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El gran punto a discutir hoy en el proceso de paz que lleva el Gobierno de Gustavo Petro con la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) es el cese al fuego y de hostilidades.
Para el presidente Petro, la tarea obligatoria en sus negociadores será cerrar el próximo ciclo en La Habana (Cuba), con este punto completamente pactado. Así se lo manifestó a su equipo negociador en la reunión extraordinaria del viernes pasado, donde, de paso, le exigió al ELN que les respondieran a los colombianos si para ellos el proceso de paz era solo un pretexto para robustecer su poder militar.
La premura sobre este punto no es menor y ha constituido, por un lado, serias dudas sobre la voluntad de paz de esa guerrilla y, por el otro, una segunda crisis en los cuatros meses que llevan las negociaciones de paz con ese grupo. La primera fue también por el mismo tema, cuando el presidente Petro decretó el 31 de diciembre un cese al fuego bilateral con cinco grupos armados, entre ellos el ELN, y días después la guerrilla negó el acuerdo y dijo que se debía llevar a la mesa.
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Desde entonces —aunque se ha avanzado en el proceso, ese punto fue puesto en la agenda que se dio a conocer al finalizar el segundo ciclo de los diálogos en México—, la guerrilla no ha dejado de realizar ataques y confrontaciones armadas. El último ocurrió la semana pasada contra una unidad militar en El Carmen (Norte de Santander), que dejó nueve militares muertos y otros nueve heridos.
No es la primera vez que un proceso de negociación de paz se da en paralelo con confrontaciones armadas entre las partes negociadoras. Esto también sucedió en el proceso de paz con las FARC. Uno de los episodios más duros del ciclo de negociaciones que encabezó el gobierno de Juan Manuel Santos ocurrió cuando la extinta guerrilla de las FARC emboscó y asesinó a 11 soldados en Buenos Aires (Cauca), el 14 de abril de 2015, un año y medio antes de la firma del Teatro Colón.
Sin embargo, establecer un cese al fuego con protocolos y verificación no solo sería una salvaguarda para las comunidades donde está presente el ELN, sino que en este punto reafirmaría la voluntad de esa guerrilla con el proceso y podría devolver la confianza que varios sectores de la sociedad han perdido en la negociación.
“La mesa de negociaciones no resiste otro ataque como el del 29 de marzo, no existen condiciones para zonas despejadas por retiro de la fuerza pública. La credibilidad de los diálogos dependerá de que de inmediato se logre un alivio humanitario para la población”, aseguró a Colombia+20 Camilo González, director del Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz).
El Centro de Recursos para el Análisis de Conflictos (CERAC) le ha seguido la pista a la actividad criminal del ELN, antes y durante las negociaciones con el actual Gobierno. De acuerdo con su balance del primer trimestre de 2023, solo en febrero, el ELN ejecutó 12 ataques. Si se mira el promedio de estas acciones durante el último semestre, se concluye que ese mes se duplicaron este tipo de acciones frente al medio año anterior.
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El primer análisis de CERAC da a entender que la escalada en esas ofensivas se debe a la conmemoración del ELN por el natalicio de Camilo Torres, por lo cual no es fortuito ni fuera de lo habitual que en febrero sus actividades de hostigamiento sean de alto impacto, incluso negociando la paz. Ese mes, el ELN asesinó a siete personas.
En este balance también hay registros de nueve personas heridas y cinco secuestros. Entre los datos de CERAC no hay registros de operaciones de la fuerza pública contra el ELN en el primer trimestre del año, porque no alcanza a incluir lo ocurrido con los militares en El Carmen.
Violencia diferencial en el Catatumbo y otras regiones
Durante 2023 el ELN se ha ensañado con la subregión del Catatumbo. Sumado al más reciente atentado en la vereda Villa Nueva, la lista de crímenes de esta guerrilla allí (con corte al pasado 30 de marzo) incluye una situación humanitaria compleja y sistemática.
De acuerdo con cifras del Observatorio de Derechos Humanos, Violencia Social y Política de la Fundación Progresar, en lo corrido del año el ELN ha realizado 15 acciones armadas en los municipios nortesantandereanos (dentro y fuera del Catatumbo) de Sardinata, Puerto Santander, Villa del Rosario, Cúcuta, Ocaña, Salazar, Ábrego y El Carmen.
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Entre extorsiones, homicidios, ataques a objetivo militar, combates, bloqueo de vías y retenes ilegales se han distribuido esas actividades a la par que negocian con el Gobierno.
Por su parte, la Misión de Observación Electoral (MOE) documentó que, en los primeros dos meses de 2023, el ELN ha sido “perpetrador de 43 amedrentamientos y acciones armadas”. Esta plataforma precisó que los departamentos más azotados por las dinámicas de violencia de la guerrilla han sido Arauca (30,4 %), Chocó (18,6 %) y Antioquia (14 %). Además, el 76,7 % de los hechos violentos cometidos por el ELN son acciones armadas y el 23,3 %, amedrentamientos.
Las dinámicas de violencia del ELN en Arauca
En el informe “Mitos y realidades de la paz total”, documento más reciente de la Fundación Paz y Reconciliación (Pares), se habla de la implicación del ELN en 18 enfrentamientos contra la fuerza pública, las disidencias de las FARC o las AGC.
La información de Pares advierte un ensañamiento del ELN contra el departamento de Arauca en 2023. Allí se perpetró un ataque contra el cantón militar San Jorge en Saravena (10 de marzo) y atentados contra oleoductos de las compañías Parex y Sierra Col en Saravena (27 de marzo).
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Los campos petroleros en Arauca no fueron los únicos afectados por el ELN. El mismo día de los atentados en Saravena, la guerrilla atacó Caño Limón-Coveñas en Cubará (Boyacá), dejando grandes afectaciones en cuantía para Ecopetrol y la activación de un plan de emergencia en el municipio.
Este centro de investigación también señaló que las acciones del ELN escalaron en Arauca y Chocó, en enero y febrero de este año. Allí reseñaron que, según el Gobierno Nacional, el sector camionero habría sido el más afectado, con 25 vehículos de carga incinerados.
Finalizando la tarde del 3 de abril, se reportó que en zona rural de Arauquita el Ejército se enfrentó con el ELN, dejando dos personas muertas y dos capturadas de este grupo armado.