La crisis de violencia y sevicia que vive Santa Marta, a donde llegó Gustavo Petro
La guerra entre el Clan del Golfo y las Autodefensas Conquistadoras tiene en zozobra a la población. En las últimas semanas han aumentado los homicidios, desmembramientos. Los pobladores hablan de un retorno a la violencia paramilitar de la década de 1990. ¿Qué le piden al presidente?
Los habitantes de Santa Marta y las poblaciones cercanas están viviendo una de sus épocas de mayor temor y zozobra. Solo en la última semana, en la zona rural de la capital del Magdalena y en municipios como Ciénega, Fundación y Zona Bananera se han registrado fuertes combates entre grupos armados ilegales y se han encontrado cadáveres con signos de tortura.
El caso que más conmocionó a los pobladores se presentó el pasado 6 de mayo, cuando fue hallado el cuerpo desmembrado de un hombre en el interior de una nevera de icopor que fue dejada en plena vía pública de Fundación.
“Casos como ese no se registraban desde hace al menos 22 años, cuando estábamos en plena época del paramilitarismo. Aunque en los últimos tres años advertimos que se estaba escalando el conflicto, no se tomaron medidas y ahora se está escalando hasta pasar de media a alta intensidad”, dice la investigadora Norma Vera, una de las pocas personas que se atreve a hablar sobre la situación de la región, a donde llegó el presidente Gustavo Petro este miércoles 8 de mayo.
Lea también: Las dudas y preocupaciones tras captura del jefe de Autodefensas de Sierra Nevada
¿Qué le piden a Petro?
Uno de los principales reclamos de la comunidad es que el Gobierno Nacional tome una decisión sobre si va a negociar o no con el Clan del Golfo y las Autodefensas Conquistadoras de la Sierra Nevada (ACSN), los dos grupos que se disputan el territorio.
“El llamado al presidente es que defina el rumbo de la paz total. La indefinición sobre ese proceso es un estímulo perverso para los criminales, quienes reiteran que hacen parte de un proceso de paz con el gobierno, mientras siguen generando afectaciones humanitarias”, asegura Jennifer del Toro, alta consejera para la Paz y el Posconflicto de Santa Marta.
La funcionaria agrega que, si el gobierno decide sostener una salida militar al fenómeno criminal en la Sierra Nevada, es necesario “fortalecer los mecanismos de concurrencia y subsidiariedad para fortalecer la ayuda humanitaria inmediata. También requerimos que el Ministerio Público diseñe corredores humanitarios para permitir la salida segura de comunidades confinadas por la violencia”.
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Para Lerber Dimas Vásquez, investigador del conflicto armado y director de la Plataforma de Defensores de Derechos Humanos de la Sierra Nevada de Santa Marta (PDHAL), el tratamiento que el Gobierno Nacional le están dando a la situación de violencia en la región se da “desde una lectura miope”.
“Hay una desconexión no solo de lo que está pasando, sino también a nivel político. El Gobierno Nacional no reconoce al alcalde de Santa Marta como autoridad legítima, no le está dando juego político, y mientras eso pasa, este conflicto nos genera muertos, desplazados, combates, actos de sevicia, confinamientos y otros hechos de la mayor gravedad”, dice Vásquez.
De la disputa territorial del Clan del Golfo y las Autodefensas Conquistadoras a la sevicia
Desde hace al menos dos meses, se intensificaron las acciones militares de grupos ilegales en la región. El Clan del Golfo, que busca quitarle a las ACSN el control de la Sierra Nevada, empezó una ofensiva que ha derivado en una serie de combates en la región.
“Solo en la última semana este conflicto en la Sierra dejó más de 100 personas desplazadas, se han usado cilindros por parte del Clan, al parecer hay minas antipersonales sembradas en el territorio y se han registrado movimientos de tropa de la parte baja hacia arriba”, contó una fuente de la zona.
A eso se le suma la reciente captura de César Gustavo Becerra, también conocido como Camilo, comandante político de las ASCN, quien durante los últimos meses le había enviado varios llamados al Gobierno de Gustavo Petro para iniciar un proceso de diálogos que lleve a la desmovilización del grupo.
Una de las nuevas preocupaciones es la aparición de un supuesto nuevo grupo, autodenominado “Los primos”, que haría parte del Clan y estaría detrás del desmembramiento del hombre en Fundación.
De hecho, junto al cadáver apareció un mensaje firmado por ellos: “Esto le va a pasar a todos aquellos que intenten vender droga, cobrar extorsiones o cualquier clase de renta ilegal”.
Según una persona que monitorea el conflicto en la región, aunque se sabía que el Clan del Golfo ha subcontratado bandas delincuenciales, no se tenía ningún registro de “Los primos”.
“En la zona están los frentes Arístides Mesa y Euclides Mesa, pero no conocía de este grupo. Una hipótesis es que el Clan del Golfo se haya dado cuenta de que extralimitó el nivel de sevicia y esté tratando de distorsionar o distraer esos hechos bajo la figura de ‘Los primos’”, contó la fuente.
Para la investigadora Norma Vera, uno de los principales retos es que esta violencia no solo se da en las zonas rurales o los municipios vecinos, sino también en el casco urbano de Santa Marta, donde el Clan está tratando de quitarle el control del microtráfico y la extorsión a las Autodefensas Conquistadoras.
En otras noticias: Comuneros del Sur: Los interrogantes de la negociación ahora que no son parte del ELN
“Están copando barrios, haciendo una parcelación geográfica con asesinatos selectivos para impedir que los operarios del microtráfico comercien con los conquistadores, y eso ha incrementado la violencia”, dice Vera.
