trabajando, pero con cautela. Él sabe y ha dicho algo que compartimos y es que en este pueblo no hay ni Dios ni ley y cualquier acción en nuestro trabajo nos puede costar la vida. Así no se puede trabajar, pero nos mantenemos por respeto al pueblo. Que vean que sus gobernantes están con ellos y que queremos la paz”.
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La información fue corroborada por el despacho del alcalde Molina quien dijo que en Cartagena del Chairá “están acabando la gobernanza”. “Nos quieren quitar el ánimo de sacar el pueblo adelante e intimidando concejales o extorsionando a los vendedores ambulantes no van a conseguir nada más que nuestro rechazo. Está el rumor que la Segunda Marquetalia está por entrar (a las negociaciones por la política de Paz Total) y ni quisiéramos imaginar cómo serían las cosas si llega a haber una disputa entre ambas disidencias. Creemos en el perdón y si en algún momento estos grupos tienen la misma voluntad que el gobierno para entrar a la Paz Total, cuenten con Cartagena para ser una sede de diálogo o un espacio en el que los escucharemos”.
La Defensoría del Pueblo tiene reportes de al menos cuatro municipios en Caquetá en los que hay enfrentamientos entre Segunda Marquetalia y EMC. Si bien, Cartagena del Chairá no es el caso, lo sucedido con el frente Rodrigo Cadete llega en un momento en el que hay alta tensión entre esta facción guerrillera y el Estado colombiano.
El pasado 16 de mayo, EMC puso en duda la continuidad del cese al fuego que está pactado con el gobierno, alegando que el Ejército ha hecho operaciones militares en el sur de Colombia (zona de La Laguna, en Nariño). Esto al tiempo que comunidades en San Vicente del Caguán, municipio cercano a Cartagena del Chairá clamaron ayuda por una crisis humanitaria que vivió hace nueve días la zona campesina de El Pato y Balsilla, en la que la EMC habría increpado comunidades. Por eso, la Oficina del Alto Comisionado para la Paz (OACP) anunció allí la instalación de una misión de paz.
“La situación es grave, por lo cual la Oficina de Paz ha solicitado a ambos grupos irregulares demostrar su compromiso con la paz, acatando inmediatamente el Derecho Internacional Humanitario. El EMC-FARC y las FARC Segunda Marquetalia sostuvieron una tregua, y hoy es urgente retomarla para avanzar en coherencia con la pretensión que ambas agrupaciones armadas tienen de que les sea reconocido su origen político”, dijo este viernes la OACP en un comunicado.
Sumado a esto, también en San Vicente, pobladores de los resguardos Altamira y Banderas dijeron en la jornada de este jueves que cerca a su territorio, las disidencias de Iván Mordisco (EMC) está teniendo disputas territoriales con la Segunda Marquetalia. La visibilización de estos hechos la hizo el defensor del Pueblo, Carlos Camargo, quien pidió una asistencia inmediata del Estado para garantizar la vida de los pobladores.
Los llamados al cuidado de las comunidades se extendieron a los habitantes de las veredas Perlas y Las Morras, zonas rurales de San Vicente hasta donde llegaron enfrentamientos de ambas facciones guerrilleras el pasado 12 de mayo.
Se tiene previsto que desde el Ministerio de Defensa retornen la próxima semana a esta zona del Caquetá para escuchar a la población civil, generar estrategias de protección colectiva y darle un espaldarazo a las denuncias por amenazas que siguen vigentes.