Las comunidades esperan que con la visita del presidente Petro a la región se pongan en marcha apuestas integrales para atacar los fenómenos de violencia. Sin embargo, hay temor por una eventual ofensiva de la Fuerza Pública que aumente el riesgo de que la población civil quede en medio del fuego cruzado.
Los habitantes de Santa Marta y las poblaciones cercanas están viviendo una de sus épocas de mayor temor y zozobra. Solo en la última semana, en la zona rural de la capital del Magdalena y en municipios como Ciénega, Fundación y Zona Bananera se han registrado fuertes combates entre grupos armados ilegales y se han encontrado cadáveres con signos de tortura.
El caso que más conmocionó a los pobladores se presentó el pasado 6 de mayo, cuando fue hallado el cuerpo desmembrado de un hombre en el interior de una nevera de icopor que fue dejada en plena vía pública de Fundación.
“Casos como ese no se registraban desde hace al menos 22 años, cuando estábamos en plena época del paramilitarismo. Aunque en los últimos tres años advertimos que se estaba escalando el conflicto, no se tomaron medidas y ahora se está escalando hasta pasar de media a alta intensidad”, dice la investigadora Norma Vera, una de las pocas personas que se atreve a hablar sobre la situación de la región, a donde llegó el presidente Gustavo Petro este miércoles 8 de mayo.
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¿Qué le piden a Petro?
Uno de los principales reclamos de la comunidad es que el Gobierno Nacional tome una decisión sobre si va a negociar o no con el Clan del Golfo y las Autodefensas Conquistadoras de la Sierra Nevada (ACSN), los dos grupos que se disputan el territorio.
“El llamado al presidente es que defina el rumbo de la paz total. La indefinición sobre ese proceso es un estímulo perverso para los criminales, quienes reiteran que hacen parte de un proceso de paz con el gobierno, mientras siguen generando afectaciones humanitarias”, asegura Jennifer del Toro, alta consejera para la Paz y el Posconflicto de Santa Marta.
La funcionaria agrega que, si el gobierno decide sostener una salida militar al fenómeno criminal en la Sierra Nevada, es necesario “fortalecer los mecanismos de concurrencia y subsidiariedad para fortalecer la ayuda humanitaria inmediata. También requerimos que el Ministerio Público diseñe corredores humanitarios para permitir la salida segura de comunidades confinadas por la violencia”.
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Para Lerber Dimas Vásquez, investigador del conflicto armado y director de la Plataforma de Defensores de Derechos Humanos de la Sierra Nevada de Santa Marta (PDHAL), el tratamiento que el Gobierno Nacional le están dando a la situación de violencia en la región se da “desde una lectura miope”.
“Hay una desconexión no solo de lo que está pasando, sino también a nivel político. El Gobierno Nacional no reconoce al alcalde de Santa Marta como autoridad legítima, no le está dando juego político, y mientras eso pasa, este conflicto nos genera muertos, desplazados, combates, actos de sevicia, confinamientos y otros hechos de la mayor gravedad”, dice Vásquez.
De la disputa territorial del Clan del Golfo y las Autodefensas Conquistadoras a la sevicia
Desde hace al menos dos meses, se intensificaron las acciones militares de grupos ilegales en la región. El Clan del Golfo, que busca quitarle a las ACSN el control de la Sierra Nevada, empezó una ofensiva que ha derivado en una serie de combates en la región.
“Solo en la última semana este conflicto en la Sierra dejó más de 100 personas desplazadas, se han usado cilindros por parte del Clan, al parecer hay minas antipersonales sembradas en el territorio y se han registrado movimientos de tropa de la parte baja hacia arriba”, contó una fuente de la zona.
A eso se le suma la reciente captura de César Gustavo Becerra, también conocido como Camilo, comandante político de las ASCN, quien durante los últimos meses le había enviado varios llamados al Gobierno de Gustavo Petro para iniciar un proceso de diálogos que lleve a la desmovilización del grupo.
Una de las nuevas preocupaciones es la aparición de un supuesto nuevo grupo, autodenominado “Los primos”, que haría parte del Clan y estaría detrás del desmembramiento del hombre en Fundación.
De hecho, junto al cadáver apareció un mensaje firmado por ellos: “Esto le va a pasar a todos aquellos que intenten vender droga, cobrar extorsiones o cualquier clase de renta ilegal”.
Según una persona que monitorea el conflicto en la región, aunque se sabía que el Clan del Golfo ha subcontratado bandas delincuenciales, no se tenía ningún registro de “Los primos”.
“En la zona están los frentes Arístides Mesa y Euclides Mesa, pero no conocía de este grupo. Una hipótesis es que el Clan del Golfo se haya dado cuenta de que extralimitó el nivel de sevicia y esté tratando de distorsionar o distraer esos hechos bajo la figura de ‘Los primos’”, contó la fuente.
Para la investigadora Norma Vera, uno de los principales retos es que esta violencia no solo se da en las zonas rurales o los municipios vecinos, sino también en el casco urbano de Santa Marta, donde el Clan está tratando de quitarle el control del microtráfico y la extorsión a las Autodefensas Conquistadoras.
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“Están copando barrios, haciendo una parcelación geográfica con asesinatos selectivos para impedir que los operarios del microtráfico comercien con los conquistadores, y eso ha incrementado la violencia”, dice Vera.
Las comunidades esperan que con la visita del presidente Petro a la región se pongan en marcha apuestas integrales para atacar los fenómenos de violencia. Sin embargo, hay temor por una eventual ofensiva de la Fuerza Pública que aumente el riesgo de que la población civil quede en medio del fuego cruzado.